El nuevo disco de Damon Albarn: un viaje melancólico hacia el pasado inspirado por un paisaje alucinante
El líder de Blur da su segundo paso como solista con The Nearer The Fountain, More Pure The Stream Flows, un puñado de canciones evocativas que no prestan atención a los mandatos de la industria musical
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Damon Albarn podría perfectamente vivir de su pasado. Blur tiene público asegurado cada vez que decide regresar para un tour internacional y la creatividad de la banda también lució intacta cuando sus cuatro integrantes entraron por última vez a un estudio para grabar The Magic Whip (2015), un disco a la altura de la historia del proyecto musical que provocó en los 90 la formidable explosión del britpop, con Oasis como coprotagonistas y rivales discursivos.
Sin embargo, Albarn sigue enfocado en el presente. Inquieto y perseverante, mantiene vivo el proyecto de Gorillaz (que se presentará en la Argentina el año que viene en el marco del Quilmes Rock), no abandona su investigación de tradiciones musicales que le interesan (con especial foco en África) y acaba de editar un álbum introspectivo y melancólico inspirado por el paisaje alucinante de la zona de Reykjavik (Islandia) donde vive por estos días.
The Nearer The Fountain, More Pure The Stream Flows suena como una perfecta banda sonora para el paisaje glaciar que aparece en la tapa del disco, uno de esos lugares que impresionan a primera vista y suelen ser salvapantallas por default de las computadoras. Si en su excelente debut solista, Everyday Robots (2014), el foco era la incidencia inevitable de la tecnología en nuestra vida cotidiana y la necesidad de preservar una inocencia que la adultez borronea, ahora las preocupaciones de este maduro músico británico -en marzo cumplirá 54 años- son la pérdida de seres queridos y las estrategias para sentirse bien en una etapa de la vida clásica para los balances existenciales.
Si hay que hablar de paisajismo en la música, este es un buen caso. Albarn armó su nuevo repertorio a partir de las impresiones que le provocó la contemplación del imponente escenario natural que rodea su casa en Islandia y les propuso a los músicos que convocó que transformaran en sonido esa misma inspiración. Reunió un ensamble de violín, viola, violoncello, dos bajos dobles, tres trombones bajos, trompeta francesa, piano armonio y la guitarra de Simon Tong -un socio de toda la vida que primero fue parte de The Verve y luego prestó sus servicios en Blur, Gorillaz y The Good, the Bad & the Queen- para reflejar el magnetismo que ejerce el lugar que divisa desde los enormes ventanales de su residencia islandesa y también la abulia que le generó el encierro por la pandemia, un sentimiento apremiante de nostalgia por las luces del pasado, escozor frente a los claroscuros del presente e incertidumbre de cara al futuro. El resultado del experimento es un álbum sombrío pero extrañamente cálido y amable, salvo en breves pasajes de exploración sonora como “Combustion”, donde Damon se entrega a las intensas vibraciones del free jazz.
Albarn hace, en suma, aquello que esperamos de los músicos consagrados sobre los cuales depositamos expectativas: probar caminos nuevos, saltar alguna vez al vacío, olvidarse de las exigencias del negocio y de los cachets apetecibles de los grandes festivales. La popularidad internacional de Blur y el boom de Demon Days (disco de Gorillaz que vendió 8 millones de copias en todo el mundo), le permitió abrir en su carrera varios afluentes en los que desarrolló su inventiva y su capacidad de aprendizaje: música africana, partituras para ópera, puentes de comunicación con la obra de aventureros como Sun Ra, Fela Kuti y George Clinton, sociedades atrevidas con el Kronos Quartet y la tradición cantonesa… Una hoja de ruta colorida para un artista que prefiere, apelando a un lugar común que aplica muy bien para el caso, no dormirse en los laureles.
The Nearer The Fountain, More Pure The Stream Flows es una línea del poema Amor y memoria del británico John Clare (1793-1864), otro hombre sensible que se hizo conocido por sus celebraciones de la campiña inglesa y el dolor que le provocaba su alteración empujada por el progreso. Albarn lo conoció gracias a una antología que su madre le regaló cuando era un adolescente y encontró en su obra ese equilibrio delicado entre tristeza y optimismo que necesitaba insuflarles a sus nuevas canciones.
