El frontman menos pensado repasa dos décadas de rock fiestero
Martín “el Mono” Fabio está tomando mate en la puerta de The Roxy La Viola Bar, listo para repasar junto a Rolling Stone el camino recorrido por Kapanga a lo largo de más de dos décadas de carrera. La imagen de una banda “jodona” y alegre está tan instalada en el imaginario popular que es fácil olvidar que han sido bastante más eclécticos que eso. Además de conquistar radios y boliches con su fórmula fiestera de rock y cuarteto a principios de los 90, el grupo tuvo sus arremetidas punk, fue contestatario, coqueteó con la electrónica y, últimamente, atraviesa un estado de maduración que se traduce en canciones de pop-rock radial en las que la sensibilidad se impone por sobre la testosterona. “Hemos tenido temas que, sin sonar en la radio, se han vuelto respetables”, dice el Mono, de 48 años. “Algunos se hicieron fuertes en los shows, y otros por medio de videos que realizamos sin tanto presupuesto ni rotación.” De hecho, este sábado 21 en el Teatro Gran Rivadavia, Kapanga estará presentando Spectaculum, un show pensado para teatros, en el que tocarán sus temas menos festivos y reinterpretarán sus hits rockeros con cuerdas y vientos. Porque pueden.
Justo cuando el Mono está terminando su preámbulo –con el énfasis puesto en que los compositores de la mayoría de los temas son Miguel “Maikel” De Luna Campos y Marcelo “Balde” Spósito, el primer bajista del grupo–, alguien baja la ventanilla de un taxi que pasa por la puerta del bar y grita: “¡Grande, Mono!”. Es un saludo habitual en su vida cotidiana, que el cantante devuelve con el brazo en alto. “Igual, a veces me digo que no quiero ser más el Mono de Kapanga”, dice respecto de su fama, que hace unos meses tuvo un pico de exposición mediática gracias al romance que mantuvo con la actriz Andrea Rincón. “Pero enseguida pienso que hay miles de personas que querrían ser el Mono de Kapanga y no pueden, y se me pasa.”
“El mono relojero”
'A 15 cm. de la realidad' 1998
Cuando hicimos este tema, ya teníamos el 70% del disco grabado, en un demo en casete que íbamos mostrando en las discográficas. Los más interesados eran los de EMI, a través de Alejandro Varela, que era manager de Diego Torres y nos quería meter porque veía en nosotros un potencial que otros no tenían. Pero, a la vez, toda la compañía le decía: “No, tienen cuatro covers”. Ahí justo salió la ley de Duhalde, que obligaba a los boliches a cerrar a las tres de la mañana, y eso nos obligó a cancelar un par de fechas que teníamos. Nos fuimos a nuestras casas. De repente, ese fin de semana me llama el Balde para decirme que había hecho una canción sobre la ley. Apenas me la cantó por teléfono, le dije: “Tenemos un temazo”. La versión original era más picante: había malas palabras y le daba con un caño al Gobernador, a quien nunca nombra. Cuando empezamos a darle forma, salió al toque: es una de las canciones que más rápido hicimos en la historia de Kapanga. Lo llamamos a Varela para decirle que habíamos hecho un tema que podía funcionar, y nos dijo que teníamos que convencer a los de EMI, que armáramos un show. Así que fuimos a un bar de Quilmes en el que se tocaba los jueves y viernes, y convencimos al chabón de que nos dejara tocar el sábado, que era el día en que nosotros podíamos. El no necesitaba una banda los sábados, porque el lugar igual ya explotaba de gente sin que tocara nadie. Así que, ese sábado, cuando Varela vino con los de EMI, el lugar estaba llenísimo. Tocamos ocho temas, y “El mono relojero” lo hicimos dos veces: a la mitad del show y de nuevo al final, como para que la escucharan bien. Al lunes siguiente nos llamaron para firmar el contrato y grabar un demo del tema. Les gustó tanto que lo mandaron así a las radios. ¡El corte de difusión que sonó en todos lados es un demo!
