El Quilmes Rock volvió con muchísimo público y los shows impecables de Divididos, Gorillaz, Nathy Peluso y Catupecu Machu
120.000 personas concurrieron al festival este sábado y domingo, en Tecnópolis; un regreso exitoso que alimenta el deseo de que haya una nueva edición el próximo año
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Al menos hasta el cierre de esta edición, el regreso del Quilmes Rock al mapa festivalero argentino luego de una década de ausencia tiene como noticia principal la participación colaborativa entre Gorillaz y Trueno.
La banda liderada por el inglés Damon Albarn cerró un show impecable con el rapero de La Boca, una de las grandes figuras del hip hop argentino en la actualidad. Así, el cruce entre ambas partes marcó un mix que no solo fue geográfico, sino también generacional, en coincidencia con el perfil renovado del evento, que busca atraer nuevos sonidos y oídos. El domingo por la noche, de hecho, tuvo a Catupecu Machu y Divididos cerrando la jornada pero escoltados ahí nomás en la grilla por Nathy Peluso y Lit Killah.
Así, la oferta que incluyó el inicio de la gira despedida de Virus también tuvo artistas a los que el Quilmes Rock les sirvió como ventana, tal el caso de Manu Martínez, la hija de Ciro, que semanas antes del festival le había dicho a LA NACION que una oportunidad así “es un sueño”, porque “la mayoría de la gente no te conoce, está buenísimo para poder mostrarte”. El show de Los Besos, un indie pop sofisticado con cosas de The Smiths y de los Housemartins, se destacó así como una de las gemas a descubrir. La compleja distribución de los escenarios y la escasa señalización dentro del predio de Tecnópolis por por parte de la organización, sin embargo, atentaron contra el fluir más natural y libre que proponía el programa.
El sábado por la noche, a Gorillaz le pesó poco y nada ser la atracción principal del festival, que a su vez se superpuso con el show de Metallica en el Campo Argentino de Polo y el de La Renga en La Plata, una trilogía inédita de shows masivos en un radio reducido que da cuenta de la sed de recitales presenciales post pandemia. Y bastante “post todo” fue la propuesta de Damon Albarn y su banda animada. “¿Cómo sientes?” preguntó el cantante en un español rudimentario que lo llevó de intentar una pregunta de rutina (“¿Cómo te sientes””) a ensayar una existencial. Y el show de Gorillaz, ante unas 60 mil personas, pareció ser eso mismo: un manual de instrucciones sobre cómo sentir en un mundo destruido.
Entre clásicos como “Feel Good Inc”, “Clint Eastwood” y “Tomorrow Comes Today”, los músicos de Gorillaz le pusieron sonido al derrotero de sus personajes animados que sobre las pantallas del escenario atravesaban a los tiros una realidad postapocalíptica, post-nuclear y posturbana. La respuesta, entre el baile del público y la sonrisa socarrona de 2-D (el personaje animado principal) incluso con una bala atravesándole la frente pareció ser que sí: que se puede sentir después de todo. Antes de ello, el Cuarteto de Nos con su rock alternativo y sus prototrapeos, Las Pelotas con sus clásicos cancioneros y Trueno en modo solista habían sido las atracciones de la noche en los dos escenarios principales.
Para el domingo, Turf dio uno de los grandes momentos festivaleros con un show repleto de sus hits pero también sorprendió con “Lamento boliviano”, el clásico de Los Enanitos Verdes. Sobre el final, Cucho de los Auténticos Decadentes subió para “Yo no me quiero casar... y usted?”. La junta motivó un enroque veloz porque acto seguido Joaquín Levinton agitó para devolver gentilezas en “La prima lejana”, apenas los Decadentes se subieron al escenario vecino. Más fijas del Quilmes Rock y más versiones: Kapanga, que invitó a Pato Sardelli de Airbag, sumaron a su lista “Está saliendo el sol”, de Intoxicados.
“No saben la bendición que es para mí”, dijo Nathy Peluso sobre el escenario Quilmes para dar paso a “Buenos Aires”, la oda a su argentinidad. Antes, había iniciado su set con “Celebré” y “Sana sana”, dos temas que le bastaron para confirmar el desarrollo escénico en el último tiempo, reciente paso por Coachella mediante. Una banda ensanchada a sus espaldas y ella copando la tarima con pasos de baile imposibles y su flow más agresivo, como una suerte de diva oscura con un poco de Lara Croft y otro de Sarah Connor, mientras en las pantallas se sucedían líneas en verde Matrix. Acto seguido, y al grito de “Esta es mi ciudad”, se dispuso a bailar salsa con toda la actitud de quien lo está haciendo en un festival de rock y no le importan las consecuencias. Desde allí hasta el final, lo de Nathy Peluso fue una performance que tuvo en el despliegue físico su eje central. Hacia el final, que incluyó “Corashe” y “Business Woman”, se dio el lujo de incluir una coreografía boxística que tuvo hasta un momento de salto de soga como para demostrar que le sobraba resto.
Apenas Nathy Peluso se despidió con “Vivir así es morir de amor”, original de Camilo Sesto, las estrofas del Himno Nacional Argentino hicieron las veces de introducción al show de Divididos. Sin más escenografía que sus paredes de amplificadores y el sonido valvular de siempre, el power trío más longevo de la historia del rock argentino se dispuso a dar su faena correspondiente. “Haciendo cosas raras”, “Casi estatua”, “Tengo” (Sandro) y “Salgan al sol” (Billy Bond y La Pesada) sobresalieron en la primera parte del repertorio.
“Spaghetti del rock” y “Par mil”, las dos en tándem, ayudaron a bajar un poco la intensidad aunque solo para tomar impulso. “Crua Chan” y “El ojo blindado”, ambos de Sumo, pusieron a celebrar a todo Tecnópolis para que el cierre definitivo sea con una seguidilla de Acariciando lo áspero: “Paraguay”, “El 38″, “Ala delta”, “Cielito lindo”. Entonces sí, todo quedaba preparado y listo para la celebración final: Catupecu Machu con un repertorio de cerca de tres horas para celebrar su historia y su memoria. De los que estaban en el escenario y, por supuesto, también de Gabriel Ruiz Díaz, el gran cerebro detrás del grupo. “El show más feliz de mi vida”, dirá cerca del final Fernando Ruiz Díaz´, luego de reconocer en el comienzo de que se trataba del show “más importante de su vida”.
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