Vital y activo sobre los escenarios, este gran referente de la música popular de Brasil festeja un aniversario redondo con el estreno de material relacionado a su vida y a su obra; desde una serie de Amazon Prime Video a los archivos de Google Arts & Culture
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Gilberto Gil cumple este domingo 80 años y, quizá, por la proyección que ha tenido su carrera y su música, se pueda buscar un resumen, a tantos kilómetros de su Salvador de Bahía natal, en la última actuación que ofreció en la Argentina. En la prepandemia de 2019, Gil llegó a Buenos Aires solo con su guitarra para dar un concierto en el Teatro Colón, dentro del ciclo LN Cultura. Años atrás había incursionado en ese formato tan íntimo y lo había traído al teatro ND Ateneo.
Tanto aquella actuación como la del Teatro Colón fueron verdaderamente notables y tal vez se pueda tomar de la crónica de ese último concierto porteño una reflexión sobre el personaje y ese presente en el que la vejez y la jovialidad habitan dentro de un mismo “ser artístico”. Decía más o menos así: “Queda claro que el que está arriba del escenario del Teatro Colón es un hombre que mantiene la vitalidad que otorga la curiosidad por seguir haciendo música (creándola, no solo recreándola). Queda claro que sigue siendo uno de los grandes embajadores de esa mixtura de influencias culturales que los brasileños, como pocos, saben combinar. Queda claro que Gil es uno de los que han trasladado al modernista Movimiento antropofágico, nacido a principios del siglo pasado, a su propia época y lo ha convertido en un verdadero arte musical. Queda claro que, aunque a él se le note (como a cualquier mortal) el paso del tiempo, rejuvenece en muchas de sus canciones.”
El mundo Gil era plasmado en dos horas de música: 22 canciones que, entre dos o tres hits inoxidables (“Soy loco por ti, América”, al comienzo; “Toda menina baiana” y “Aquele abraço” para el final) trazaban un universo musical plagado de mixturas. Gilberto Gil: aquel del tropicalismo, aquel que se exilió en Londres corrido por la dictadura militar de su país, aquel que volvió recargado al Brasil y fue parte de Los Doce Bárbaros. Aquel que fue Ministro de Cultura del gobierno de Lula, cuando comenzó el nuevo siglo. Aquel que siguió experimentando y que también siguió siendo interpelado por su público, por ser personaje público, por ser artista, por tener opinión social y política (esa que no evitó, ni siquiera en las canciones más recientes).
Su último disco de estudio se llama Ok Ok Ok (2018) y el tema que le dio título dice: “Ya sé que quieren mi opinión. Una charla directa sobre lo que pienso. Como interpreto la vil situación. Penuria, furia, clamor, desencanto. Sustantivos duros de roer, mientras las ratas roen la energía, los corazones de la multitud a los llantos. Algunos sugieren que salga en el grito. Otros que me quede quieto y mudo. Y he aquí que alguien me pide encarne el mito. Sea nuestro héroe, resuelva todo.”
Archivo gigante
Con la colaboración del Instituto Gilberto Gil, Google Arts & Culture preparó una producción a propósito de este aniversario que se llama El ritmo de Gilberto Gil y cuenta con 140 publicaciones seleccionadas especialmente, sobre su vida y su obra (en portugués, inglés y castellano), y unas 40.000 imágenes.
El punto de partida son tres capítulos que no tienen necesariamente un orden, aunque los lectores pueden ser alumnos aplicados y recorrerlos por su numeración. Capítulo 1: Gil, el músico. Capítulo 2: Gil, la influencia. Capítulo 3: Gil, el alma. En este último por ejemplo, se pueden encontrar las vivencias personales y las reflexiones relatadas en primera persona. Su primer recuerdo es uno de ellos. Es de cuanto tenía 2 años y le dijo a su padre. “De mayor quiero ser ‘musgueiro’ [músico] y papá”. Fue muy consecuente con su deseo ya que tiene un amplio catálogo discográfico y una familia bien numerosa.
Entre otras curiosidades de esta gran producción se puede encontrar el disco “perdido”, ese que grabó en los Estados Unidos, en 1982, con canciones en inglés, que el mismo decidió no publicar y que se conoció cuatro décadas después. Según el informe de Google Arts & Culture, la idea de expandir la carrera de Gil en el extranjero vino de André Midani, entonces presidente de Warner Music: pensó en un nuevo álbum para el mercado norteamericano después del proyecto de Gil con Sérgio Mendes, Nightingale, lanzado en 1979. “Me dediqué a hacerlo con compromiso. Tuve cuidado con la pronunciación, con la forma en que cantaba en inglés. El disco es pop, tiene un sonido muy fiel a ese momento, cuando la música pop tropical estaba en su apogeo”, recordó Gil. La grabación de esas canciones (solo uno de los temas estaba en portugués y contaba, entre otras cosas, con registros que Gil había hecho con Roberta Flack) quedó archivada en Gege Produções sin que el disco tuviera un nombre. Solo decía: “Produced by Ralph MacDonald”. Casi cuarenta años después fue descubierto por su lista de canciones, escrita en la portada. De ese modo se logró identificarlo.