“Me mata”
'A 15 cm. de la realidad' 1998
Es un cover de la Mona Jiménez, pero mucha gente sigue pensando que es nuestro. De hecho, la Mona lo presenta como un tema de Kapanga, no sé si porque está harto de que la gente se confunda o porque simplemente le chupa un huevo. También se decía que él me había dado el tema, tipo: “Tomá, Monito, agarralo”. Eso es mentira. Yo escuchaba a la Mona mientras hacía la colimba en el 88, y quería homenajearlo. El cuarteto cordobés no era mi palo: yo era rockero. “Me mata” la descubrí en un casete en vivo del 86. Tenía un montón de canciones, y con ésa no había pasado nada. A mí me gustaba, así que sugerí que la hiciéramos. Con ese tema logramos el crossover. Nos hizo más visibles. Tuvimos una exposición que con “El mono relojero” no habíamos tenido. Un lindo dato es que, durante muchos años, la Mona no la tocó, pero, cuando la hicimos popular, empezó a incluirla en sus recitales.
“Ramón”
'A 15 cm. de la realidad' 1998
Es imposible que la saquemos de la lista. La gente la pide mucho y, las veces que no la tocamos, la extrañamos. Dura como cinco minutos, pero atraviesa tantos climas que se pasa rápido. Hay referencias a “De música ligera”, de Soda Stereo, y a “The Trooper”, de Iron Maiden. El público sigue sin entender la letra: nos preguntan si somos fanáticos de Ramón Díaz. En realidad, tiene que ver con nuestros códigos para hablar por teléfono. “Che, ¿llegó Ramón?” “Sí.” “Bueno, ahora vamos a divertirnos.”
“Hombre gato”
'A 15 cm. de la realidad' 1998
Es de Ricky Maravilla. La historia es buenísima: habla de ese mito urbano del hombre gato, que se colgaba de los árboles. En un momento, todo el mundo estaba hablando de esto. Y Ricky hizo un tema muy divertido, justo después de “Qué tendrá el petiso”. Nuestra versión no tiene mucho que ver con la original; la grabamos como unos cavernícolas. De hecho, es la única canción de la que reniego un poco, al punto de que no la tocamos mucho en vivo. El año pasado la hicimos en un show y se festejó mucho. Nos queríamos matar.
“La caravana”
'Un asado en Abbey Road' 1999
De chiquito, en una pelea callejera, me pegaron y me bajaron un diente, así que tengo un postizo. Un día, mientras ensayábamos para grabar el disco, se me voló. Para mí era una desgracia, pero los demás se cagaron de la risa y me empezaron a cantar: “Se le ha caído un diente/Al Mono Chuli”. (“Chuli” es como me dicen los de la banda.) Yo los quería asesinar pero, entre los ensayos, le fueron dando forma al tema. Parábamos a comer y me cantaban el estribillo. “Yo no lo voy a cantar ni en pedo”, les decía. Hasta que, no sé por qué, me iluminé. “Pará, ésta debería decir: ‘Llegó la caravana/De los tres días’.” dije, en referencia al fin de semana. Terminé transformando una situación que para mí no era para nada grata –¿a quién no le gustaría tener el comedor completo?– en un tema que podía cantar sin problemas.
“Indultados”
'Un asado en Abbey Road' 1999
En los primeros tres o cuatro discos fuimos bastante protestones. Después, empezamos a bajar el nivel de compromiso político. Uno arranca creyendo que tiene una banda de rock para cambiar el mundo, pero eso es mentira. El día que comprendí que mi objetivo era entretener, fui feliz. Vos podés cambiarle el pensamiento a alguien durante un rato, bajar alguna línea... Pero no vas a resolver los problemas del mundo. “Indultados” salió en un momento bastante denso, después de que varios militares quedaran libres. La canción fue resistida: nadie la difundía. Pero es de ésas que se escuchan por lo bajo, y que no necesitan sonar en la radio para ser clásicas. Acá grabó Andrés Giménez, de A.N.I.M.A.L. El video lo hicimos con imágenes de archivo de noticieros. Un conocido nuestro laburaba en MuchMusic; tenía la llave. Así que, cuando cerraba el canal, nos mandábamos a la sala de edición y buscábamos las imágenes.
