"Esta solo la tocamos una vez en Manchester, un lugar tan especial como este", dijo Noel Gallagher ayer a la noche en el Luna Park en un gesto de agradecimiento al público porteño, antes de sorprender con una espesa interpretación de "The Man Who Built the Moon" que no formaba parte de la lista. La canción, incluida en Who Built the Moon?, su tercer disco solista editado el año pasado, puso a funcionar la formación completa de una banda de once elementos calibrada para transpolar al vivo su trabajo más complejo, entre sintetizadores brillosos, guitarras reverberantes, refuerzos vocales y un tándem de vientos de timbre lisérgico.
Después de la tríada que abre su nuevo álbum -la psicodelia galopante y arengadora de "Fort Knox", el pop sintético de "Holy Mountain" y el soul acelerado del corte "Keep on Reaching"-, Gallagher ya había activado una banda de soberbia precisión y swing, que tiene a los repatriados de Oasis –el guitarrista Gem Archer y el baterista Chris Sharrock–, a tres coristas, una sesión de vientos y teclados, pulsando con austeridad y elegancia para darle cuerpo a la última fantasía sónica de Noel, algo bien lejos de aquel esquema de estadio que encarnaba la banda que lo trajo por primera vez a nuestro país hace exactamente dos décadas.
Una respetuosa y emotiva versión de "Little by Little" fue la primera pieza de Oasis de la noche, abriéndole paso a un lapso acústico e intimista, que tuvo a Noel cantando solo bajo un haz de luz "Dead in the Water", de su último disco, acompañado por el piano de Mike Rowe. Después le siguió "Supersonic" y tan sólo algunas líneas a capella de "Live Forever", en un amague que el cantante disfrutó con una sonrisa viendo cómo el coro se propagaba por el campo y las plateas del Luna Park.
El regreso al formato extendido se dio con "Be Careful What You Wish For", una oda oscura de tintes industriales incluida en su nuevo trabajo; "The Right Stuff", del disco Chasing Yesterday, de clima tenso y revuelto y una soberbia interpretación de la corista Audrey "Yseé" Gbaguidi acaparando la escena; y la anfetamínica "AKA... What a Life!", que lo puso a Noel al borde de la pista de baile abrazado a su Fender Jaguar. En el medio, una gran versión despojada de "Wathever" de corte beatle, seguida de "Wonderwall", otro de los clásicos de Oasis, reconstruyó el plano intimista sin ningún dejo de nostalgia, con el cantante esforzándose por refrescarlo todo en tiempo presente.
El tramo final, con Noel relajado disfrutando casi sonriente en tierra aliada, llegó con una versión de comienzo dubitativo de "Go Let it Out" de Oasis con el guitarrista Gem Archer soltando uno de sus pocos solos de la noche, y una fogonera relectura de "Don’t Look Back in Anger", apuntalada por panderetas y el coro total de todo el Luna. Después, "All You Need is Love" de los Beatles, con el peso de los bronces y el porte sensible de Noel comandando su propia big band, sellaba un concierto de equilibrio emotivo y atmósfera perfecta.
Cierre de Noel Gallagher en el Luna [R] pic.twitter.com/e3sTdpl6NE&— ????? (@eleupei) 5 de noviembre de 2018
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