En .mp3, su segundo disco, embebe sus canciones de un pop bailable con referencias concretas a la primera década del siglo; su próximo tour ya agotó diez fechas en el Movistar Arena y su crecimiento profesional supera los límites de la asimilación; “Mirá en lo que me convertí después de tanto laburo”, sostiene en diálogo con LA NACION
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“Me exijo cuanto quiero porque puedo mucho más”, canta Emilia en “Facts”, la canción que abre su segundo disco, .mp3. Este hit y la mayoría de los que integran su álbum -sí, son todos hits- la muestran, la descubren, la definen tanto o más que las entrevistas. Ella tendrá una respuesta para eso que, como todas, llegará acompañada de una enorme sonrisa, de esas que descomprimen y cortan distancias.
Podemos sospechar que hoy Emilia Mernes, la chica que nació en Nogoyá, Entre Ríos, en 1996 y que días atrás fue noticia por haber agotado los tickets para diez fechas en el Movistar Arena en diez horas, tiene un día intenso. Sólo hay que llegar a su discográfica para comprobarlo. El ascensor que nos traslada hasta el piso en el que aguarda Emilia Mernes parece de uso exclusivo de periodistas. Van y vienen los colegas a un ritmo frenético, el mismo que debe acompañar a Emilia desde que en 2019 inauguró su carrera solista con “Recalienta”, luego de una “previa” de dos años como una de las cantantes del grupo de cumbia pop (¿cheta?) Rombai.
El formato mp3 explotó entre finales del siglo XX y comienzos de este, a partir del boom de Napster. La cantante, bailarina y modelo -en pareja con otro “pope” de la escena urbana, Duki- casi que nació con ese formato que generó un boom de descargas ilegales que hizo tambalear la industria discográfica. La misma que hoy goza de buena salud gracias, en buena medida, a dos pilares: las plataformas digitales y los shows. Esos dos pilares son los que marcan el ritmo de vida que sostiene Emilia.
Un salón y una mesa largas, de esas ideales para las reuniones de trabajo numerosas. Gente de su equipo, de su sello, maquilladora, camarógrafo, más periodistas. Viste de rojo, saluda con un beso, distiende con una sonrisa y ya. El tiempo empieza a correr ni bien nos sentamos. A veces es más tirano que otras y esta parece ser una de esas ocasiones. Habrá que dejar el extenso cuestionario de lado y exprimir los minutos.
-¿A qué te remite el formato mp3?
-Es de los primeros recuerdos que tengo con la música y me parecía interesante poder traerlo a la actualidad. Hay mucha gente que me sigue que no tiene idea lo que es un mp3 o que no tiene idea de cómo se reproducía la música en ese momento. Me parecía interesante poder trasladarlo no solo a mi música sino también a nivel visual; me divertía mucho la idea y me parecía una experiencia que tenía que hacer. Obviamente me inspiré mucho en las artistas que yo seguía en esa época, con las que crecí, como Thalía, Kylie Minogue, Paulina Rubio, Pink, Rihanna... Todas ellas han sido de mucha inspiración para este álbum. Nelly Furtado también. Estoy muy contenta que la gente haya entendido este concepto y esta búsqueda que fue un proceso de un año y medio en el que estuve trabajando en el álbum.
-Es decir, terminaste tu primer disco, ¿Tu crees en mí?, que salió en 2022 y casi que empezaste a trabajar en este...
-Estaba nerviosa y ofuscada: “Ahora qué voy a hacer, para qué lado voy a ir”. Tiré unas balas, saqué un reggaetón y después dije: “Estoy harta de hacer reggaetón genérico” y pensé en ir para otro lado. Y así fue que surgió el disco.
-Lo veo mucho más pop que el anterior...
-Yo también, cien por ciento. Quise experimentar con varios géneros de la época del mp3 también. Tenés una parte más electrónica, más house; tenés la parte más hip hop, tenés balada, full pop. Hay una canción para cada mood, para cada momento del día.
