El rey del swing
Tony Bennett / Banda: Lee Musiker (piano y dirección musical), Marshall Wood (contrabajo), Gray Sargent (guitarra), Harold Jones (batería) y Antonia Bennett (voz) / Sala: Teatro Gran Rex / Función: Jueves 6 de diciembre de 2012 / Nuestra opinión: Excelente
Habían pasado apenas dos canciones y Tony Bennett consigue con "Maybe This Time", uno de esos momentos que podrían servir de cierre perfecto para una noche perfecta, después de un día apocalíptico. La versión de ese clásico consigue una ovación de pie de varios minutos como si fuera el último tema de la noche. Pero en su equipaje de canciones, que conforman un songbook ideal de la canción popular americana caben más de esas versiones antológicas, que se transforman en obras de arte de la interpretación.
El estilo de Tony Bennett, ese que lo convirtió en el guardián de la piedra filosofal del jazz cantado tras la muerte de Sinatra, se confirma desde que pisa el escenario. Su forma y elegancia para cantar son tan naturales como su andar sobre el escenario, donde se lo ve cómodo y feliz, a los 86 años.
Bennett contagia esa bonhomía, esa inocencia de que la vida es buena y nos invita a su maravilloso mundo sonoro, en el que nada malo puede ocurrir. Desde la primera canción, "Watch What Happens", hasta el final a capella con "Fly Me To The Moon", el cantante transforma el atormentado estado de ánimo del público porteño tras un día particularmente extraño.
Después de una hora y cuarto de concierto quedará flotando la sensación que todo el día valió la pena sólo por esa noche compartida con Tony Bennett.
Antonia Bennett, la menor de sus cinco hijos, abrió la noche y fue el aperitivo y la demostración de que la dinastía Bennett continuará.
Cuando su padre toma su lugar, el concierto es como una entrada al paraíso. El cantante es un gran generador de climas. Cuando aleja el micrófono genera un efecto de intimidad y un clima acústico, que reduce la distancia entre el escenario y el público. Bennett juega con ese efecto para darle la fuerza necesaria o la intimidad que requiere el texto, acompañado por ese cuarteto que se acopla con un sonido que puede rozar el murmullo o hacer grandes finales como una big band.
Su forma de cantar es la clave de todo. Tony Bennett, se desliza sobre las melodías con un swing prodigioso y un fraseo tan suave como sofisticado. En su cuarteto brillan el guitarrista Gray Sargent y el pianista Lee Musiker, que lo acompañan en duetos que tocan el corazón como en "But Beautiful" o "The Good Life"".
Es verdad que en ese estado de ánimo burbujeante que transmite Tony Bennett en cada canción, su voz consigue tocar una profundidad existencial y recordar ese espíritu del carpe diem en piezas como "Just the Way You Look Tonight", o "Smile", que son una celebración de su estilo.
El listado de temas es un resumen de su historial de grandes hits en distintos períodos: los cincuenta representados en "Cold, Cold Heart", que interpreta a dúo con Vicentico que también participó en su último disco, Viva duets; el período de los sesenta del que se destacan hits como "I Left my Heart in San Francisco" y "The Shadow of Your Smile"; y el período de estos últimos quince años, donde piezas como "Because of You" entraron en nuevos públicos a partir de sus discos de duetos.
Ese entramado exquisito que traza una radiografía de la canción popular americana desde Jerome Kern hasta Charles Chaplin emerge de una voz templada, que maduró cada vez mejor con los años. Su swing, tanto cuando se mece en las baladas bluseadas como cuando incrementa el ritmo hasta estallar en un crescendo final deja con la boca abierta. Al público no le alcanzan los aplausos y aparecen los cánticos futboleros que Bennet agradece moviendo las manos elegantemente en señal de saludo. Ya nadie se acuerda de la nube tóxica. Tony Bennett te metió en su maravilloso mundo, sin ironía y con un romanticismo que emociona al corazón más duro.
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