Del ultraviolento protagonista de La Naranja Mecánica, Alex DeLarge, al Hombre de Hojalata de El mago de Oz que busca un corazón, Franco Masini ha encarnado a personajes de lo más diversos. El actor de 25 años creció sobre los escenarios pero también cultivó en paralelo otra gran pasión, la música, en la que ahora redobla la apuesta y se lanza como cantautor de un género próximo a la balada pop.
"Estoy contento de poder sacar mis propias canciones bajo mi propio nombre", expresa el joven intérprete y también influencer, que acaba de presentar "Algo de mí", el primer single de una seguidilla de temas que darán forma a un futuro álbum y que ya se puede escuchar en diferentes plataformas.
El proceso requirió tiempo para que decantara el estilo. "Lo que quería mostrar y el color de voz, pero se puso en marcha el motor", dice. Con elementos acústicos y de la electrónica, el tema debut, producido por Nico Cotton y editado por Warner, apunta hacia "una evolución del concepto de cantautor, con un sonido reluciente y nuevo", explican.
Junto a un video con una coreografía protagonizada por el actor junto a otros intérpretes y que alude a un espacio "nostálgico y onírico" del terreno de las relaciones humanas, la letra remite al disfrute del tiempo presente, al vivir de situaciones "como si fuera la última vez, sin tiempo que perder", narra el autor.
El sentarse a componer enfrentó a Franco con un campo en su caso poco explorado: la escritura. "Me cuesta exponerme pero lo disfruto, porque en la escritura nadie te corre. En muchas cosas soy muy estructurado pero en esto no hay manera de serlo, no tengo manera de saber si me va a salir una canción o no. Me pone en un lugar nuevo, que genera adrenalina y el desafío de que siempre algo aparece", cuenta a LA NACIÓN.
Sin embargo, aclara: "Pero no estoy jugando a hacer música. No quiero ser el actor que juega a cantar. Si canto, canto, y si actúo, actúo. Y puedo actuar y cantar si se dan los tiempos y hay ganas de hacerlo. Veo importante que cuando uno quiere hacer algo, lo haga, no que juegue a hacerlo".
Durante tiempo, el artista integró el proyecto musical Té para tres junto a su hermana, Milagros Masini, y las redes sociales, donde acumula más de 1,8 millones de seguidores, fueron también la plataforma donde enseñar covers e improvisaciones.
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"Ahora sentí que era el momento de dar el paso y de enseñar mis canciones. Si no lo das, no hay manera de aprender", cuenta el joven, que tuvo su primer encuentro con la música "tocando el saxo alto en el colegio". Junto a su guitarra, canta. "Siempre canté, pero a medida que crecía e iba actuando, como muchos de mis trabajos requerían que cantara, empecé a estudiar canto. Voy a clases desde hace nueve años y siempre incorporo nuevas herramientas", señala.
Trabajo for export
Masini voló estos días de Europa a Buenos Aires para presentar el single, pero en Francia lo retiene actualmente un gran proyecto: su participación en el rodaje de una serie británica a cargo de una de las grandes productoras internacionales. "Estuve un mes filmando en Italia y está siendo una experiencia profesional y personal increíble, rodearme de otras culturas y actuar en inglés. Estoy muy feliz y me está abriendo mucho la cabeza el estar solo viviendo en otro lado", cuenta.
Familiero, de perfil bajo y tímido pero a la vez figura mediática popular, Franco cuenta que le cuesta la distancia porque es "muy de extrañar". Le gusta leer -entre sus autores cita a Murakami-, ir al cine y salir a comer con amigos y familia.
¿Enamorado?
Sobre su vida sentimental y ante los rumores que estos días lo vinculan a Sofía Morandi, quien fue su compañera de elenco en la puesta teatral de El mago de Oz, el actor aclara: "Estoy soltero, tranquilo. Los rumores son rumores. No hay nada. Estoy solo y ahora me estoy yendo a Europa", afirma. Del vínculo laboral que mantuvo en la obra con la también influencer y concursante del "Bailando por un sueño", añade: "Nos sorprendimos todos con el cariño de la gente, con cómo nos acompañó el público esas semanas. Fue una experiencia re linda. Tanto con Sofi como con Federico Coates y con todo el equipo nos llevamos súper, pero a nivel de trabajo, de trabajo", enfatiza.
