Caetano Veloso y Gilberto Gil: explosión de tropicalismo
Los fundadores del movimiento que cambió la música de Brasil se reúnen en el Luna Park para celebrar medio siglo de amistad artística
El hombre llamado Caetano Veloso que compuso en 1968 la canción monumental "Tropicália", que marcó la génesis del movimiento tropicalista, está contemplando una pintura de Caravaggio que hay en la habitación con la serenidad y agudeza de un crítico de arte. Es el mismo hombre, performer y artista audaz que se puso un revólver en la cabeza mientras cantaba una canción y fue a prisión durante tres meses antes de exiliarse en Londres. Es el mismo artista que fue la voz musical del Cinema Novo de Glauber Rocha, de los manifiestos antropofágicos de Oswald de Andrade y del arte visual de Helio Oticia. Es incluso el que hace unos años se reinventó en el rock crudo y vanguardista de la Banda Cê.
Su compañero Gilberto Gil entra en escena. Tiene la delicadeza de un príncipe y la energía de un guerrero africano. Ya no porta la barba y ese vestuario psicodélico que sedujo a la generación de fines de los sesenta que lo comparaba con un Jimi Hendrix bahiano, hijo del sonido moderno de Jorge Ben, del beat nordestino de Luiz Gonzaga y de la psicodelia beatle de Sgt. Pepper's. Pero conserva esa visión profética que lo impulsó a crear a fines de los años sesenta himnos como "Domingo no parque", que anunciaron el movimiento tropicalista que cambiaría la música de Brasil del siglo XX.
Pasó cerca de medio siglo, desde que los dos creadores -junto a poetas, escritores, músicos- colaboraron, grabaron canciones y fundaron el movimiento tropicalista, a partir de la edición del álbum colectivo Tropicália ou Paninis et circensis, en el que participaban Os Mutantes, Rogerio Duprat, Nara Leao, Torquato Netto,Tom Zé y Gal Costa, y que rompió los canones musicales de su tiempo, incorporando sonidos psicodélicos, samba, rock , música y poesía concreta, íconografía pop y las imágenes surrealistas de películas como Terra en trance de Glauber Rocha. Pasó más de medio siglo desde que Gilberto Gil fue considerado el nuevo profeta de la música brasileña y Caetano Veloso, su discípulo directo. Ahora, los dos amigos tienen 72 años. Después de compartir el proyecto Tropicalia 2 (1993) y celebrar los 25 años del Tropicalismo no se volvieron a juntar en un escenario. "Para mí es la posibilidad de acercame a Caetano, que es algo que siento en falta. Lo necesito, por ser él quien es y por todo lo que significa para mí", confiesa Gil, que no oculta su admiración por su hermano musical.
Al aspecto afectivo del encuentro, Caetano le suma su agudeza intelectual. Esta reunión con Gilberto Gil (ex ministro de Cultura de Brasil durante el gobierno de Lula da Silva) tiene un significado más profundo para la cultura brasileña. "En Brasil cayó en un momento especial este encuentro. Fue como un contrapunto a la sensación de que todo va mal y que Brasil no tiene solución. Esto de estar los dos celebrando cincuenta años de música y que aparezcamos juntos es leído como un símbolo. En Brasil ahora hay pesimismo, desesperación, como sino hubiera nación. Que estemos juntos en un escenario es como que al menos todavía hay una nación brasileña", reflexiona Caetano Veloso.
El reencuentro no tiene un gesto nostálgico, aunque el repertorio que tocarán hoy, en la segunda función en el Luna Park, pasará por todas sus épocas. Quieren volver a experimentar la inquietud musical y vanguardista de tocar canciones como "Tropicália", "Marginalia 2" y "Domingo no parque". Quieren tocar temas icónicos para la gente como "Coração vagabundo", "Desde que o samba é samba" y "Terra". Y quieren seguir cantando música nueva. "Pensamos en cosas que hace mucho tiempo no cantábamos y también le pedí a Gil cantar una de sus últimas canciones, «No tengo miedo a la muerte». Para mí es la canción más significativa del show, le da una perspectiva a todo el espectáculo en términos de originalidad. Es una canción nueva, moderna. El sonido, la voz, lo que hace con la guitarra Gil tiene un tono experimental que dialoga con el Tropicalismo. Eso pone las cosas en su lugar", apunta Caetano.
-Hubo un tiempo en que se compartían comentarios sobre las canciones y se pedían opinión el uno al otro.
Gilberto Gil: -En el comienzo éramos así. Especialmente yo.
Caetano Veloso: -Yo también
Gil: -Los dos comprendíamos que debía haber una colaboración en ese sentido. Para mí también era un aprendizaje. Yo tenía en cuenta la forma de hacer música de Caetano. Para mí era algo distinto y de gran significado para la música del Brasil. Yo empecé a aprender a hacer canciones y música con él.
Veloso: -Para mí su música estaba muy bien hecha (se ríe).
