La ficción protagonizada por Zendaya cuenta con una banda de sonido exquisita de la que también forman parte la ascendente Kali Uchis y Solange, la hermana menor de Beyoncé
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Basada en un drama israelí homónimo, la serie Euphoria puso a los centennials en el centro del streaming consagrando a Zendaya en el rol de Rue Bennett, una adicta a las drogas que lucha por recuperar su equilibrio. A su alrededor gira el mundo contemporáneo en una versión cruda y a la vez de alto cuidado estético. Euphoria bien podría dejar un retrato del espíritu adolescente en la era del narcisismo digital, las drogas sintéticas y el hip hop.
Su banda de sonido actualiza tanto retro como insumo de las series y presenta un casting de nuevas divas a las que la música electrónica y su estilo de producción les viene de fábrica.
“Loner” (Kali Uchis, 2015). Introducida por un piano eléctrico en plan jazzie, la Uchis (1994) actualiza la elección de la soledad por sobre el maltrato. Se la escucha susurrar “No quiero ser tu cigarrillo ni tu cenicero/Por eso prefiero ser una solitaria”. “Loner” cerraba el sorprendente EP independiente de Uchis (Karina Marina Loaiza) de sangre colombiana y pasaporte estadounidense. Multifacética en sus roles de cantante, productora, actriz y directora , tiene dos álbumes editados y es la primera cantante colombiana en quedarse con un Grammy en una categoría no latina (Mejor interpretación dance), en 2020.
“Release the Hounds” (Jarina De Marco, 2016). Hija de una activista y etnomusicóloga dominicana y un compositor brasileño, Jarina De Marco puede ser el espejo de la estrella pop multirracial (canta en cuatro idiomas) y empoderada (controla todos los aspectos de su obra). El exilio político de su familia le marcó el camino: sonidos tropicales con conciencia social. Tal el caso de esta canción incluida en el soundtrack de Euphoria donde se la escucha como una Björk del Caribe cantando por los derechos de los pueblos originarios de Dakota del Norte ante la construcción de un oleoducto que violaba sus derechos territoriales. Tiene tan solo un EP (Malcriada) editado en 2019 y su nuevo sencillo “Give it to me” es una pieza irresistible de electrofunk. A ponerle el oído.
“Liability” (Lorde, 2017). Acaso la mayor exportación artística de Nueva Zelanda desde la saga de Lord of the Rings de Peter Jackson, Lorde (1996) se reveló como una compositora de una madurez asombrosa cuando apenas pasaba los 15 años. Su estilo intimista no se queda en la chica-sentada-al-piano sino que es además un sonido propio del que ella mismo se hace cargo como productora. “Lability” suena en Melodrama su segundo álbum donde con 20 años se había convertido en una de las voces más interesantes de su generación. La expectativa por Solar Power que se publica la semana que viene es enorme teniendo en cuenta el adelanto del sencillo “Stoned at the Nail Salon”. Pop acústico en una miniatura iridiscente.
“Malamente-Capítulo 1: Augurio” (Rosalía, 2018). Que el mejor pop 3.0 (con sus raíces hundidas en todos los desvíos del hip hop) tiene cara y voz de mujer también lo ha probado Rosalía (1993), que se incorpora con naturalidad al mix de discoteca y dormitorio que presenta el soundtrack de Euphoria. El flamenco no había sido atravesado por el pop con tanta personalidad e impacto global en décadas y la responsable es otra neo diva que mantiene toda la producción bajo control. El Mal Querer es, que duda cabe, uno de los discos más trascendentes grabados en español en la última década.
“Fabric” (CupcakKe, 2018). La aspirante a nueva reina del explicit lyrics nació en Chicago en 1997 y explotó subiendo sus rimas triple X a YouTube hasta que consiguió su primer álbum (Queen Elizabitch) en 2017. Minimalista en los sonidos y arreglos, Elizabeth Elen Harris sigue la línea de raperas guarras como Lil Kim en sus rimas de altísimo octanaje sexual (“Vagina”, “Garganta Profunda”). Percusión electrónica al plexo, techno duro en contrapunto con el vacío y una boca tan deshinibida como la generación que Euphoria retrata en la pantalla.
“Tempo” (Lizzo feat. Missy Elliot, 2019). Como una generosa y rotunda criatura de Botero, Lizzo (Melissa Jefferson, 1988) se deja ver desnuda en la tapa del álbum Cuz I Love You de donde fue extractada para la serie Tempo. Así, la rapera hace un manifiesto por el respeto a los cuerpos que se salen de la norma y se planta desafiando un modelo de estrella que debe responder a la idealización de la mujer-Barbie. No por nada la acompaña aquí Missy Elliot, no sólo una de las mayores artistas de la era hip hop y el digi-soul sino también una activista por el derecho al goce de las mujeres. La canción lleva la “E” de Explicit adosada.
“You Should See Me In a Crown” (Billie Eilish, 2019). A la sugestiva tapa y título de su álbum When We All Fall Asleep, Where Do We Go? le seguían canciones tan intrigantes como esta. A los 19 años, Eilish es ya una de las artistas que marcan el rumbo: una canción pop más abstracta y cuya instrumentación no puede ser sino electrónica. “You Should See Me In a Crown” rankea entre lo más alto que haya grabado. La canción es puro balbuceo minimalista que se resuelve en una atmósfera siniestra.
“Stay Flo” (Solange, 2019). El soul parece perpetuarse con la incesante aparición de nuevas voces y producciones arriesgadas que adaptan el viejo paradigma de cuerdas y bronces a una solución de sonidos abstractos y sintéticos. Solange, hermana menor de Beyoncé, ha conseguido distinguirse con un perfil bajo y una sofisticación inusual para la música popular de hoy.
“Be Mine” (Amandla Stenberg, 2019). Reconocida por su papel en Los Juegos del Hambre (donde, ups, interpretaba a una chica llamada Rue tal como Zendaya en la serie), Amandla (1998) se reconoce no binaria y tiene una incipiente carrera discográfica con dos sencillos. “Be Mine” es una balada electrónica-ambient con ecos de dubstep y el contrapunto entre su voz y una segunda en pitch descendente le dan a toda la canción un efecto narcótico. No es ninguna novedad a esta altura pero funciona en sincro con la estética de la serie. Tuvo un cameo en el clip de “Lemonade” de Beyoncé que también se escucha en Euphoria.
“I’m Not in Love” (Kelsey Lu, 2019). Un rescate de la FM de los 70 y 80 pareciera desentonar con este recorte del soundtrack pero el viejo hit de los ingleses 10 CC, como todo gran clásico, lleva escrita la fórmula de la eternidad. “No estoy enamorada, no lo olvides/es solo una tontería pasajera por la que estoy pasando/Y que te haya llamado, no lo malinterpretes no quiere decir que ya esté resuelto” vuelve a cantar Kelsey Lu, una cellista clásica, performer y video-artista, mudando cada una de las palabras originales de Graham Gouldman de 1975 a la segunda década del siglo XXI. La versión es asombrosa de principio a fin, incluyendo una coda inesperada. Se la puede escuchar en Blood, hasta aquí su único (y fantástico) álbum. Con base en Londres ha colaborado con Florence & The Machine, Skrillex y Solange. ¡Queremos más!
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