-Hay una mención a Madonna en el disco. La escuchaste mucho?
- Sii, la escuché muchísimo a ella, a Britney, a Christina Aguilera, todas ellas me marcaron y sobre todo mi número uno, Beyoncé.
-Te acordás del momento en el que dijiste que querías dedicarte a la música?
-Sí, me acuerdo de un momento clave. Habíamos vuelto de la facultad, estábamos en mi casa con mis amigos, que los conservo hasta el día de hoy. Eran mi grupo de estudio (hace el gesto de las comillas). “Estudio”, porque no estudiaba nada. Sí, lo intentaba, pero no podía, mi cabeza estaba en otro lado. Mis amigos tocaban la guitarra, cantábamos y me acuerdo que yo estaba tocando una canción con la guitarra y uno de mis amigos me pregunta: “Qué hacés estudiando Literatura, Emilia, qué hacés que no te lanzás como cantante? Y siento que en ese momento algo hizo clic en mi cabeza y dije: “Sí, tiene razón, no sé qué estoy haciendo con mi vida. Todo bien con la Literatura, me encanta leer, admiro a un montón de escritores pero no es algo en lo que me veo a futuro, y ahí tomé la decisión de empezar a estudiar música, que me duró dos semanas porque me descubrieron de un grupo (Rombai) y ahí empecé a trabajar de manera profesional.
-Como muchos cantantes de tu generación empezaste subiendo a YouTube tus versiones, tus covers de clásicos y de hits del momento....
-Subí de todo, de Soda Stereo, de cumbia, fui variando un montón y era la canción que me nacía hacer en cada momento. Hacía mashups de canciones pop, de James Blunt, por ejemplo.
-¿Hubo algún cover que marcó un quiebre?
-En 2016 subí un cover que era un mashup de cumbia pop, la cumbia cheta como se la llamó en ese momento. Ese video tuvo muchas reproducciones y fue el que hizo que me descubrieran.
-De ahí a un debut multitudinario, como todos los que tuviste...
-Siempre fueron un delirio. Mis primeros momentos son delirantes. Mi primer escenario fue frente a 12 mil personas, hay una foto en Instagram que todavía la conservo. Era una niña súper ingenua, pobrecita, digo yo porque tenía muchos sentimientos encontrados, muchos nervios, fue una gran oportunidad. Sin dudas fue un trampolín para ser quien soy hoy. Me tuve que embarrar muchísimo, tuve que pasar por un montón de situaciones que no me gustaron pero todo eso me hizo crecer un montón. Estoy muy contenta de la persona en la que me he convertido después de tanto trabajo.
-¿Te pasa de ver esas imágenes y no creer que sos vos?
-Sí, total, me re conmueve igual. También veo el crecimiento y la madurez a nivel personal y artístico y me genera mucha melancolía. Esa Emilia era una soñadora y hoy sigo siendo una soñadora, pero mirá todo lo que ha pasado, mirá la persona que era antes y mirá en lo que me convertí después de tanto laburo. No me avergüenza en absoluto. Lo cuento con mucho orgullo y ha sido parte de mi vida.
Emilia se convirtió en un talento pop que apenas está comenzando, más allá de los números asombrosos que la respaldan. Canta, compone, baila y está detrás de cada detalle de su producción artística (sigan leyendo y más abajo se enterarán). En este segundo disco sus canciones intentan desmarcarse del lugar común de la música urbana, del reaggetón “genérico” al que ella hace referencia. En sus letras priman las experiencias personales pero también la fantasía, el empoderamiento femenino y el optimismo.
-El disco es bastante autorreferencial, a diferencia de lo que quizás sea habitual en la escena urbana. ¿Lo que vivís lo tenés que bajar al papel?