“La taberna”
'Operación rebenque' 2000
Está dedicada a Aldo Rico, que era un tipo que no estaba bien visto en la sociedad, pero se postuló para intendente de San Miguel y ganó por goleada. Es como un tema del Lejano Oeste, una ranchera que habla de la taberna y el “Ricomisario”. En vivo es fundamental, porque tiene un corte en el medio en el que metemos hits de King Africa, Maluma o cualquier otra cosa que se nos ocurra. Me acuerdo de que un día metimos ahí un tema de Metallica, porque justo habían suspendido una gira una semana antes de venir. Es un momento de complicidad con nuestro público. En una época, por ejemplo, en esa parte del show les pegábamos con bates de béisbol a unos muñecos que representaban a los Mambrú. Con los años uno se arrepiente, porque, más allá de que no lo hacíamos con maldad –era un chiste–, los pibes de Mambrú sufrieron bastante. Ahora Germán Tripel [de Mambrú] toca en la banda Coverheads. Nos conocimos en un show compartido y pegamos onda, al punto de que se subió a tocar este tema con nosotros. Fue como cerrar un círculo.
“Bailarín asesino”
'Operación rebenque' 2000
Una gran canción, con Adrián Dárgelos de invitado. Cuando empezamos a armar Kapanga, Maikel escuchaba mucho a Babasónicos, y yo los odiaba. No me entraban por ningún lado. Era la época de Pasto. No me aguantaba la voz, los re puteaba. Hasta que les empecé a encontrar la vuelta y los conocí. Ahí me tuve que guardar todas las puteadas. Los Babasónicos no entraban en mi mundo, hasta que entraron y se convirtieron en uno de mis grandes descubrimientos musicales. Me acuerdo de que la idea siempre fue que Adrián participara del video, que filmó Gianfranco Quattrini y en el que íbamos a hacer de gauchos. Pero sólo teníamos vestuario para nosotros, así que le pedimos a Adrián que se trajera su propia ropa. ¡Lo que trajo era increíble! “¿Eso es un gaucho?”, le preguntó Quattrini. “Para mí, sí”, dijo Adrián. Terminó usando esa ropa.
“El universal”
'Operación rebenque 2000'
Uno de los máximos hits. Tuvo su primera versión, que fue un hitazo, en Operación rebenque, y después otra versión en un disco en vivo, en la que transformamos esta canción light, grabada con cuerdas, en algo mucho más poderoso. Para mí, la versión posta es la que tocamos en vivo. Tiene climas, una batería que se luce... La de estudio parece una ancianidad. Está en el top cinco de temas más queridos por el público de Kapanga. Y, para mí, es una de las más lindas. Nació a partir de una influencia muy beatlesca del Balde. El estribillo dice “A través del universo”, una frase que remite a “Across the Universe”. Siempre metemos cosas de otras bandas, medio como un mensaje subliminal.
“Bisabuelo”
'Botanika' 2002
En 2000 habíamos ido a Puerto Rico con Los Fabulosos Cadillacs, y al año siguiente quisimos ir solos. Un promotor nos organizó la gira pero, una vez allá, nos enteramos de que, de los diez shows pautados, en realidad había cinco, y encima tres eran de promoción. ¡Había sólo dos shows en los que nos pagaban! No teníamos guita para volver, así que la gira, que iba a durar 17 días, terminó durando dos meses. Eramos siete personas en un departamento con seis camas: uno dormía en el elástico. No teníamos agua caliente ni cocina: usábamos un anafe. Estábamos en la loma del orto, a una hora en bondi de cualquier lado, y llovía todo el día. Después resultó que en la playa había un sol tremendo, pero nos enteramos tarde. Durante el tiempo que estuvimos guardados en el departamento, armamos una salita y nos pusimos a componer. Veníamos hablando de nuestras raíces, de nuestros bisabuelos, desarrollando un tema bastante pesado, hasta que el tema llegaba a una parte que decía: “Bisabuelo...”. Y entonces el Balde, que estaba cagando en el baño ahí a dos metros, abre la puerta y dice: “¡Viniste al pedo!”. La canción venía con una cosa súper épica, y la chispa del Balde mandó todo a la mierda en una frase. Le dio el golpe de efecto que necesitaba.
