El nuevo disco de la banda de Adrogué que llevó la psicodelia indie al extremo
Con Operación Abrazo y Beso que presentan hoy en Niceto, los Reyes del Falsete, colaboradores de Lito Nebbia, cierran una etapa como abanderados del pop surrealista del conurbano
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Álbum: Operación Abrazo y Beso. Artista: Los Reyes del Falsete. Temas: “Radio Kanikama”, “Buenas noches galaxia”, “Podría ser peor”, “Margarita”, “Al revés”, “Nervioso tranquilo”, “La patada”, “Ritmo de la noche”, “El plan”. Calificación: Muy bueno.
“Yendo apurados para algún lugar donde nadie está esperando”. Cuando Los Reyes del Falsete eligieron “La Patada”, un indie pop de tranco animado y letra alusiva (¿a la banda? ¿al presente? ¿a ambos?), como adelanto de su primer disco de canciones nuevas en seis años, probablemente estaban queriendo decirnos algo, aunque sin subrayarlo. “En lo que pudo ser, prefiero no pensar. Todo lo que quiera hacer, algún día será”, seguían entre efectos de suspenso sonoro y aceleres dignos de Colapinto en F1. Y también: “Estamos listos para improvisar, nunca nos sirvió ensayar. Por eso siempre es la primera vez que volvemos a intentarlo”. El que quiera oír, que oiga.
Concebido entre el fin de la pandemia y el principio de lo que se percibe como una nueva era por el surgimiento de las IA, el lento pase a retiro de la tele, la irrupción cada vez más frecuente de las catástrofes naturales y los triunfos, en términos de Giuliano da Empoli, de los “gobiernos de la ira y el algoritmo”, Operación Abrazo y Beso puede entenderse como una respuesta relajada, aunque colmada de música, respecto al momento actual de la banda. Pero también frente a los tiempos convulsos que corren y nuestra manera imperfecta de adaptarnos.
“El futuro es el de siempre y todos quieren cambiar. Pero yo no quiero nada”, cantan justamente en “Nervioso tranquilo”, un tema que es puro relax festivo-reflexivo (¿un Lionel Ritchie milenial?) mientras que en “Al revés”, no por nada el otro corte del disco, deslizan entre acústicas orientales y un sample primaveral de Litto Nebbia: “Nos apuramos. Hicimos todo al revés. Pero lo hicimos”. ¿Saldando cuentas con el pasado?
Veamos. No hace tanto, durante el lustro 2008-2103, Los Reyes encarnaron -junto a otros pares prometedores, claro- “el imán de lo nuevo” (107 Faunos dixit). Fue cuando con temas como “Mi chica”, “Contale al mundo” y “Las cosas como son” modelaron con desinhibición y frescura el brillo joven de su época. Un trío de Adrogué que tocaba sin bajo, cantaba al unísono, jugaba con géneros supuestamente ajenos al rock (la electrónica, la cumbia) y básicamente irradiaba una alegría no impostada. Un “free-rock” de factura artesanal que animaba con su toque personal ese under pujante que había logrado revitalizar el rock argentino de aquellos días.
El tiempo, como siempre, siguió su curso. Y Los Reyes dejaron de estar “en el candelero” sin que eso significase bajar la vara. De hecho, con Lo que nos junta (2016), alcanzaron su pico creativo (¡esa ambición! ¡esa potencia pop!). Y con Guacalart (2018) y las exquisitas reversiones de El show del fin de mundo (2020), profundizaron un audio moderno, también presente en Operación Abrazo y Beso, sostenido en programaciones, sintetizadores y bases sincopadas, que los puso a dialogar en con el indie pop en boga. Aunque bajo sus propios términos.
Así, cuando otras bandas planean livianas o anodinas, Los Reyes levantan vuelo. Por ejemplo con la coda a puro trip y saxo de “Ritmo de la noche”; un viaje hacia dentro y en sintonía con quien quiera sumarse (“canciones de la vida real que suenan en la voz de alguien más”, cantan las invitadas de Susi Perili en la letanía). O por ejemplo con el modo disco-lounge de “Buenas noches galaxia”, otro tema expansivo, cuando anhelan: “Si vuelve a aparecer otra oportunidad, espero no volver a hacer todo igual”.
Todo el disco es un contínuo de escenas musicales que ahondan en la circunstancia de vivir (¿o de tener una banda?) sin dramatizar; de adentrarnos en los sentimientos sin ponerse sensiblero. “Buscándole un problema a cada solución que tengo enfrente”, ironizan sobre su supuesta propia incapacidad (¿o la nuestra?) en “Podría ser peor”, hitazo del disco, que por suerte no eligieron como adelanto y así irrumpe, salta de los parlantes, apenas llega su turno.
Volvemos a “La patada”: “En lo que pudo ser, prefiero no pensar”, cantan. “Todo lo que quiera hacer, algún día será”. No sabemos si la nostalgia y las alusiones veladas que arrancan ya desde el título del album (¿”abrazo y beso” como expresión de despedida? ¿o como dicho coloquial sin doble sentido?) llegarán a cumplirse. Lo que sí sabemos es que en el mientras tanto Los Reyes van haciendo valer su paso por este mundo y que Operación Abrazo y Beso es un muy buen registro de este momento.
Los Reyes del Falsete presentan Operación Abrazo y Beso hoy en Niceto Club junto a Atrás hay Truenos. A partir de las 20.
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