-Sí, trato de ser lo más real en mis canciones, contar lo que me pasa, si me siento sola un día en el estudio lo voy a decir en mis canciones, si quiero estar a mil kilómetros de mí porque ya no me soporto más, lo voy a contar (”A_1000_Km.mp3″) y si estoy atravesando una situación feliz con mi pareja también lo voy a contar, porque trato de que todas mis experiencias estén en las canciones. Cuanto más real y transparente, la gente conecta aún mejor. También tengo los momentos en los que digo: “Soy una perra exclusive, me gustan las burbujas, champagne en el jacuzzi”. A ver, yo no es que ando diciendo por la vida soy lo más, gasto no sé qué. Es como un alter ego: canciones que escuché de artistas que me gustaban, que me empoderaban, que vienen más del trap y del rap. Es esto de frontear (presumir), que en algunas canciones lo hago. Con “Facts.mp3″ abro el album y digo: “Tengo todo lo que quiero pero quiero mucho más, yo me exijo cuanto quiero pero quiero mucho más”. También como un hecho de manifestar, de subirle el autoestima y la seguridad a la gente. Tenés un día de mierda y escuchás una canción así y quizás te cambia la percepción.
-En una letra decís: “De tanto sacar canciones nos quedamos sin stock”. La exigencia actual pide temas nuevos todo el tiempo...
-Últimamente he estado bastante inspirada, tengo canciones en stock para sacar y mostrarle a la gente. Hay mucha oferta y también mucha demanda de canciones, todo pasa muy rápido y hay que estar preparado. Las canciones antes la gente las consumía de otra manera, ahora están todos como “quiero más”. Saqué un álbum de 13 canciones, 9 son nuevas, lo saqué hace un mes y la gente ya me está pidiendo canciones nuevas. Dame un respiro, por favor. No las quemes tan rápido (se ríe). Pero a su vez está buenísimo porque es un consumo que se agradece, porque es un público muy leal, pero también te hace trabajar mucho más. Yo estoy dispuesta para eso. Lo hago con mucho orgullo y muchas ganas.
-Te declarás autoexigente, ¿qué tiene de bueno eso y qué de malo?
-Soy bastante pesada en ese sentido, bastante meticulosa, detallista, perfeccionista y en todos los ámbitos que tiene esta carrera, no solo el show sino también el estudio, las producciones, las coreografías, el vestuario, el maquillaje. Estoy muy metida en todo y eso es un poco desgastante. Hace que las cosas salgan bien pero es agotador mental y físicamente, requiere de mucho tiempo en el que tenés que estar enfocada y a veces para distender me cuesta un poco más, pero es un trabajo que estoy haciendo para no volverme loca, básicamente y disfrutar de las cosas.
-Cantantes como Tini se han animado a hablar ante su público de situaciones de salud mental. ¿Cómo es la relación que tenés con tu público, sos de contarles lo que te pasa?
-Para mí está buenísimo eso. Siento que somos una generación que concientizamos lo que nos pasa y lo contamos y no tiene nada de malo eso. También me gusta poder exteriorizarlo en las canciones . En “A_1000_Km.mp3″ o en “Guerrero.mp3” hablo de los miedos, de una enfermedad que estaba atravesando mi papá, que lo pude decir en esta canción y son canciones que pueden abrazar a un montón de personas que están pasando por lo mismo que yo. Soy un ser humano al que le pasan las mismas cosas que a ellos y que no me vean como algo mega lejano e inalcanzable sino que me vean como una compañera, como alguien que le atraviesan las mismas cosas que a ellos. Entonces, poder contarlo en las canciones genera esa cercanía y esa química y esa conexión con el público que es muy linda.
-¿Para cuándo un show en Nogoyá?
-¡Ay! me encantaría, tengo que ver. Tengo que llevar todos los equipos, todo, pero sería muy lindo brindar un show para toda mi gente que tanto apoyo me ha dado. Ojalá algún día, vamos a ver si lo organizamos, por ahí un punto de (la gira) mp3 es Nogoyá.
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