Gil:-Estaba bien hecha quizás, pero no tenía algo que pasó a tener después que conocí a Caetano. Una manera, una variedad temática y un gusto por cosas más profundas. El tenía esa «dificultad» que yo quería traer para mí trabajo. Sino hubiera pasado eso seguiría solamente haciendo música. Con él aprendí a darle una dimensión pensante a la canción.
-¿Y vos cómo lo veías a Gil?
Veloso: -Para mí era él quien tenía toda la música en sí. Yo admiraba cómo tocaba. Quería entender como secuenciaba esas posiciones en la guitarra y los sonidos en el oído que lograba. Así que aprendí más de musicalidad con él.
Gil: -Mientras, yo aprendía más de poesía con Caetano.
-Fueron como opuestos complementarios en su relación.
Caetano: -Sí, somos así.
-En el libro Verdad tropical, decías que te sentías menos músico frente a Gil. ¿Es verdad?
Veloso: -Me siento todavía
Gil: -Como yo me sentía menos poeta que él. Entonces nos complementábamos. En un sentido, cuando nos conocimos se integraron esos mundos.
-¿Cómo dialoga ese disco/manifiesto que fue Tropicália ou pannis et circensis con el presente de la música?
Veloso: -No escucho mis discos nuevamente pero, en mi memoria, Tropicália es un disco muy bonito porque es colectivo, es variado, tiene ese tono de manifiesto de una generación de cineastas, pintores, músicos y es muy poético. Es como una película en mi cabeza.
Gil: -Creo que si tomamos una canción como "Tropicália" que da nombre al disco, marca todas las cosas arriesgadas que pasaron a ser parte de nosotros mismos. Tienes en esta canción una referencia, porque es una canción compleja en términos musicales y también en la forma de escribir la realidad y la fantasía: las dos cosas dialogan. Es una canción seminal para el futuro. Para el procedimiento de todo lo que después pasó en términos de composición en la música del Brasil.
-El tropicalismo parecía un grito generacional en oposición a la bossa nova, aunque ustedes eran discípulos de João Gilberto.
Veloso: -La bossa nova también fue un escándalo cuando surgió. Fue algo impactante y que tuvo reacciones de rechazo. La bossa nova fue violenta también. Hubo personas de las discográficas que se rehusaban a distribuir los discos de bossa nova porque la encontraban insoportable. Fue la creación de un estilo nuevo pero una vez establecido era una cosa meramente agradable. Ya el tropicalismo fue una actitud también agresiva contra el ambiente y con material fuerte sonoramente y sin un estilo definido porque combinaba el samba, la psicodelia, el rock, la poesía. Todo lo que se hacía era desde un punto de vista diverso. La presencia del folklore era más cruda. Era sacar un trozo de cada estilo y armar un collage con ese espíritu. Eramos más cubistas.
Gil: -La bossa nova tenía un estilo que aunque al principio fuera formado por cosas distintas se quedó en un género definido. La tropicalia jamás llegó a ser un estilo. Jamás deseamos eso. El tropicalismo no era solo un hecho musical, ni poético, ni literario. Es una entidad.
Veloso: -El tropicalismo fue también como una anti bossa nova, pero hecha por admiradores y amantes de la bossa nova. Lo hicimos justamente por respesto a su origen contestario. Reconociendo el aspecto de ruptura que introdujo la bossa. Principalmente de eso se alimentó el tropicalismo.
Gil: -Trayendo todo lo que ella nos propiciaba y nos daba.¿La canción aquella te acordás Caetano?
Veloso: -"Eu, você, nós dois Já temos um passado (canta los primeros parráfos de "Saudosismo", con esa tonalidad irresistible).
-Una cosa que me sorprendió es que Gil reconoce en una entrevista que el creador de toda esta idea del tropicalismo fue Caetano.
Gil: -Sigo pensando lo mismo.
Veloso: -Gil empezó todo para mí porque hizo las propuestas musicales con sus actitudes, sus acciones, todo de una manera muy elaborada y explícitamente. Cosas que estaban en el aire pero que las concretó Gil. Recuerdo que estuvo un período en Pernambuco y cuando volvió trajo todas esas ideas nuevas y los puntos esenciales muy definidos de lo que fue el tropicalismo después. Para mí fue Gil quién lo creó.
Gil: -Yo creía que toda esta forma nueva debería contener justo algo que tenía Caetano como contenido, como comprensión de la dimensión cultural de la música y de la acción artística. La compresión que tenía él a diferencia de la que tenía yo cuando lo conocí. Yo quería que fuera un colectivo para toda la segunda generación de la bossa nova. Pero eso no fue posible porque muchos no comprendieron. Nos rechazaban y no nos entendían.
-¿Tienen nostalgia de aquellos tiempos de revolución tropicalista?
Gil:- No tenemos nostalgia. Estamos contentos de que se renueve ese ciclo tocando juntos.