Esta noche vuelve El Reloj
La banda argentina de rock se presenta hoy, en El Ateneo
"A los shows, hoy, vienen los padres con sus hijos", cuentan los integrantes de El Reloj, banda con larga y fragmentada historia que volverá a presentarse hoy, para grabar su primer disco en vivo. Los padres, entonces, les contarán a sus hijos sobre esta banda que comenzó, al oeste de la ciudad, en 1971. Hablarán de aquel particular rock, pesado, pero matizado de arreglos sinfónicos provistos por los teclados y el Hammond de Luis Valenti. De la voz del también bajista Eduardo Frezza, cantando, aguda "Alguien más en quien confiar" o "El mandato". De la guitarra de Willy Gardi y de su postura, tan rock, en el escenario a la que se sumaba la de Osvaldo Zabala. Y del doble bombo -una sorpresa en ese entonces- de Juan Esposito. Y el más memorioso recordará la tapa del segundo disco, con un dibujo de Horacio Fontova.
Le contará de aquel show en el Astral y, más aún, de cuando llegaron a tocar en el Luna Park.
Luego, tras dos álbumes, "El Reloj" y "El Reloj II", la banda se desmembró. "Teníamos mucho trabajo, éramos jóvenes, estábamos saturados y no teníamos nadie que nos diera algún consejo. Aunque -confiesa Juan Esposito-, quizá no le hubiéramos hecho caso. Lo cierto es que estando en la cumbre nos peleamos y nos separamos. Cada uno siguió por su lado, haciendo diferentes cosas."
Entre esas cosas, hubo varios intentos de regreso. En 1983 lo intentó Gardi, aunque sólo quedaba él de la formación inicial. En 1989, Valenti y Esposito intentaron otra formación. Ambas duraron poco. Sólo en 1993, El Reloj volvió al ruedo, con la formación original, y grabó un nuevo álbum, "Santos y verdugos", que incluía un par de los viejos clásicos nuevamente grabados por el quinteto.
Pero faltaba otro golpe. La muerte de Willy Gardi, en un accidente automovilístico, a fines de 1995. Sin embargo, la banda decidió seguir adelante. "Pero con cambio de formación", aclara Esposito.
Hoy la banda forma con los "históricos" Esposito, Zabala y Valenti y se completa con Gustavo Cipiano en voz y Polaco Riedel en bajo. Tras la edición de "Hombre de hoy" y "Mercado de almas", El Reloj se presenta hoy, en el teatro Ateneo, para grabar su primer disco en vivo. Allí, aprovecharán para dejar registrados, en nueva versión, los temas de la historia de la banda. "De lo nuestro, lo mejor", bromea el baterista. Los afiches del show de esta noche empapelan la ciudad. Frente a ello, Zabala recuerda los viejos tiempos. "Empezamos casi sin difusión. Metíamos mil personas en un teatro con sólo pegar unos cien afiches en la calle."
Tendrán, como invitado, a un amigo de la vida: Claudio Marciello, guitarrista de Almafuerte. Así, como en la vieja época, en algunos tramos del show habrá dos guitarras. "Es que nunca reemplazamos a Willy, el lugar de él nunca se ocupó. No volvimos a tener dos violas y no es porque no haya buenos guitarristas", dice Zabala.
Es el guitarrista, también, quien intenta la definición de la búsqueda musical de El Reloj, aquella que los diferencia del resto: "Paseamos por el rock pesado, pero salimos y vamos hacia el barroco, hasta lo sinfónico".
Sin embargo, confiesa que esto último tiene menor presencia en las composiciones actuales. Ahora son todos los integrantes los que escriben, a falta de los pilares en esa función que siempre fueron Gardi y Frezza. "Pero lo sinfónico siempre va a estar -aclara Esposito- , aunque lo vas a encontrar un poquito menos que antes. Por otro lado, ahora es raro hacer temas de siete minutos, donde sí podías poner distintas partes. Pero, en nuestro disco se escuchan los arreglos sinfónicos, sobre la base fuerte y sólida, que es lo que le da el power, el sonido pesado."