Si se elige el primer capítulo de este especial web, allí se podrá descubrir que cada “track” cuenta con distintos análisis de su vida. Una selección puede ir de sus comienzos y su relación con el rock o con la música de Jamaica, a un set acústico con su hijo Bem Gil o el top 10 de sus canciones más escuchadas en Spotify, con la historia de cada una.
El recorrido no es sencillo, pero vale la pena transitarlo porque se pueden encontrar varias perlitas. Cuando cumplió 78 años se hizo una grabación colectiva de su tema “Andar con fe”, donde aparecen grandes figuras de la canción popular brasileña, como su viejo amigo y compañero de aventuras Caetano Veloso, Milton Nascimento, Ivete Sangalo, Lenine, Djavan, Daniela Mercury y Marisa Monte, entre muchos otros. Y para ese aniversario también hay un mensaje en video de Chico Buarque y otro de Stevie Wonder.
“Roberto Santana, que era amigo de los dos, ya sabía cuánto admiraba yo a ‘Beto’ y comentó algo al respecto cuando nos presentó. La conversación sobre música ya parecía ubicarme, a ojos de Gil, como colega suyo, aunque yo apenas podía tocar un do mayor en la guitarra. Nos pusimos a hablar mucho sobre música de inmediato –recuerda Caetano Veloso, sobre el día que conoció a Gil-. Yo era fanático de él, y, aunque no me conocía, él parecía tan interesado en mí como yo en él. (…) Desde que era pequeño, me encantaba cantar. Incluso hice algunas canciones para piano en Santo Amaro. La guitarra me parecía algo imposible. Aprendí unos tres acordes. Pero mirando tocar a Gil, desarrollé mi capacidad de escribir y tocar canciones que iban más allá de mi limitado talento. (…) Me motivaba contribuir al crecimiento de la producción y el prestigio del grupo formado principalmente por Gal, Bethânia, Gil y yo (sin olvidar nombres como Tom Zé, Perna Fróes, Alcivando Luz, Djalma Correia…). Sin embargo, muy en mi interior lo que quería era hacer películas y dejar la música para los verdaderos músicos. (…) Cuando estaba todo encaminado, con Bethânia ya reconocida en el ámbito nacional, y mientras montábamos, entre todos, un concierto con la dirección de Augusto Boal en São Paulo, le dije a Gil que no me dedicaría más a la música. Él me respondió: “Si dejas de hacer música, yo también”.
En esa entrevista también hay detalles de cuando ambos fueron detenidos en 1968 por la policía durante la última dictadura militar brasileña (antes de su exilio en Londres). Gil se había puesto de novio con la hermana de quien en ese momento era la compañera de Veloso. Los cuatro estaba juntos cuando la policía fue a buscar a Caetano y el autor de “Desde que o samba é samba” llegó a decirle a Gil que fuera para su casa, sin saber que también lo arrestarían a él. Casi un gesto inocente frente a la acción de un gobierno de facto que no comulgaba con las ideas de estos cantautores. Luego de casi dos meses presos fueron liberados y viajaron a Europa.
Con su testimonio Caetano también dejó retratada la relación entre ambos, que trasciende la amistad. Caetano la definió como una hermandad. A su vez, no parece una relación de iguales. “Como dije una vez: no creo en Dios, pero creo en Gil, y Gil cree en Él. De hecho, existe una complementariedad que suele ubicarnos en puntos opuestos. Cuando él descubre algo (por lo general, antes que yo), yo no lo veo”.
Un reality y conciertos
Hay mucho más en torno al universo Gil por este aniversario. Amazon Prime Video comenzó a producir el último año un reality con la familia del músico bahiano. Reunió a sus seres queridos (hijos, nietos y bisnietos) en torno a una torta de cumpleaños, para los 79 junios, y les propuso idear una gira de conciertos que quedará plasmada a partir del mismo día en que Gil cumpla 80. Grabada durante dos semanas, de ese proceso se trata la primera temporada del reality denominado Em casa como os Gil (en casa con los Gil)”. La segunda, en cambio, intentará reflejar la gira, que ya tiene fechas agendadas en varias ciudades europeas.
Lejos de dormir en sus propios laureles, según indica la agenda de Gilberto, el astro brasileño no soplará las 80 velitas en Brasil sino luego de un concierto que tienen agendado en Alemania, como puntapié de un tour que incluye actuaciones en Alemania, Dinamarca, Reino Unido, Belgica, Eslovenia, Suiza, Francia, España y Marruecos. El título del tour y del grupo es Gil & Family - Nós A Gente. “Realce” -hoy un clásico que Gil grabó en el disco de 1979 que llevó ese mismo nombre- fue uno de los temas elegidos que la banda de familia versionó para promocionar este reality.
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