“En el camino”
'Botanika' 2002
Es la canción de Kapanga que más me gusta y con la que más me identifico. Me hace acordar a mi papá. Cuando él se enfermó, repetimos las frases de este tema mil veces. “Voy a probar todo lo que tenga que probar/Voy a dejar todo lo que tenga que dejar.” Es una canción del Balde, escrita después de haber leído En el camino, de Jack Kerouac. Está inspirada en ese libro. Yo la tomé para el lado emocional mío. El tema me traslada a un montón de situaciones que me conmueven. El video, por ejemplo, lo filmamos en la villa que está atrás de Huracán, la 21-24, y ahí convivimos con la gente del barrio y conocimos muy buena gente.
“Postal”
'¡Esta!' 2004
Otro hitazo. Mi voz suena muy bajita, se ve que no me tenían mucha confianza. Acá canta Andrés Ciro, que le dio su impronta. La letra es fuerte. Cuando salió el video, la gente enseguida asoció la canción a los cartoneros. Pero, en realidad, nosotros estábamos hablando de los ex combatientes de Malvinas. Cuando dice “ellos siguen caminando”, nos referíamos a los reclamos que venían haciendo en esa época. El video lo hicieron los de Farsa, y es buenísimo. Se lucieron con los efectos especiales. ¡Me acuerdo de que mi hijo quedó espantado!
“Desearía”
'¡Esta!' 2004
Tiene esa onda tranquila que también se percibe en “Postal”. Creo que acá empezó el quiebre entre lo festivo y lo más sensible. Nos animamos a otro tipo de composiciones. Durante los primeros años, en Kapanga no había canciones lentas. Lo más lento que podías encontrar era un reggae. “Desearía” es una canción hermosa que salió después de ese quiebre. Y tiene la particularidad de que nos permitió darnos un gusto en el video, que fue invitar a uno de nuestros actores fetiche, Ricardo Morán, el tío de nuestro operador de sonido. El tipo fue segundo de Sandro, de Palito Ortega... Estuvo en más de 50 películas. Cuando lo convocamos, se puso muy feliz. Pudimos darle el protagónico que nunca tuvo.
“Rock”
'¡Esta!' 2004
Es un chiste inspirado en la canción “Rock and Roll” de Led Zeppelin, una especie de burla al mundo del reviente. Es una canción simple, al hueso y divertida. Empieza igual que el tema de Zeppelin, y es el día de hoy que nos siguen diciendo “chorros” por eso. El tema, al igual que el resto del disco, lo compusieron Maikel y el Balde. Estábamos en una gira de 45 shows por Europa del Este a la que el Balde no vino porque, después de lo de Puerto Rico, dejó de viajar. En el show número 15, Maikel se tiró del escenario y se quebró. Estábamos por suspender la gira, pero el productor nos dijo que, si nos íbamos, no volvíamos nunca más. Así que votamos y nos terminamos quedando: viajó un guitarrista suplente. Pero Maikel se volvió y junto con el Balde compusieron ¡Esta!
“Mesa 4”
'Crece' 2007
Un cuarteto muy power. Esto es lo que hicimos nosotros con el cuarteto cordobés: le dimos una crudeza y un poder que, en general, no tiene. Somos una banda de rock: nunca grabamos un acordeón. Siempre teclado. Siempre el JB30, toda la vida. No hay otro teclado que emule ese sonido, que ya es característico de Kapanga. La letra se les ocurrió a Maikel y el Balde, medio inspirados en que yo en una época era mozo, pero es totalmente inventada.
