El nuevo regreso de Árbol, la banda que vio cómo sus clásicos cobraban un nuevo sentido en Tik Tok

Los integrantes de Árbol viven el show de este viernes en El Teatro de Flores como una suerte de revancha personal. El grupo insignia de Haedo había encarado un regreso al ruedo en 2017, tras siete años de inactividad, que tuvo un lento carreteo en 2018 y tomó envión a fines de 2019 cuando la banda decidió dar su primer show en Buenos Aires desde su retorno, con la promesa de un disco nuevo en el futuro próximo. Pero el destino tenía otros planes y la pandemia obligó a dejar en pausa por un tiempo cualquier proyección a corto y mediano plazo.

Durante 2020, Árbol compensó la falta de actividad en el escenario con trabajo en estudio. Ya acostumbrados al trabajo remoto desde que su vocalista Pablo Romero se fue a vivir a México en 2010, la banda comenzó a regrabar algunas de sus canciones con nuevos talentos de allá y de acá. Después de probarse en shows por streaming y con aforo reducido, este viernes la banda se reencontrará con su público por primera vez en mucho tiempo con un show acorde con cómo solían ser las cosas. “Estamos muy contentos por volver a tocar. Nuestro último show fue en 2020 en Rock en Baradero, hace más de un año y medio. La verdad es que estamos muy deseosos de poder tener de nuevo esta experiencia en vivo”, dice Romero, casi a dúo con el baterista Martín Millán.

–El año pasado revisitaron algunos de sus clásicos como “Pequeños sueños”, “Prejuicios” y “El fantasma” junto a artistas invitados. ¿Sentían la necesidad de hacerle una actualización a su repertorio?

Pablo Romero: –Son canciones clásicas del grupo que elegimos grabar con nuevos talentos, como (el rapero) Lng/SHT, (el grupo mexicano) Ruido Rosa y Natalie Pérez, y después hicimos un cover de Little Jesus, una banda mexicana nueva. Nos parecía divertido interactuar con todos estos artistas jóvenes y la verdad que es una experiencia que nos gustó muchísimo. Eso fue lanzado durante 2020 y nos permitió que en este año pudiéramos trabajar en el disco que va a salir en 2022, con todas canciones nuevas.

–¿Ese disco es el que quedó sin publicar en 2019?

Romero: –Claro, decidimos seguir trabajándolo en este tiempo pandémico. Como veníamos trabajando también a distancia, con ellos acá y yo allá en México, fue posible avanzar con el material para poder publicarlo el año que viene. Son todas canciones inéditas. En este disco volvimos a trabajar con Gustavo Santaolalla, así que estamos muy contentos.

–Cuando Árbol volvió en 2017 dijeron que esos siete años de pausa les habían permitido apreciar algunas cosas que no habían podido contemplar por el ritmo frenético que tenía la banda, con doscientos shows al año. ¿Esta pausa pandémica les permitió tomar una mirada similar?

Martín Millán: –No, la verdad que lo que más hicimos fue abocarnos al disco nuevo. Estamos muy enfocados en esto de laburar a distancia, porque nosotros ya lo veníamos haciendo hace un par de años desde que Pablo se fue, y eso la verdad que nos facilita mucho las cosas. Si bien las bases las habíamos grabado la última vez que vino Pablo en el verano del 2020 el estudio El Pie, de Alejandro Lerner, el resto lo laburamos todo a distancia: las voces, las cosas que íbamos agregando. En el medio le mandamos a Gustavo el tema para que participe. Se lo enviamos a Los Ángeles, lo escuchó, le encantó y grabó voces e instrumentos. Lo mezcló con Aníbal Kerpel y nos lo mandó de vuelta, y está hermoso cómo quedó cantado por él. Va a ser muy emotivo cuando salga como corte del disco. El primero va a salir el día del show, y empezaremos a sacar uno por mes, más o menos. El tercero va a ser este con Gustavo.

