Futurología Arlt: el ambicioso homenaje de Fito Páez a Los siete locos, ahora en su fase instrumental
Segunda entrega de una trilogía iniciada en 2021 con Los años salvajes, este álbum avanza sobre el concepto de musical hi-tech que dramatiza en forma sonora la historia de Remo Erdosain
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Desde su publicación en 1929, Los siete locos caló tan fuerte en la literatura latinoamericana que su influencia puede palparse a lo largo y ancho del continente, en un constante estado de renovación de nombres que supieron recoger su legado. Julio Cortázar, Roberto Bolaño y Ricardo Piglia son solo algunos de los nombres de quienes han hecho pública su admiración por la obra de Roberto Arlt, y, en el terreno cinematográfico, la novela contó con una adaptación a cargo de Leopoldo Torre Nilson. A casi un siglo de su publicación cobra una nueva forma de la mano de Fito Páez: el rosarino decidió convertir al libro en el eje de Futurología Arlt, un álbum orquestal doble e instrumental que funciona como banda de sonido de la historia protagonizada por Remo Erdosain.
El disco es la segunda entrega de una trilogía de discos que comenzó en noviembre con Los años salvajes, y terminará más adelante este año con un álbum de canciones inéditas interpretadas solo a piano y voz. La semilla de este proyecto se ubica en 1995, cuando Julio Bocca convocó a Paéz para un espectáculo de danza y música en el que se cruzasen el tango, el rock y el folklore, y ahí el músico manifestó su intención de convertir a Los siete locos en el eje de la obra. Al año siguiente, durante un verano en Uruguay, comenzó a darle forma a los primeros cuarenta minutos de canciones, en un trabajo codo a codo con el dramaturgo Ricardo Bartís, pero al poco tiempo el proyecto se evaporó, aunque las ganas siguieron presentes (y alguna que otra referencia se escapó al año siguiente al momento de escribir “Cadáver exquisito”).
Un cuarto de siglo después, instalado en Córdoba, Páez volvió sobre el material y le dio forma a la musicalización de la totalidad del libro, con la idea de convertirlo en una suerte de musical hi-tech junto a un equipo interdisciplinario completado por el diseñador Max Rompo y el artista plástico Daniel Santoro. Y aunque la pandemia dejó la puesta en escena en stand by, el rosarino avanzó de todos modos sobre la creación de su banda de sonido, con el director Ezequiel Silverstein como encargado de traducir al lenguaje orquestal las ideas que Páez y su socio creativo Diego Olivero trabajaron con más ímpetu que rigor académico. Luego de bocetar gran parte del álbum en Buenos Aires, el trío viajó a Los Ángeles donde, de manera remota, Silverstein dirigió a los músicos de la Orquesta Sinfónica Nacional de la República Checa, en comunicación desde Praga.
El título Futurología Arlt esconde el valor real que Fito ve en Los siete locos: el libro es tanto una postal de la Buenos Aires de su época como un relato premonitorio de una sociedad en proceso de descomposición constante, donde los conspiradores, la soledad de los grandes centros urbanos y el desasosiego se vuelven moneda corriente. La portada del disco esboza un guiño spinettiano: un retrato de Arlt en un ángulo superior corona una imagen en la que un brazo real y otro metálico (de vuelta, el futuro) sostienen una rosa de cobre, el invento utópico con el que Erdosain busca salir de la pobreza, y también resignificar su vida.
Y es esa fijación del protagonista la que da nombre a la canción que abre el álbum. En forma de anagrama, “Amar es dinero / Remo Erdosain” es la única pieza cantada del disco, una introducción de aires cinematográficos que ubica al relato en el “Buenos Aires rufián, cuando todo el mundo era un destello”. “Buenos Aires 20/30″ termina de completar el cuadro, una pieza orquestal de ribetes que funciona como telón de fondo para instalar la historia en tiempo y espacio, con un segundo movimiento más melancólico en el que Paéz se luce al piano con precisión quirúrgica de concertista. Esa atmósfera noir reaparece más adelante en “El plan del astrólogo de Temperley”; entre fanfarrias y un bandoneón que hacen alusión al jefe de la organización clandestina a la que se une Erdosain.
“Política y locura” condensa desde su título los dos ejes que parecen regir a la organización liderada por el Astrólogo, y por eso mismo su música es vertiginosa y cabalgante, casi un opuesto a la sutileza de “Tema de amor de Elsa y Remo” o “Amor y redención / Nostalgia argentina”. Y si bien el formato orquestal se mantiene estoico en la mayoría de la primera parte de Futurología Arlt, “La caja negra” rompe el molde al cruzar beats electrónicos con la voz de una cantante lírica convertida en un aullido celestial. Acto seguido, “La logia” evoca todo el misterio que le es posible al poner en relieve el audio de gente hablando pasado al revés. Seguido a eso, “La rosa de cobre” toma el nombre del enigma metafórico de Los siete locos para una pieza que abreva tanto del folclore norteño como de la música céltica.
Cerca del final están los momentos que más se alejan de la fórmula. “Hipólita baila en ‘La Caverna’ es un latin jazz eufórico donde la percusión y los vientos parecen batirse a duelo para abrirle paso a un solo de sintetizador, y “El guiño” se mueve entre aires de vodevil a la hora del cierre. Poco antes, “El amante asesino” pone a Fito en el centro de su propia obra faraónica, sin más recursos que su piano mientras la orquesta parece asomar por fuera de plano, en una situación de tensión creciente. Sea por su extensión, su formato o por la necesidad de contar con el background literario previo, quizás Futurología Arlt no tenga algo cercano a una rotación mainstream, pero tampoco parece haber sido la intención de su creador. Para las canciones, están todos los demás discos; acá prima la satisfacción del deber cumplido un cuarto de siglo después.
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