George Michael, el chico de oro del pop que quiso ser artista
El cantante británico falleció a los 53 años; vivió entre el éxito, las controversias y la necesidad de encontrar una identidad propia
Una, dos, tres, decenas de veces intentó George Michael cambiar de piel, aunque eso significara desaparecer de la escena, ser marginado a la rotación de trasnoche de las cadenas de videoclips o enfrentar a una de las discográficas más poderosas del mundo en un juicio que de entrada estaba perdido. Esos esfuerzos por encontrarse a sí mismo -además de los 100 millones de álbumes que vendió a lo largo de su carrera- aportan la talla del artista británico que murió ayer, a los 53 años.
Georgios Kyriacos Panayiotou había nacido en East Finchley, Londres, el 25 de junio de 1963. Su padre era una restaurador de arte grecochipriota que había llegado al Reino Unido a probar suerte; su madre, una bailarina inglesa. Será por eso que no resultó extraño que George se interesara por la música desde muy chico, y que soñara con formar una banda en su adolescencia.
La Bushey Meads School lo cruzó con Andrew Ridgeley, un muchacho con el que compartía aspiraciones. El primer intento llegó con The Executives, una banda de ska que no llegó a consolidarse, pero que le abrió las puertas al pop más sintético pero igual de divertido. Y eso fue Wham!, un intento por entretener en tiempos en que la new wave ganaba terreno.
Si el primer álbum (Fantastic, de 1983) les deparó los primeros éxitos dentro del Reino Unido, el segundo (Make it big, de 1984), los catapultó definitivamente al mundo. Y todo gracias a ese hit algo tontuelo pero irresistible que es "Wake Me Up Before You Go Go". Allí, George Michael ponía todo su sex appeal al servicio del videoclip, con numerosas miradas a cámara y unos shorts diminutos que hacían suspirar a las chicas.
"Careless whisper" fue la otra punta del iceberg. Y, aunque formaba parte del disco, funcionó como la prueba de que George no necesitaba de nadie más para fabricar éxitos; su carrera solista, ahora sí, estaba a la vuelta de la esquina.
Chico de oro
Luego de involucrarse con el proyecto solidario Band Aid, de realizar una exitosa gira por el Lejano Oriente con Wham! y grabar su tercer y último álbum juntos (Music from the Edge of Heaven, de 1984), George Michael y Ridgeley decidieron tomar caminos separados.
Con "Careless whisper" como caballito de batalla, el cantante sumó otra balada que le dio rotación en las radios de todo el mundo: "A different corner", de 1986. Mientras tanto, avanzaba en la grabación de su primer disco en solitario, que saldría un año más tarde y marcaría definitivamente su camino. Porque Faith lo mostró como un gran intérprete, pero también como un compositor, productor y músico con muchas aristas, pero también lo puso al borde de la polémica.
El primer single del disco, "I want your sex", generó debate dentro de los programadores de radio y televisión. Los primeros consideraban que la letra y la intención de la canción era demasiado "fuerte" como para pasarla en cualquier momento del día; los segundos se pusieron algo colorados al ver el video con el que se promocionaba el corte. Así, el clip quedó mayormente marginado al horario nocturno de, por ejemplo, la mismísima MTV.
Los otros singles ("Faith", "Father Figure", "One More Try", y "Monkey") encabezaron los rankings de todo el mundo y el chico de oro del pop cumplía con su promesa de convertirse en una super estrella. Pero George Michael sintió, repentinamente, que estaba cansado y que, en algún punto, se había convertido en un esclavo de ese éxito con el que tanto había soñado. Por eso, pensó en un segundo disco (Listen Without Prejudice) más personal y cercano a lo que él sentía que quería hacer musicalmente. Su discográfica, Sony Music, no estuvo del todo de acuerdo, y comenzó entonces una batalla personal primero y legal después por borrar con el codo eso que alguna vez había firmando con la mano.
"Freedom '90" es, probablemente, la mejor postal de lo incómodo que se sentía George Michael. De hecho, allí escribió cosas como "no te pertenezco y no me perteneces" o "a veces las ropas no hacen al hombre", en clara alusión a que el artista necesitaba cambiar su piel y dejar atrás al muchacho sexy que movía su cola mientras tocaba la guitarra. Se negó a aparecer en el video, y allí tuvo a una selección de supermodelos (Naomi Campbell, Linda Evangelista, Christy Turlington, Tatjana Patitz y Cindy Crawford) para hacer su parte y componer a unos de los clips más icónicos de su carrera (y, probablemente, de los 90).
Damas y caballeros, abran paso
El conflicto con su discográfica lo llevó a desaparecer de escena por largo tiempo, aunque él se las ingenió para buscar nuevas vías para trascender a la figurita en la que sentía que lo habían convertido. Una de ellas fue unirse en el escenario con Elton John para hacer una versión a dúo de su éxito de 1974, "Don't let the sun go down on me". La otra fue subirse al escenario de Wembley para brindar esa enorme interpretación de "Somebody to love" en el Concierto Tributo a Freddie Mercury.
El regreso al trabajo de estudio llegó en 1996, con Older. Sí, George Michael quería demostrar que había crecido y que, además, podía adoptar su sonido a lo que los nuevos tiempos demandaban. De allí salió la exitosa balada "Jesus to a child" -un homenaje a su fallecido novio, Anselmo Feleppa- y también "Fastlove", una suerte de oda al sexo sin compromisos. Ese mismo año, grabó un unplugged para MTV.
La retrospección se produjo en 1998, con su compilado de grandes éxitos Ladies & Gentlemen: The Best of George Michael. Y hubo tiempo para reírse de sí mismo: "Outside", una canción inspirada en un episodio policial que protagonizó cuando fue detenido por realizar actos obscenos" en un parque de Beverly Hills. A partir del escándalo desatado, él admitió públicamente ser homosexual.
Tras plasmar su interés por géneros como el jazz y la bossa nova en Songs from the Last Century (1999), llegó Patience (2004), un disco que marcó su reconciliación con Sony Music y también estuvo signado por la polémica desde el comienzo: el video de "Shoot the dog" mostraba a Tony Blair como perrito faldero de George Bush, en una mordaz crítica a la invasión a Irak por parte de Estados Unidos y Gran Bretaña.
Tras lanzar Twenty Five -otro disco de grandes éxitos- George Michael emprendió una gira mundial y dio a conocer su intención de despedirse de los escenarios. Por eso, su siguiente proyecto fue encerrarse en un estudio para grabar Symphonica (2014), con la producción de Phil Ramone. Ese se convertiría en su último trabajo.
La carrera de George Michael estuvo llena de encuentros y de desencuentros. Eso explicaría por qué, en sus 35 años de carrera, editó apenas seis discos en solitario por fuera de su corta etapa dentro de Wham!. Sin embargo, sería injusto reducir su figura a números, cuando él intentó con todas sus fuerzas escaparle a ser una fábrica de éxitos para poder ser reconocido como un artista, un compositor ingenioso y un cantante con una de las voces más admiradas de todo el mundo.
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