El peor momento de Adele: los organizadores de su show en Las Vegas dijeron que fue “una pesadilla” trabajar con ella
La cantante canceló su residencia allí (sin nuevas fechas confirmadas aún), asegurando que gran parte de su equipo estaba transitando cuadros de Covid; sin embargo, con el correr de los días, comenzaron a surgir otras versiones sobre esa abrupta decisión
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Se trataba del desafío más ambicioso de su carrera y terminó en un escándalo. El esperado regreso de Adele a los escenarios para la presentación de su cuarto álbum, 30, no pudo concretarse y así lo informó la diva el jueves pasado cuando, 24 horas antes del debut de su residencia en Las Vegas, comunicó que no iba a presentarse.
De esta forma, los conciertos programados para enero, marzo y abril se iban a posponer. Si bien la cantante explicó a través de un video en sus redes sociales, en el que se la notaba profundamente triste por la suspensión de los recitales, que la decisión había sido tomada porque la mitad de su equipo tenía Covid y faltaban elementos para que los shows fueran perfectos, la publicación The Sun informó que la cancelación respondió a otros factores.
Los responsables de la la escenografía que se había armado en el teatro The Colosseum en el Caesars Palace comunicaron que entre los atractivos del espectáculo se encontraba una piscina que habían montado en el escenario. Sin embargo, a Adele no le gustó en absoluto la incorporación, la definió como “un estanque viejo” y se rehusó a seguir participando de las decisiones creativas en conjunto. “La intención era llenar la piscina mientras la levantaban con un mecanismo tipo grúa, creando la ilusión de que estaba flotando en el agua”, detallaron sobre el plan que no pudieron llevar a cabo.
Por otro lado, The Daily Mail también se comunicó con el equipo de Las Vegas y el descontento fue indisimulable, tanto así que aseguraron que trabajar con Adele “fue una pesadilla”. Asimismo, el New York Post reveló que la cantante británica no pudo atravesar tranquila ningún ensayo, y que su pánico escénico parecía haber regresado.
“Adele lloraba y gritaba, y estaba siempre hablando por teléfono con su novio, y muy quebrada”, informaron, en relación al agente deportivo Rich Paul. Debido al cambio de planes, será Keith Urban quien todos los fines de semana de marzo y abril reemplace a Adele, lo cual pone en tela de juicio que la intérprete reprograme sus shows en el corto plazo, e incluso se habla de un posible retiro de los escenarios hasta 2023.
Recordemos que, debido a que el anuncio de la cancelación se produjo muy cerca de las primeras fechas, la gran mayoría de los fanáticos que habían adquirido tickets para las funciones ya estaban en Las Vegas, o bien se encontraban viajando hacia allí. Sin embargo, la audiencia de Adkins comprendió sus razones. “Tengo los mejores fans del mundo, su amor y su cariño son abrumadores, gracias”, tuiteó la estrella, quien incluso se comunicó con muchos de ellos para explicarles lo sucedido.
La “discusión explosiva” que fue el principio del fin
Días atrás, The Daily Mail reveló una fuerte pelea que protagonizó Adele con una de sus colaboradoras más estrechas: la diseñadora de producción de sus shows, Esmeralda Devlin. De acuerdo a lo informado por el portal, la artista quería que todo luciera perfecto, pero al ver los retrasos que generó el Covid en el armado del espectáculo “tuvo un ataque de pánico” y protagonizó “una explosiva discusión” con Devlin.
“A pesar de que costó millones armar el set, Adele no estaba contenta con el resultado y se lo dejó bien claro a Esmeralda”, dijo una fuente cercana al equipo. “Ella ya estaba nerviosa, y la pelea la hizo entrar en pánico, porque estaba desesperada para que todo fuera perfecto”. Asimismo, trascendió que la ganadora del Oscar y múltiples premios Grammy hizo notar que no se estaba armando un espectáculo ligado a su visión primigenia, y que era mucho menos intimista de lo que ella había pensado. “Parecía que, si bien ella siempre había preferido una actuación despojada, estaba bajo cierta presión para presentar algo extravagante”, sumó otra fuente.
“Hubo un choque constante entre esas dos versiones de lo que debería ser el show, y eso provocó algunas discusiones bastante explosivas. Es bien sabido que Adele sufre mucho de ansiedad a la hora de actuar en vivo, por lo que es difícil imaginarla seguir adelante si no estaba feliz. Ella estaba tan emocionada con estos espectáculos, pero a la hora de la verdad, había mucha indecisión y conflicto para que los mismos funcionaran”, añadió una fuente cercana a la estrella.
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