Estrenan hoy una sinfonía de ruidos
Buenos Aires puede ser percibida como una monstruosa productora de ruido o la generadora de una particularísima sinfonía urbana.
El polifacético compositor y guitarrista Nicolás Varchausky está dispuesto a transformar en acto la segunda proposición.
Hoy, a las 19, cuando Retiro esté en plena ebullición por el clásico regreso a casa de los viernes, la Torre de los Ingleses se transformará en "un atalaya sonoro en el que colgaremos parlantes que duplicarán, restituirán y señalarán los sonidos que ocurren en la realidad", según explica Varchausky.
Esta sinfonía porteña y "ruidista", construida con los sonidos de la calle y sus múltiples voces (tanto humanas como maquinales), servirá como inusual presentación para el CD "Intervenciones", el primero de este músico egresado de la carrera de composición con medios electroacústicos de la Universidad de Quilmes. Y también, como parte de la celebración del primer año de vida del museo de fotografía Torre Monumental.
La propuesta es parte del credo de este compositor, quien, básicamente, considera posible pensar cualquier fenómeno sonoro como música y a partir de allí producir su propia obra.
Es por eso que puede formar parte como guitarrista y arreglador del grupo de tango 34 Puñaladas, tanto como del Ensamble Nacional del Sur, donde se combinan experimentación sonora y teatro musical. Como creador ha trabajado junto a teatristas como Rafael Spregelburd y Edgardo Cardozo, pero su centro es la música electroacústica académica (es egresado en esa especialidad de la Universidad de Quilmes, donde actualmente dicta clases).
Varchausky fue al sello independiente BAU, que aceptó editarlo y en todas sus facetas. Ya comenzaron con "Tangos carcelarios", de 34 Puñaladas, que -según cuenta- agotó en tres meses su primera tirada, de 1000 ejemplares; sigue ahora con "Intervenciones", cinco obras en el que conviven instrumentos musicales, la voz cantada y la electroacústica sobre la base de la premisa de "intervenir" sobre cada uno de los componentes. Por si fuera poco, el Bau completará una trilogía con el esperado primer CD del ENS, el proyecto que dirige el compositor Oscar Edelstein al frente de un grupo de instrumentistas-compositores que se articula además con la investigación en el nivel universitario en el proyecto Música y Drama, con sede en la Universidad de Quilmes.
- ¿Cómo se articulan estos mundos musicales tan diversos entre sí?
-Son versiones de las cosas que a mí me interesan, que son pocas. Son algunas ideas que me rondan y la intención de producir proyectos alrededor de ellas, que tienen formas que en la superficie parecen muy distintas, como el tango y la electroacústica, pero para mí están relacionadas en forma profunda.
- Pero el contexto no es el mismo. Por ejemplo, el tango es un género con sus reglas de juego.
-Totalmente; es que en el caso de 34 Puñaladas lo que tengo ganas es de decir cosas a través de un género. Trabajo y juego dentro de ese género, veo cómo se puede jugar ahí adentro, sin destrozarlo. Al menos por ahora. En Puñalada, el género no está violentado. En cambio, en una de las obras del CD "Intervenciones" justamente tiene como premisa la intervención de un género, el tango.
-¿Considerás a la electroacústica también como un género?
-Pensar a la electroacústica como un género es un error, porque es limitarla, matarla y hasta detenerla en el tiempo. Para mí es un territorio en el que se puede hacer cualquier cosa. De hecho, algunos de mis pares dudan de que haga música ¡y yo comparto la duda! Es justamente no tener la respuesta de qué es la música lo que más me entusiasma para buscar respuestas. Mi interés es hacer una música que obtenga un equilibrio entre lo abstracto y las ideas más sofisticadas con un vínculo comunicativo fuerte.
-Una de las obras del CD "La bonaerense/la federal" fue estrenada por radio, la pasaste en ocho canales en la Fábrica IMPA y ahora llega a la calle. La sala de conciertos no es tu espacio...
-Saber dónde va a ocurrir una obra me parece muy importante. En ese sentido lo pienso como hacen los plásticos, que curan un espacio para reunir una cierta cantidad de obras en un determinado lugar produciendo un tercer texto. Las salas de conciertos a la italiana tienden a homogeneizar los espacios para la música. Pero para la música que yo pienso no me sirve en términos de lo que pueda agregar ese espacio a lo que suena.
-¿Cuál es la idea de presentar el CD en la Torre de los Ingleses?
-Es una acción performática, una intervención pública. La Torre será un atalaya sonoro donde colgaremos parlantes. No vamos a pasar estrictamente las obras del CD, sino materiales en bruto de las grabaciones de la calle que vengo recolectando. Por ejemplo, hacia el Norte, la cara que da a las terminales ferroviarias, se proyectarán las voces de los vendedores ambulantes del tren. Esta grabación estaría de este modo restituyendo sonoramente a todos los vendedores que echaron de ahí hace cuarenta días.
-¿Qué significa el CD "Intervenciones" para tu producción musical?
-Es cerrar una etapa de una cierta cantidad de obras que rondan un mismo eje temático, y esto me permite que circulen de otra manera, es otra carta de presentación, es una obra en sí. Tanto este CD como los otros dos, lamentablemente, son un equivalente a sacar el pasaporte italiano. Te permiten un medio para circular por el mundo.
-¿Por qué pensás que los compositores académicos de las generaciones anteriores, digamos las de tus maestros, han grabado tan poco sus respectivas obras?
-Creo que es justamente algo generacional. Antes la idea del disco era algo equivalente a la consagración. Se lo pensaba como el fin del laburo de toda una vida. Ahora es lo primero que hacés. Antes de tocar en vivo ya tenés el CD. Es, si se quiere, una actitud más rockera.
De expresión de deseos a cruel realidad
- Nicolás Varchausky compuso la última obra electroacústica del CD hace un par de años, pero ahora ganó -dramáticamente- la más absoluta actualidad. "La bonaerense/la federal" utiliza como materia prima las comunicaciones radiales de las policías porteña y de la provincia de Buenos Aires. Además de los avisos de posibles delitos se escuchan cosas como "Tiralo al Riachuelo al hijo de p... ese". Al respecto Varchausky cuenta: "Mi sensación fue estar frente a una típica expresión de deseo policial. Después de lo que pasó con Ezequiel Demonty es escalofriante imaginar que eso sea un procedimiento habitual".
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