–En su momento, muchos criticaban a Árbol por el contenido de sus letras, que muchas veces trataban de miedos, ser o sentirse distinto al resto. Hoy en día, esas temáticas forman parte más que nunca de los discursos del mundo joven. ¿Piensan que eso puso en valor a su repertorio con el paso del tiempo?

Millán: –Un poco sí, otro poco también se ganó el lugar de cierto clásico. Son canciones inoxidables que quedan dentro del rock nacional, o como lo quieras llamar, porque para algunos el rock ya fue. Es algo más allá del rótulo: fue algo no solo nacional, sino también internacional, porque hubo países adonde fuimos un montón. Es algo que tiene identidad propia y hay lecturas de los temas que son actuales, que hablan y visualizan cosas que ya estaban presentes, como el bullying. Nos acordábamos de eso en el ensayo hoy con “Nena monstruo”, que habla de todo eso, en una cosa de juego con muchas voces, muchos arreglos, bien a lo Árbol.

Romero: –También calculo que al escribir letras cotidianas, uno lo que hace es reflejar lo que ve. Son temáticas que forman parte de lo diario.

–Pablo, hace más de una década que vivís en México. ¿Cómo encontrás a la escena local en cada visita?

Romero: –Lo que ya sabemos, el crecimiento de la música urbana, que fue ganando mucho terreno, y se nota en el crecimiento de Paco, CA7RIEL, Wos, Dillom, Khea, Duki y muchos más. Lo que me gusta de ese estilo es que haya una vuelta de rosca, y eso hace también que sea algo que se exporta. Muchos de ellos están en México tocando a full. Estuvo L-Gante hace unos días y también estuvo Bándalos Chinos, que no es de ese estilo de música, y Bestia Bebé. Son varios grupos que están rompiéndola en la Argentina y son de exportación, básicamente. Muchas veces nos cruzamos con ellos, nos preguntan a quiénes conocemos, con quiénes pueden trabajar, son cosas muy lindas que a nosotros nos ha pasado mucho. Tenemos la suerte de haber podido colaborar con muchos artistas de muchos géneros: hemos hecho cosas con Café Tacuba, León Gieco, y también con ellos. Entonces aprendemos muchos de los grandes y mucho de los jóvenes.

–Con Árbol se da un fenómeno en particular. Hace quince años le cantaba a un público joven que hoy en día sigue yendo a sus shows y envejeció junto a la banda, pero también se sumó una generación que quizás ni siquiera llegó a verlos en vivo antes de su separación. ¿Cómo lo explican?

Millán: –Es algo muy loco, es como que la banda los integra. Es verdad, quizás hay muchos que escucharon la música de Árbol en Spotify o en YouTube, pero no vieron a la banda en vivo. Cuando hicimos el show en Vorterix en 2019 pasó eso también: en un momento de la noche, Sebastián (Bianchini, bajista) pidió que levantara la mano quien estaba viendo a Árbol por primera vez y era prácticamente la mitad de la sala. Seba además tiene dos hijas, una de 15 y otra de 9. La de 15, que está re metida con Tik Tok a pleno, nos mandó una captura de pantalla de un videito en el que 20 pibes cantaban “Prejuicios”, un tema de Árbol, en distintas versiones, bien a lo Tik Tok. Nosotros nos quedamos helados.

Romero: –La verdad es que es una cosa increíble. Árbol ocupa un lugar musicalmente que va pasando con el tiempo y queda en la juventud, y los pibes jóvenes y más chicos lo adoptan, y conecta con esa edad y ese público. También lo quiere ver la otra mitad de la sala, gente que ya es más de nuestra edad, que están contentísimos con el show. Viene gente nueva, es una cosa fresca, buenísima, y a nosotros nos encanta. Como músicos lo más lindo que hay es permanecer y estar siempre vigente. Nosotros volvimos para quedarnos, así que van a tener Árbol para rato.

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