Con matices, en los once temas del disco aparecen esas melodías de gran poder evocativo que Damon sabe construir con eficacia y soltura, interpretaciones cálidas, dulces e incluso lúgubres cantadas en voz baja sobre acordes descendentes que tienen un antecedente lejano y palpable en la épica ensoñadora de “This Is a Low”, clásico de Parklife (1994).
The Nearer The Fountain, More Pure The Stream Flows funciona además como un álbum de fotos que dispara variados recuerdos personales de su autor: referencias a dibujos trazados en la infancia, relatos sobre fantasmas, viajes a Montevideo y Teherán (con un tema dedicado al célebre Palacio Salvo de la capital uruguaya), conversaciones casuales en vuelos internacionales, fascinaciones ante el poder de la Naturaleza... Tópicos razonables para un hombre de mediana edad que ya carga con suficiente peso histórico para revisitar y que además ha tomado plena conciencia de su destino: “No es un disco morboso, pero definitivamente está hecho por alguien que ya es completamente consciente de la mortalidad”, en sus propias palabras.
El fallecimiento de Tony Allen, legendario baterista de cuño afrobeat que Albarn admira y adora, tuvo un papel importante en la concepción de este álbum, fue un componente clave de su argamasa: la noción de finitud, la confirmación drástica de que el tiempo fluye y todo cambia. ¿Un disco de escape, entonces? Si no, al menos podría pensarse como buen plan de evasión. Un diagrama terapéutico elaborado a partir de una charla informal pero reveladora: “Me subí a un avión después de ver una hermosísima aurora boreal en Reykjavik. Y de pronto me puse a conversar con una mujer-rabino de Winnipeg, una señora simpática e inteligente que me dijo que estaba ‘escapando de las partículas’. Yo le había preguntado por qué había estado en Islandia… ‘Vienen por nosotros, están en camino y no hay nada que podamos hacer al respecto, pero acá sentís que al menos te alejás un poco de ellas”, me explicó'. Ese fue el nacimiento, la piedra de toque para “Particles”, la canción que cierra The Nearer The Fountain, More Pure The Stream Flows, un viaje mental de Damon Albarn al que estamos formalmente invitados desde el 12 de noviembre.
Las mil caras de Damon Albarn
Blur
Banda clave del britpop, respuesta inglesa a la angustia del grunge patentada por Nirvana. Con el guitarrista Graham Coxon como socio fundamental, grabaron discos muy exitosos -Parklife (1994), The Great Escape (1995)- y fueron protagonistas de un conflictivo superclásico ideológico con Oasis que marcó la breve época de oro del laborismo de Tony Blair.
Gorillaz
Una idea divertida transformada en fenómeno global. En el 2000, Albarn y Jamie Hewlett crearon un grupo de personajes ficticios para hacer música detrás de bambalinas, inspirados en la estética de MTV y Los Simpson. La prueba dio buenos resultados: siete discos y un EP en veinte años, suficiente producción para instalarse como número fuerte en festivales internacionales.
The Good, the Bad & the Queen
Supergrupo integrado por Albarn, Paul Simonon (bajista de The Clash), Simon Tong y el mítico baterista nigeriano Tony Allen en la batería y producido por un experto artesano del pop, Danger Mouse. Editaron dos muy buenos discos -The Good, the Bad & the Queen (2007) y Merrie Land (2018), y tienen planes de continuar con Femi, un alumno avanzado de Allen, como nuevo socio musical.
Rocket Juice & the Moon
Otra superbanda en la que aparece Tony Allen, pero con el aporte relevante de una estrella, Flea, el carismático y explosivo bajista de Red Hot Chili Peppers. Tocaron en varios festivales y grabaron un solo disco marcado por la influencia indeleble de la música africana y algunos invitados de lujo como Erykah Badu, Thundercat y la cantante de Mali Fatoumata Diawara.
Bandas sonoras, música para teatro
Al margen de sus múltiples colaboraciones (con Massive Attack, con De La Soul, por ejemplo), Albarn ha cedido canciones para películas como Trainspotting y Ravenous, además de componer especialmente para el musical Monkey: Journey to the West y la ópera Dr. Dee, un homenaje al científico y astrónomo inglés John Dee que estrenó en el Festival Internacional de Manchester.
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