Evermore, el disco sorpresa de Taylor Swift que coronó su gran 2020
Taylor Swift. Álbum: Evermore. Canciones: "Willow", "Champagne Problems", "Gold Rush", "'Tis the Damn Season", "Tolerate It", "No Body, No Crime" (feat. HAIM), "Happiness", "Dorothea", "Coney Island" (feat. The National), "Ivy", "Cowboy Like Me", "Long Story Short", "Marjorie", "Closure" y "Evermore" (feat. Bon Iver). Edición: Universal Music. Nuestra opinión: muy bueno.
Taylor Swift pasó gran parte de su carrera contando historias. Mejor dicho: contando sus historias. Un ejemplo vital de su fuerza como narradora es "All Too Well", posiblemente una de sus mejores canciones, parte central de su álbum Red (2012), donde cuenta en detalle el comienzo de una relación y su ruptura con una fuerza ineludible. Las especulaciones sobre a quién estaba dirigido ese tema en particular y tantos otros que lo precedieron y sucedieron son parte del folklore de Swift como artista. A ella le gusta dejar pistas en sus letras tanto como a su base de fanáticos encontrarlas.
El quiebre se produjo con Reputation (2017), su disco menos cohesivo que, ya desde su estética, se mostraba como grunge, oscuro, un vómito de enojo con solo algunos destellos de su mejor época, como el caso de "Delicate". De todas formas, también allí Taylor estaba contando su historia –principalmente, su disputa con Kanye West–, aunque el foco se había perdido y se percibía una necesidad de resetear.
La aprobación del público y de la crítica son fundamentales para la cantante. Ella misma lo ha contado en el excelente documental para Netflix, Miss Americana. El haber perdido en la categoría álbum del año en los Grammy con Red la impulsó a grabar un mejor disco: esa joya pop llamada 1989 (2014). Con Reputation sucedió lo mismo. Al ser ignorada por la Academia, sacó, ya despegada de Big Machine Records, el luminoso Lover (2019) que, aún con sus fallas, tenía otros himnos pop pegadizos como "Cruel Summer", coescrita con St. Vincent, y "Paper Rings", aunque algo perdidos entre 18 canciones. Se sabe: el fuerte de Swift no es ser sucinta, y mucho menos excluir de sus discos composiciones que, aunque atenten contra la contundencia general, ella no está dispuesta a sacrificar.
Esto nos conduce, indefectiblemente, a Evermore. "Para decirlo de manera simple: no podíamos dejar de escribir", posteó la cantante y compositora el 10 de diciembre, un día antes del lanzamiento del disco hermano de Folklore, que había sido editado el 24 de julio. Su noveno trabajo discográfico ratifica que a Swift ya no le importa la aprobación tanto como antes, o al menos no se nota una excesiva necesidad por complacer. Asimismo, deja de lado sus vivencias -los guiños están, pero son escasos- para ponerse en el rol de narradora de historias ajenas, inventadas y reales.
Para Evermore, la artista elige nuevamente a Aaron Dessner de The National como su mano derecha (Jack Antonoff produce solo "Gold Rush", una efectiva canción pop reminiscente a "Green Light", de Lorde, del disco que Antonoff le produjo, el brillante Melodrama) y a otros integrantes de la banda de Ohio como figuras claves, como el gran Bryan Devendorf haciendo lo suyo con la batería, y Matt Berninger cantando con Swift la sombría "Coney Island".
Dessner declaró que la colaboración con la artista fue la más fructífera de su carrera y que nunca había conectado con otro compositor del mismo modo. Evermore, al igual que Folklore, tiene ese aura de disco concebido en pandemia, con el romanticismo de los intercambios de tinte epistolar entre Swift y Dessner, quienes, junto a la pareja de Taylor (el actor británico Joe Alwyn) iban enviándose ideas y completando letras que conforman cuentos -a fin de cuentas, estamos hablando de un díptico anclado en la tradición oral- como "Champagne Problems", "'Tis the Damn Season", "Long Story Short", y "Evermore", su segunda fusión con Bon Iver tras la superior "Exile". La producción de Dessner -marcada por ese in crescendo tan característico de The National-, vuelve a ser impecable e incluso más alejada del folk-rock y más cercana al rock alternativo como el caso de "Closure".
Si bien fue anunciado sorpresivamente como Folklore, Evermore, en materia de golpe de efecto, no tuvo el mismo impacto ni necesitó tenerlo. Como toda la carrera de Swift, si uno ignora sus astutos movimientos como mujer de la industria quedan sus canciones como viva prueba de un talento que se ha visto opacado por su otra parte, ese costado mediático que parece estar dejando atrás. En Evermore, la canción dedicada a su abuela, "Marjorie", la balada al estiloLana Del Rey, "Cowboy Like Me", el potente primer single "Willow" y la perlita "Ivy" (coproducida por Antonoff), hablan por sí solas y ratifican que la artista funciona mejor cuando no tiene nada que demostrarle al mundo más que el deseo de componer. Volver a las fuentes sin el ruido exterior. De eso se trata.
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