Interpretar este año al Hombre de Hojalata en la mega producción de Black&Red Produçoes, con adaptación de Billy Bond y música de Fito Páez, supuso para el actor ciertos retos: "Era algo nuevo estar dentro de una lata. Le cambié la voz de tal manera que la gente no sabía que era yo", cuenta. Durante un tiempo, participaba en esta obra de día y, por las noches, encaraba al demencial personaje de La Naranaja Mecánica en la exitosa adaptación dirigida por Manuel González Gil.
Acostumbrado a participar en novelas y espectáculos infantiles, esta experiencia lo movió de su zona de confort: "Fue uno de los desafíos más grandes y con un gran director que sacó lo mejor de mí. Ese personaje, opuesto a mi personalidad, violento, un psicópata en una época muy difícil y con una escena en la que está cuatro minutos atado en una camilla gritando y llorando, me corrió de todo tipo de lugares. Después de esa escena perdía cuatro o cinco kilos. Fue muy desgastante y me dejó un encuentro con algunas emociones que nunca había transitado, como esa locura".
Franco tuvo su primera aparición en un teatro a los doce años y lo hizo en una adaptación en inglés de un clásico: Ricardo III, de Shakespeare, en el British Arts Center (BAC). "Tenía solo dos escenas en una obra que duraba dos horas pero era algo nuevo estar con actores con experiencia. De actuar en el colegio pasé a este teatro under donde la gente ya pagaba una entrada para ir", apunta.
Luego de algunos casting, quedando incluso seleccionado, llegó Peter Punk, su primera aparición en tele. "En un abrir y cerrar de ojos fueron cuatro años de temporadas, una gira por Latinoamérica, el Gran Rex. Disney, un canal enorme, viajes por el continente. Fue una muy buena escuela porque me enseñó a cantar, a actuar, a manejar los tiempos, y me dio muchísimos amigos".
Luego de participaciones en unitarios como Señales, El legado o El mal menor, llegó su debut en El clan, película en la que interpreta a Guillermo Puccio. Tras una audición con Pablo Trapero, obtuvo el papel. "Aprendí los tiempos del cine, que tiene otro registro al de la tele a nivel de lo que decís, cómo dirigís la mirada, cómo se ensayan los movimientos. Era algo nuevo, como estar con Pablo, que es un director enorme, que todo lo piensa muchísimo, con Peter (Lanzani), con Guillermo Francella, en una película de un caso tan importante".
Al año siguiente, llegó Esperanza Mía, su puerta a la popularidad y la llegada masiva a un público teen. "Fue entrar a un mundo totalmente distinto, el mundo del aire, de Pol-KA, a grabar 183 capítulos. Ahí aprendí lo que es estar haciendo tele y teatro a la vez, porque hacíamos funciones en el Ópera", recuerda quien también vivió la exposición mediática por su noviazgo con Cande Tinelli.
Tras ello, vino Amar después de amar. "Fue pasar a un nuevo lado actoral. Tenía que sufrir muchísimo con escenas muy dramáticas porque perdía a mi mamá; con dos personajes, haciendo de cuando era más chiquito y más actual, y con una historia de amor con una chica diez años mayor que yo", añade.
En Cuéntame cómo pasó se acercó a la novela de época. "Tuve que aprender cómo se hablaba entonces y meterme en una temática como la de la dictadura. Como actor, poder atravesar ese mundo y viajar al pasado fue increíble, con un gran elenco", recuerda. Ese año volvió también al teatro con dos obras, Y un día Nico se fue, de Osvaldo Bazán, y Marco Polo, en el Maipo y retornando al público infantil.
Masini regresó a Telefe en Campanas en la noche y pudo cumplir el sueño de formar parte del elenco de Casi normales. "Salté en una pata por estar en un musical con todas las letras, algo que quería, con grandes cantantes y con la posibilidad de cantar y actuar al mismo tiempo", confiesa.
Fascinado estos días por el trabajo de Joaquin Phoenix en los adelantos que vio de El Guasón y ansioso por ver la película, el actor, también admirador de referentes locales como Rodrigo de la Serna, cree que lo más importante está por venir. "Me hace muy feliz actuar, no hay sensación que lo iguale. Te permite explorar terrenos y sentir emociones que uno no sentiría, jugar a ser otro, aprender e incorporar cosas. Es un juego de nunca acabar, siempre vas a encontrar algo. Tanto en la actuación como en la música, siempre estoy esperando nuevos desafíos", concluye.
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