“Hombre rata”
'Crece' 2007
La de los hombres rata era una historia que contaban en Córdoba. En La Cañada hay unos desagües donde, supuestamente, vivían unos niños rata. Y, en un punto, era cierto, porque los chicos de la calle dormían en esos agujeros. Pero la canción es un delirio. El final tiene una bajada tomada de “La marcha de la bronca”, el tema de Pedro y Pablo, así que lo invitamos a cantar a Miguel Cantilo, pero nos dijo que no. Lo mismo nos pasó cuando quisimos invitar a Palito Ortega a grabar en “Araceli”. En ninguno de los dos casos pudimos hablar directamente con ellos, sino que alguien hizo de filtro. Capaz que si te cruzás a los chabones directamente te dicen que sí. No sé… Nos quedamos con las ganas.
“El albañil”
'Todoterreno' 2009
En 2015, en San Rafael, Mendoza, tuvimos la desgracia de que un chico falleciera en uno de nuestros shows. Fue en un recital multitudinario en el que había más de 50.000 personas. Cuando bajé del escenario y me enteré, sentí que se había terminado todo. No tenía sentido seguir. Hacía un tiempo que me atemorizaba la idea de que pasara algo feo, pero nunca me imaginé que un pibe se iba a desplomar en medio de la gente por una muerte súbita. En el hospital, la familia me contó que el chico era albañil. Fue una situación de mierda. Recién ahora podría decir que fui capaz de liberar un poco el alma. Hace poco, cuando volvimos a San Rafael, quise ir a visitar a los padres, pero no estaban, así que hablamos por teléfono. En su momento, la mamá estaba muy enojada conmigo y de alguna manera me responsabilizaba. Tomé coraje, la llamé, hablamos, y por suerte esa charla me dejó más tranquilo. Cada vez que escucho esta canción –que increíblemente existía desde antes del accidente–, no puedo sacarme de la cabeza la mirada de los padres.
“La crudita”
'Lima' 2012
Es un hit que no tiene nada que ver con Kapanga. El mérito es del Chávez [Matías Méndez], que fue el productor del disco con Maikel. No teníamos muy desarrollada la canción, y el chabón nos hizo ver un video de una banda mexicana, onda cumbia sonidera, que usaban unas botas picudas. Cuando lo vimos, nos queríamos matar. “No miren el video”, nos decía el Chávez. “Escuchen la música.” A raíz de eso, empezamos con las secuencias y fuimos armando la canción. “La crudita” nos abrió otro panorama. El tema es una historia verídica que vivió Maikel en Isla Mujeres, donde la gente usa el carrito de golf para moverse, porque es muy chiquito. Una noche, encaró para la playa con un amigo y querían meter el carrito en el mar. Por suerte se les quedó trabado en la arena. No lo pudieron sacar y se fueron a dormir. Al otro día, todo el mundo estaba preguntando por el carro. Lo lindo fue que la canción, además, nos acercó a un público más infantil, a los hijos de los primeros kapangueros. Uno nunca sabe por dónde se van a colar los temas.
“Descarte”
'Motormúsica' 2015
Iba a quedar afuera del disco porque no estaba cerrada, faltaba la letra. Entonces la agarró el Chávez y le buscó la vuelta. Nos mostró a Lo’ Pibitos, que es una banda que estaba afuera de mi circuito, y pegamos onda. Invitamos a los pibes [Guido Ruggiero y Tomás Bacigaluppi] y quedó un temazo. Me gusta la onda que le ponen los chicos, la cadencia de la canción. Es un tema diferente, pero que sigue siendo Kapanga. O sea, es Kapanga y no es Kapanga al mismo tiempo. Es todo lo que somos nosotros puesto en una canción muy linda, con un mensaje positivo, que no habla de la noche ni nada de eso. Es re buena onda, muy de una nueva etapa.
“Gauchito Gil”
'Motormúsica' 2015
Yo digo que no soy devoto para no creérmela, pero al Gauchito lo tengo tatuado, y hay uno de dos metros pintado en la pared de mi casa. Hace rato que veníamos dando vueltas con hacerle un tema. Y cumplimos. Dura dos minutos, es muy punk. Porque, en general, todos los temas dedicados al Gauchito son de cumbia o folclore. Lo más lógico era hacer un chamamé, pero… ¿Qué dice la lógica de Kapanga? Que vamos a hacer algo diferente.