Gavin Rossdale, cantante de Bush: "Cada vez que me subo al escenario es como si fuera la última"
Gavin Rossdale tiene 53 años, es británico pero no le teme a las altas temperaturas: hace años que vive en Los Angeles. Prefiere contestar las preguntas en español, idioma que aprendió "en la vida, en la calle, en el colegio y en Barcelona". Vino a la Argentina, después de 22 años, junto a su banda Bush, aquella que se sumó a la movida grunge en los 90, se separó en 2002 y retomó vuelo en 2010. Gavin, además, es el exmarido de Gwen Stefani, de quien se separó luego de que la cantante de No Doubt descubriera que él le había sido infiel con la niñera de sus hijos.
Está sentado en uno de los sillones del Sofitel de Recoleta. En una escenografía de cava, con botellas como decorado, el británico se remonta a la vez que vino por primera vez al país, cuando compartió grilla con David Bowie en el Festival Rock and Pop que tuvo lugar en Ferro, en 1997; además de Bush, participaron de ese hito No Doubt, Molotov, Café Tacuba, Babasónicos y Los Visitantes. "Me acuerdo del público, la gente, la pasión. Estábamos con David Bowie, con quien empezábamos a ser amigos. Una amistad que duró 20 años", cuenta a LA NACION con simpática tonada, el día previo a presentarse junto a Bush reloaded en el Teatro Opera. Esta vez, comparte, fecha con Stone Temple Pilots, con quienes "no hay problemas de ego" y que están estrenando cantante -Jeff Gutt-, tras la muerte de Scott Weiland.
Bush fue una banda de rock que alcanzó relativo éxito en los 90, vendió más de 10 millones de discos en los Estados Unidos y 20 millones en el mundo, especialmente con sus discos Sixteen Stone y Razorblade Suitcase. A pesar de haber llamado la atención de la escena, hubo dos fantasmas con los que les costó lidiar: no lograron despegar en Gran Bretaña, al tiempo que muchos decían que eran una copia de Nirvana. "En ese momento, cuando Bush empezó, el problema fue que Kurt Cobain se acababa de suicidar. ¿Qué culpa teníamos nosotros? Es una comparación muy floja. Somos muy amigos con Dave Grohl, tenemos hijos de la misma edad que van al mismo colegio. Eso pasó en 1994. Ahora es muy diferente", explica.
-¿Cómo te encuentra esta nueva visita al país?
-Es un gran honor volver. Sé cómo reciben al rock desde el público; conozco esa pasión, es como en ningún lugar del mundo. Pasó demasiado tiempo, qué lástima. Estoy tan contento de hacer un show acá y sé que va a ser increíble. Quiero volver con mi nuevo disco el año que viene. Me hubiera gustado venir antes, pero a los jefes no. Qué terrible forma de vivir seguir los intereses económicos... Si solo pensás en eso, nunca es suficiente, siempre te vas a sentir vacío. Prefiero las calles, los bares que están oscuros, la comida local que esté hecha con amor.
-¿Cómo te preparás para el show?
-Estoy hecho un fuego. Cada vez que me subo al escenario es como si fuera la última vez
-En los 90, el grunge estaba viviendo un gran momento. En estos años las tendencias musicales mutaron, ¿cómo ves la escena actual?
-Comparado con los 90, el panorama musical es muy distinto. Es como la vida, fragmentado. Lo que me pone triste es que me puedo ir de gira durante tres meses, vuelvo a casa y me encuentro a mis amigos y me dicen "Hey, ¿cómo estás?, ¿qué hacés estos días?". Antes toda la gente sabía las canciones, que eran hits, aunque no les gustara la banda. Pero ahora, es una lástima. Yo tengo mucha suerte de estar acá. La vida es triste, tenemos redes sociales pero estamos más separados que nunca. Muchos piensan que por hablar con alguien en Facebook ya están unidos. Yo tengo WhatsApp y me encanta, pero es mucho mejor salir con amigos, beber, vagar, cantar.
-¿Qué bandas estás escuchando ahora?
-Hoy escucho Pj Harvey, X Ray, Daugther, que tiene 100 millones de escuchas en Spotify, Miles Davis, Drake, Rihanna, System of Down.
