Djavan, el brasileño que conquistó al mundo

"La principal búsqueda del disco es la diversidad. Me propuse trabajar con géneros y ritmos muy distintos para crear una sonoridad contemporánea. Intenté crear un repertorio agradable y, de ser posible, con alguna novedad. Son objetivos que me planteo casi siempre", explica Djavan horas antes de llegar a Buenos Aires para presentar, hoy, a las 21, en el teatro Gran Rex, Vidas para contar, su nuevo disco.

Nacido hace 57 años en Maceió, en el nordeste brasileño, Djavan empezó tocando covers de los Beatles y a mediados de los 70 se mudó a Río de Janeiro, donde grabó su primer disco, A voz, o violão, a música de Djavan, Som Livre (1976). Desarrolló luego una carrera prolífica, que incluye más de treinta discos y colaboraciones con The Manhattan Transfer, Caetano Veloso y Zucchero. "Las sociedades con otros artistas sucedieron siempre casualmente -cuenta-. Nada fue planeado, pero siempre fueron experiencias maravillosas. Es uno de los regalos de mi carrera." Uno de los encuentros que más recuerda es el que se produjo en 1982, cuando Stevie Wonder tocó la armónica en el tema "Samurai", del disco Luz, celebrado por la prensa de su país como un trabajo de vanguardia. "Fue una excelente experiencia. Wonder es muy buena gente. Un tipo muy simple, cálido, cariñoso. Y un músico extraordinario. Estuvimos un día entero en el estudio, y él tocó clásicos de Cole Porter, Irving Berlin y George Gershwin. Fue un encuentro inolvidable."

Artista inquieto y explorador, Djavan se reivindica como autodidacta: "Siempre busqué lo que necesitaba solo, con mi deseo como guía. Estudié mucho, pero siempre solo -revela-. Mi vocación musical fue muy estimulada por mi madre. Ella escuchaba música todo el tiempo y me alentó siempre, desde muy pequeño. «Dona do Horizonte», tema de mi ultimo disco, está dedicado a ella. Nombro a Dalva de Oliveira, Angela Maria y Luis Gonzaga, todos artistas que conocí por ella. Este disco tiene más de una mirada al pasado. Sentí la necesidad de recordar el lugar donde nací y me formé, entonces compuse algunos temas de música de impronta nordestina. Hablan del sufrimiento y de la fragilidad de la gente humilde de mi tierra, pero también de las fiestas y la alegría. Es un pueblo muy creativo, a pesar de que la vida allí es dura, difícil".

Djavan asegura que además de la enorme tradición de la música popular brasileña, para él también fueron importantes la música de África y de América latina. "Investigué mucho todas esas músicas. Los detalles de lo que se produce en cada región de mi país, que es muy grande. Y creo que toda esa diversidad se nota en mi obra, que engloba distintas tradiciones, distintas culturas. Todos los días le pido a Dios mantener la curiosidad, el ímpetu y la motivación para componer con profundidad y seriedad. Componer es para mí un acto vital. Entonces necesito energía, salud y voluntad para hacerlo."

De la música argentina, Djavan destaca a Luis Alberto Spinetta, Charly García y Fito Páez: "Fito es el más conocido en Brasil. Lo merece porque es una gran músico. Pero es una pena que no pase lo mismo con Spinetta, cuya muerte significa para mí una pérdida irreparable", sostiene.

Sobre la actual crisis política de su país, tiene una opinión optimista: "Contrariamente a lo que piensa mucha gente, yo creo que vivimos un momento promisorio. Vamos a salir más fuertes, mas humanos, más justos de esta situación. Brasil está viviendo un período fértil y tratando de producir un futuro mejor a través de una política más humana, más progresista, mas inclusiva. América del Sur es un continente muy frágil desde el punto de vista democrático. Hay desde hace años una tendencia al totalitarismo en las clases poderosas. Brasil, como líder de la región, debe dar un buen ejemplo. Y confío en que eso suceda. El impeachment contra Dilma fue legal, es algo previsto por nuestra Constitución. Ahora es el momento de que el país se dirija hacia un tiempo de gloria para su gente, que merece una vida más digna y más tranquila".