Empezó Lollapalooza Chicago con The Strokes, ¿la gran banda de estos tiempos?
CHICAGO.- Hay bandas que con solo pisar el escenario marcan la diferencia. Las primeras luces, los primeros acordes, la pose, el look, la puesta y las canciones. Vaya si las tiene The Strokes, el quinteto neoyorquino, que con su primer disco, Is This It, inauguró el siglo XXI e inició una nueva era dorada, en principio para el sonido sucio, desprolijo, chirriante, abrasivo y urgente de Nueva York, pero que rápidamente se extendió como reguero de pólvora por el planeta.
Y acá en Lollapalooza, en la nave insignia de los festivales de música, el rock brilla más desde las pantallas, en las imágenes que recuerdan antiguas ediciones, que en los escenarios, donde los sonidos que se imponen son otros. La electrónica, desde ya, con epicentro en el mítico Perry's Stage; el pop en todas sus variantes y dimensiones, el R&B y el hip hop, sonido con el que vibra la ciudad de Chicago (por caso, el rapero Saba fue uno de los créditos locales que brillaron ayer), se pasean por los ... ¡siete escenarios! (sin contar el espacio para chicos Kidzapalooza y pequeños espacios diseminados por los espacios de recreación y VIP.
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Por eso, a la hora del cierre, mientras el dúo electrónico The Chainsmokers se prepara para cerrar uno de los escenarios principales -el que tiene como telón de fondo la vista de los rascacielos que le da ese marco único a Lolla Chicago-, en el otro la aparición de Strokes se asemeja a la de cinco extraterrestres. Tipos con onda, que se abrazaron al rock con intensidad desde el primer día y que vivieron todas sus consecuencias. Los vimos por última vez en Lollapalooza Argentina 2017 y ahí comprobamos, no sólo que ofrecieron su show más multitudinario sino que estaban de vuelta en muy buena forma, menos salvajes, más ajustados y, claro, siempre mirando de reojo las acciones de su enfant terrible, Julian Casablancas.
Más cerca de unos Jagger-Richards del siglo XXI que de los hermanos Noel y Liam Gallagher, Casablancas y ese extraño guitar-hero de rulos que es Albert Hammond Jr. se mueven por el escenario mucho más asentados y ya sin signos de ese desgano que parecía dominarlos años atrás. Son el agua y el aceite. Uno viste de negro, Julian, y parece estar siempre al borde de una provocación. Tiene ganas de hablar, monologa entre tema y tema, pero siempre termina imponiéndose el guion: la canción, el hit que sigue. El otro viste de blanco y aporta tanta solvencia como el segundo guitarrista, Nick Valensi, y la base que integran Fabrizio Moretti y Nikolai Fraiture, pero transmite calma y la certeza de que la victoria está asegurada.
Entre "Heart in a Cage" y ese himno que es "Last Nite", los Strokes desplegaron una lista de temas consagrada a sus primeros tres discos: el mencionado Is This It, Room on Fire y First Impressions of Earth. "New York City Cops", "Reptilia", "Meet Me in the Bathroom" y "Someday" fueron algunos de los puntos más altos de un show excelente.
Asunto de estado
Como señaló en el influyente diario local, Chicago Tribune, el productor Matt Rucins, la Ciudad de los Vientos es la tercera más importante de los Estados Unidos en cuanto a shows se refiere. Sin embargo, a la hora de los festivales de verano asciende al primer lugar.
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Los hay enormes y de cuatro días como Lolla, pero también los hay de dimensiones más pequeñas y dedicados a públicos muy específicos. Los festivales de verano en Chicago son multitud y ascienden a más de 100. Pitchfork, Chicago Open Air Presents, Spring Awakening, North Coast y el latino Ruido Fest son algunos de ellos. Pero cuando el crecimiento de la oferta parece detenerse y afectar a todos, en mayor o menor número, aparece la mano de la alcaldía de la ciudad para dar su apoyo. Por eso no extrañó al público local que la recientemente asumida alcaldesa Lori Lightfoot subiera a uno de los escenarios principales para dar gracias a la producción, al tiempo (no está pronosticado lluvia para este año y esa es una muy buena noticia después de dos ediciones pasadas por agua) y, de paso, presentar a la siguiente banda: los australianos Rüfüs du Sol.
El exalcalde Rahm Emanuel apoyó desde su lugar que Lollapalooza se extendiera un día más. Desde 2016, el de Chicago es el único Lolla de cuatro días. Con la cuarta jornada, el festival celebró en su momento las diez ediciones en la ciudad del encuentro ideado por Perry Farrell y demostró por qué es la nave insignia de los festivales de verano. Aun sin haber agotado todos los tickets en un par de horas, como sucedía tiempo atrás, el Lolla lleva la delantera en este tipo de eventos y mantiene su política de sumar nuevas sedes: este año Estocolmo tuvo su primera edición.
Mientras Rüfüs du Sol intenta imponer su synth-pop que viene de los 90, el irlandés Hozier despliega su receta de folk y gospel; King Princess demuestra que tiene carisma para sumarse al segundo pelotón del pop y, con solo unas pocas canciones, H.E.R. se consagra en uno de los escenarios principales con la vieja receta de las baladas R&B, esas que van directo a conectarse con el alma.
En Chicago Lollapalooza recién comienza. Pasó la primera jornada y este viernes, en la segunda, será el turno de Janelle Monáe, 21 Savage, Death Cab For Cutie, Alesso, Tame Impala y Childish Gambino.
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