El plan ideal para vivir un Lollapalooza en familia
Si es cierto que la concurrencia al Lollapalooza es cada vez más tempranera, los primeros en llegar al predio con la intención de sacarle el jugo a la tarde son quienes asisten en plan familiar. Madres o padres con sus hijos y algunos amigos, tíos cancheros, juntos o de grupitos: los más grandes encontraron la excusa perfecta para quitarle algo de protagonismo a la multitud adolescente.
Cuenta Gabriela que vino a acompañar a su hijo Valentín, de 12 años. Y que su iniciativa contagió a las demás mamás del grupo del Liceo Francés: Lucca, Lola, Ema, Zenón, Manuel se entusiasman y saltan para la foto grupal. "Toda la facha", se autoseñala y autopromociona el más deshinibido. Para la mayoría de ellos es la primera visita a este festival, incluidas las madres. Gabriela se detiene a compartir su experiencia: "Me siento contenta porque soy una mamá piola, pata. Estoy emocionada por compartir esto con ellos", dice y muestra la banda que la acompaña. Ella, como otros padres, asiste sin demasiado interés en el line up: el objetivo es acompañar a los más chicos.
En este sentido, el punto de encuentro casi obligado es Kidzapalooza, el espacio de shows y actividades pensadas exclusivamente para los más chicos. Aquí algunos padres aprovechan para tirarse en los silloncitos y ver de más o menos cerca lo que sus niños quieren hacer. Por ejemplo, en el sector dedicado a la famosísima Peppa Pig hay kermese con premios, lugar para dibujar, un mural para apoyar las manos pintadas y un circuito deportivo.
Mientras algunas familias se recuestan o los chicos saltan frente al escenario, mirando Mecache Rock, las nenas hacen fila para ser maquilladas. Leonardo acompaña a su hija Mía de tres años que sale llena de purpurina en la cara. En otra parte de Kidzapalooza llamada Disco Silencioso, los chicos tienen la oportunidad de actuar como DJ. Es el caso de Dante (6) que justo está siendo fotografiado por su mamá Mora. "Tengo tres hijos pero él es el que quiso venir. Le encanta la música. Y para mí es la mejor cita. ¿O no?", bromea.
Otro lugar que conjuga lo didáctico con el disfrute es Rock N´ Learn: los niños se anotan para pasar de a grupitos a breves clases de batería y de guitarra."Sin lastimar al compañero porque duele y son pesadas", indica el instructor en referencia a las violas. Por supuesto, el espectáculo es tierno; las chiquitas y chiquitos casi no pueden sostener los instrumentos pero lo intentan con ganas.
Unos quieren ir a un lado y otros disparan para lados inversos. Así que hay que negociar: un rato en los favoritos de los más chicos y, luego, a hacer el aguante a los grandes que también tienen sus preferencias. Además de Fito, se tientan con Juana Molina. Otros, por supuesto, hicieron escuchar a sus hijos algunos discos para ponerlos en tema y que todo sea un gran programa en conjunto: ir al estreno del capítulo nuevo de Peppa pero también cantar con Arctic Monkeys o St. Vincent. Con el cargamento infaltable: protector solar en la tarde y repelente para mosquitos después.
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