Gavin habla de dejar todo en el escenario, pide perdón por haber tardado tanto en volver y recuerda sus primeros años en la música, cuando era pobre pero feliz. Por entonces, vivía con 5 amigos y compraba comida por kilo. "Para mí hacer dinero no era importante, soy artista. Era muy pobre y hacía música por amor, no por la plata. Hacer rock en los tiempos en que en Londres estaba de moda el brit pop era una señal de estar fuera del circuito", remarca. La suerte cambió para ellos cuando un compañía de discos independientes de los Estados Unidos se interesó en su trabajo. Eran tiempos donde un video de MTV podía modificar el curso de la historia de una banda, y así fue. Pasaron de la pobreza a convertirse en una de las bandas conocidas como postgrunge. "Lo más raro que me pasó es que encontré una compañía de discos independiente en Estados Unidos, hicimos un video para MTV, un disco, empezamos a estar en las radios y mi vida cambió completamente", recuerda.
Pero el éxito se acabaría después del tercer disco. La banda se separó en 2002 y en 2010 volvió con una formación distinta, donde quedaban dos de los originales. Llegaron más discos y un giro en lo musical, había que adaptarse a los nuevos vientos. Rossdale mutó, aunque conserva el pelo largo como en los videos de MTV.
-Antes MTV era uno de los lugares desde donde el público se acercaba a la música, hoy con el auge de las redes sociales cambió esa lógica. ¿Cómo te adaptaste a estos cambios?
-Creo que ahora es mucho más difícil que en los 90 para quienes quieren hacer música y encontrar su lugar. Tengo suerte de que cuando empecé se podían vender 25 millones de álbumes, estaba bien. Ahora si vendés 100 mil es "wow, increíble", sos Rihanna. Es una pena. Me molesta cuando la gente de mi edad dice "era todo mejor antes". No es así. Hay que aggiornarse, aprender de la tecnología, redes sociales. No se puede tapar el sol ni quedarse cómodo. Es 2019, entrá en el juego.
-En los últimos años hubo algunas muertes en la escena, desde Chris Cornell a Scott Weiland. ¿En qué medida esas muertes afectaron al género?
-Para mí las muertes de Scott y Chris van más allá de la música. Es terrible, porque estaban enfermos. Eran cosas distintas, porque Scott tenía problemas con las adicciones. Y Chris necesitaba pensar positivamente. Lo más triste son los hijos. Cuando fui al funeral de Chris vi a su hijo, que tiene la misma edad que uno de mis hijos, estaba al lado de su tumba. Mi corazón se rompió en mil pedazos.
-En ese sentido también tenés períodos separado de tus hijos. ¿Cómo conviven el Gavin músico con el padre?
-En un momento estoy dando un show para 40 mil personas y 10 minutos después saco el jugo de naranja de la heladera y les pregunto qué quieren comer. Es un balance. Solo no estoy en casa durante 4 meses por año, porque un poquito tengo que trabajar y no puedo cambiar mi vida totalmente. Entienden que trabajo y hablo con ellos, tienen teléfonos.
-¿Cómo fue el duelo después de la separación de Gwen Stefani?
-Me reniego a morir. No puedo hacer otra cosa más que hacer música. Nunca se me nota en el escenario, pero por dentro estoy muy triste. Ya está. No creo en nada, pero sí en el universo. Pienso que estoy donde tengo que estar. Tengo tanto amor por ella, porque me ha dado tres hijos y siempre será una reina para mí. Si se quiere a alguien realmente, se quiere su felicidad. Parece que ella está feliz, ya está.
-¿Tienen una buena relación?
-Ohh... nonono (risas). Estamos en el lugar en que ella quiere que estemos. Ya está. Lo que es más importante es que tengo mucho respeto por ella por ser la madre de mis hijos. Solo me interesan mis hijos y cantar, tocar, hacer shows y discos y que todo salga bien. Estoy lleno con estas cosas: hijos y trabajo, esa es mi felicidad.
-¿La separación te trajo inspiración?
-Sí, claro. Pero la mayor parte del tiempo no podía sacarlo para afuera. No quería hacer un disco de un corazón roto, es aburrido. Todavía hay partes de mi corazón que están rotas pero quiero que la gente pueda disfrutar de mi música.
Gavin se acomoda en el sillón, mira el plato de canapés que tiene enfrente, también la botella de cerveza. No tocó nada durante la charla. Es el turno de las fotos, se levanta y sigue las indicaciones: posa y se divierte. Más tarde, le toca una salida con amigos de parrillada y distintos vinos. Esta vez pondrá su dieta de comida orgánica en un receso. El cantante de Bush prefiere imaginar que los animales que come pudieron pastar y que no sufrieron.
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