El viaje emotivo de Mau y Ricky a Venezuela: “Nos encontramos por primera vez con nuestro país”
“Creemos en estas canciones más que en todo lo que hemos hecho”, cuentan los hermanos, hijos de Ricardo Montaner, en diálogo con LA NACIÓN; cómo nació Hotel Caracas, la película que acompaña a las canciones y su primera vez sin sus padres en el país que los vio nacer
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Siguiendo los pasos de sus padres, Ricardo Montaner y Marlene Rodríguez, los hermanos Mauricio y Ricardo Reglero Montaner abandonaron su Venezuela natal para radicarse en Miami cuando tenían 8 y 11 años de edad, respectivamente. En esa ciudad de Estados Unidos crecieron, se formaron y, primero como MR y luego bajo el nombre que todos conocemos, Mau y Ricky, desarrollaron una ascendente carrera musical dentro del circuito del reggaetón y el pop latino en la que, además, trascendieron como autores de exitosos temas para Ricky Martin, Thalía, Karol G, Maluma y Anitta, entre otros.
Tras el lanzamiento del EP Arte (2017) y los álbumes Para aventuras y curiosidades (2019) y Rifresh (2020), el dúo sintió la imperiosa necesidad tanto personal como profesional de volver a sus raíces y reencontrarse después de más de una década con su tierra. Esa fue la semilla que dio origen a Hotel Caracas, su ambicioso tercer trabajo discográfico que desde una perspectiva actual emerge como un nostálgico viaje al pasado y que días atrás promocionaron en una breve pero intensa visita a Buenos Aires.
“Todo surgió en noviembre de 2022. Mau estaba disfrutando de la reciente paternidad de su nuevo hijo, entonces tomamos la decisión de darnos unos meses de descanso para evaluar nuestra carrera y ver hacia dónde queríamos apuntar. En medio de ese parate, le dije a Mau que me iría a Los Ángeles por pura curiosidad, pero también para explorar un poco y escribir junto a otra gente. De allí surgieron ‘Muriendo de miedo’ y ‘Canción 2′. Cuando volví y me reencontré con Mau, le mostré ambas canciones, nos miramos y sentimos que ellas no sólo nos representaban musicalmente sino que además nos excitaban mucho desde el lado creativo. Y cuando algo así sucede hay que hacerle caso e ir tras ese sentimiento. Regresamos a Los Ángeles para completar el trabajo pero también grabamos en Nueva York, República Dominicana y, por supuesto, en Venezuela”, señala Ricky.
Producido por Malay (Lorde, Fletcher, Frank Ocean) y luego de adelantar los temas “Vas a destrozarme”, “Pasado mañana”, “Gran día” y la ya citada “Canción 2″, el álbum presenta a Mau y Ricky extendiendo los límites de su propuesta al fusionar pop urbano con música electrónica, baladas y funk bajo una sonoridad acústica (en la que ambos retomaron la guitarra y la batería de sus comienzos), una sección de vientos que aporta el toque autóctono más las presencias invitadas de Arcángel, Guaynaa e Ilegales.
“Es un disco en el que Ricky y yo hicimos exactamente lo que queríamos. Si bien hay distintos climas y las canciones son muy diferentes, creo que existe como una conversación, un diálogo entre todas ellas que funciona como un hilo conductor que, al estilo de un cuento, une a cada una de las historias que relatamos”, explica Mau a lo que Ricky suma: “Son letras muy cotidianas y la mayoría de ellas autobiográficas. No necesariamente de nuestra actualidad pero sí recuerdan distintos momentos de nuestras vidas, ya sean relaciones o situaciones pasadas. También nos dimos cuenta que antes escribíamos de un modo más general para intentar que el mensaje conecte con la mayor cantidad de gente posible. En este álbum hicimos todo lo contrario: fuimos más específicos y honestos contando historias reales. Si el público escucha las letras y realmente las digiere, entonces nos va a conocer muchísimo más. Creemos en estas canciones más que en todo lo que hemos hecho. Sentimos que exprimimos nuestro potencial creativo al máximo, lo cual nos enorgullece mucho, pero al mismo tiempo nos pone la vara más alta de aquí al futuro”.
Lanzada por Why Club Records, su propio sello discográfico independiente, en conjunto con Warner Music Latina, esta flamante producción amplía su radio de acción más allá de la música. Y esto es así gracias a Hotel Caracas: La peli, un documental rodado en 16 milímetros por Daniel Durán que, a lo largo de 15 capítulos/canciones registra y acompaña a los hermanos Montaner por diferentes paisajes de la variada y colorida geografía venezolana.
“Todo comienza con unas ganas muy egoístas de nuestra parte de volver a encontrarnos como personas. Pero como íbamos a pasar mucho tiempo allí, decidimos aprovecharlo y grabar varios videos conectados unos con otros para documentar el trayecto por los lugares más hermosos de nuestro país hasta el destino final que es el Hotel Caracas, ese espacio imaginario en donde todos tus sueños se hacen realidad”, detalla Mau, quien luego completa: “Yo creo que hay mucha gente que no sabe que existe todo eso dentro de Venezuela. Tenemos desierto, tenemos nieve y por cierto las playas más bellas que se puedan imaginar”.
–¿Existe en ustedes el interés de incursionar también en el mundo de la actuación a la luz de su desempeño en este documental y de sus participaciones en ciclos como La Voz Argentina y el reality Los Montaner?
Mau: –Sí. A mí siempre me ha dado curiosidad todo ese mundo y creo que a Ricky también. Estamos atravesando un momento muy hermoso desde lo musical y es nuestra prioridad. Pero si algo así viene será bienvenido. Creo que es un reto muy bonito ver cómo podemos expresarnos también a través de ese arte. Si bien nuestra hermana Evaluna y Stefi (Roitman), la esposa de Ricky, son las actrices de la familia, nosotros lo hacemos porque nos divierte sumarle algo visual a nuestras canciones. Y creo que eso se nota mucho en el documental. En total fueron tres meses sin parar de reírnos al interpretar a estos dos hermanos que están persiguiendo sus sueños, algo que hemos hecho mucho a lo largo de los años.
–¿Qué encontraron igual y qué cosas nuevas descubrieron al regresar a su país natal después de tantos años?
Ricky: –Nosotros nos fuimos de Venezuela siendo muy chiquitos. Volvíamos cada tanto para visitar a nuestro abuelo pero, por un tema de inseguridad, sólo aterrizábamos, de ahí nos dirigíamos a su casa o en sus últimos días al hospital y enseguida de vuelta al aeropuerto. Realmente no habíamos tenido la oportunidad de vivir nada. Por eso, en este viaje nos encontramos por primera vez con nuestro país. Por más que siempre nos sentimos muy venezolanos había ciertas cosas que nos hacían falta para poder decirlo con total propiedad. Situaciones muy sencillas como caminar por sus calles, conducir un carro, comprar algo en un kiosko o decidir dónde quedarnos o dónde ir se transformaron en todo un descubrimiento para nosotros. Antes por una cuestión de edad todas las decisiones pasaban obviamente por nuestros padres, pero ahora no. Por eso, a través de este documental, el público puede encontrarse con una Venezuela que es preciosa y con gente increíble y por demás talentosa que participó en su realización.
–¿Fue difícil en un principio adaptarse al ritmo de vida o la conexión con Caracas fue inmediata?
Mau: –Fue inmediata. En realidad fue como estar de vacaciones, pasear y conocer. Por eso no es lo mismo cuando uno se instala y se queda a vivir. Sin embargo, se trabaja muy bien con el venezolano; el clic recién se dio cuando empezamos a trabajar en conjunto con todo el equipo de filmación, que era cien por ciento local. Lo más valioso de esa experiencia fue que cuando llegamos al final todos se sintieron tremendamente identificados con lo que contamos, como si todo hubiera sido parte de sus respectivas vidas.
–¿Qué recuerdos de la infancia afloraron durante su estadía en Venezuela y de qué manera influyeron en el material de Hotel Caracas?
Ricky: –Yo nunca antes había manejado en Caracas pero supe llegar hasta la casa de nuestra infancia de memoria, sin guías, indicaciones ni mapas. Y eso que no quedaba tan cerquita de donde estábamos parando. Ese fue un recuerdo muy impresionante que no sé si tuvo que ver con hacer los videos y a partir de eso sentirme más afianzado y local en mi país. Pero lo cierto es que cuando arribé a mi primer hogar sentí una mezcla de orgullo y emoción muy grande.
Mau: –A mí me sucedió algo muy parecido con la comida y particularmente con volver a nuestro colegio y poder recorrerlo por completo. En general, vivimos cosas muy fuertes y muy hermosas que nos sirvieron para sanar un montón de áreas que así lo necesitaban. En líneas generales, todo resultó muy distinto pero a la vez mucho mejor de lo que yo había imaginado previamente.
–¿Persiste aún sobre sus espaldas el peso de ese prejuicio que a veces no deja de señalarlos por ser “hijos de”?
Mau: –Ahora ya no pero, en un principio, claro que sí. De todos modos, que eso haya pasado en un comienzo nos dio a Ricky y a mí una razón para demostrarle a muchas personas que sí contábamos con lo que se necesitaba para conectar con el público a través de nuestro propio trabajo. Porque al final del día no hay atajos ni relación familiar que pese; si la gente se conecta con tu música quiere decir que estás haciendo las cosas correctamente. Eso es algo muy profundo y muy especial que gracias a Dios hemos logrado por nosotros mismos.
Ricky: –Lo más complicado cuando uno tiene como padre a una figura tan importante o conocida es poder descubrir cuál es tu propia identidad. Cuando nosotros comenzamos fue muy normal y hasta humano que nuestro padre nos diera sus herramientas, que nos dijera aquí está el cuaderno donde yo escribo o esta es la guitarra que utilizo y ese tipo de cosas. Por eso, a nosotros nos costó mucho más tiempo descubrir quiénes éramos como artistas porque en todo momento nos estaban observando, comparando, suponiendo que debíamos hacer las cosas de determinada manera o haciéndonos preguntas extra con las que no tiene que lidiar una persona sin un legado familiar tan fuerte.
–¿Hay una intención de pasar a una instancia superior en su carrera y de generar un crossover con otros públicos considerando hechos tales como su reciente y sorpresiva participación en el festival Coachella, la audaz apuesta que evidencian en este álbum y la creación de su propia compañía discográfica?
Ricky: –Cuando uno decide reinventarse artísticamente también se está abriendo a que gente nueva, que capaz nunca antes escuchó su música, ahora se interese por ella y que, por otro lado, el público que te seguía no se sienta muy identificado con tu nuevo álbum. Sin dudas que eso puede llegar a suceder. En este disco buscamos dar un paso hacia adelante pero sin abandonar a toda la gente que por suerte nos sigue. Uno como artista muchísimas veces comete el pecado de estar buscando constantemente más, más y más y en esa búsqueda quizás descuidás al público que ya tienes de tu lado. Afortunadamente, eso no nos ocurre porque nuestros fans ya saben que nosotros somos así, que nos gusta arriesgarnos de un álbum a otro y estar en la búsqueda de quiénes somos Mau y Ricky en ese preciso momento en que estamos dentro del estudio. Eso está claro, ya no somos ni queremos ser los mismos que cuando teníamos veinte años.
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