El hombre del piano mágico
Miguel Angel Estrella conmovió a los romanos con su concierto y sus palabras
ROMA.– Miguel Angel Estrella cautivó hace pocos días a los romanos en un concierto que brindó aquí por el 60° aniversario de la Declaración Universal de los Derechos del Hombre.
El pianista tucumano –que vive en París, pero que se lo pasa viajando a su adorada Argentina– deleitó al público no sólo con músicas de J. S. Bach, Fauré, Chopin y Mendelssohn, sino también con una anécdota maravillosa.
Entre pieza y pieza, el maestro contó la historia de don Fernández, un campesino que allá por los años setenta se enamoró a través de la radio de una "música celestial" de un tal Johann Sebastian Bach, que creyó que era tucumano. Cuando, luego de meses, el campesino se enteró en un banco de que en verdad J. S. Bach era un alemán que había muerto hacía años, comenzó a leer libros sobre el compositor. "Encantado, don Fernández entendió que esa música tan sublime y extraordinaria era la música de un hombre que era un campesino como ellos, pobre como ellos, con muchos hijos y tantos problemas como ellos; en fin, era uno de ellos", explicó Estrella. "Y esto demuestra que la música con eme mayúscula no pertenece a un elite, sino que llega al alma de todas las personas con un espíritu y una sensibilidad que va más allá de la cotidianidad", concluyó, provocando una catarata de aplausos en la sala del Capitolio.
Los sin voz
En una charla con LA NACION, Estrella, que cuando salió de la cárcel, en los 80, fundó la ONG Música Esperanza, que es embajador de buena voluntad de la Unesco desde 1988, y embajador argentino en la Unesco desde 2004, contó que estaba por viajar a Buenos Aires para una nueva edición de La Voz de los Sin Voz. Se trata de un programa que él creó en 2005, dedicado a los pobres del Mercosur, en el cual los protagonistas son campesinos e indígenas talentosos, que se juntan y hacen música.
"Es maravilloso que la Argentina tenga a Maradona y a Martha Argerich, pero también es bueno que se sepa que también existe este sector de gente que muestra una cultura ancestral, que emerge de una historia, de una raíz, que es lo contrario al marketing", dijo. Estrella, que brinda un promedio de cien conciertos anuales, la mitad de los cuales, dedicados a programas de solidaridad, también contó que ahora está planificando, junto con las Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora, la creación de una escuela popular de música, con la carrera de músico social, y un taller experimental para niños maltratados.
"Hay que inventar un nuevo humanismo en el siglo XXI", dijo el maestro. "La mayoría de los políticos de hoy no tienen tiempo para lo que los griegos llamaban contemplación, pero no del cielo estrellado o el bello mar, sino para contemplar la sociedad y sentir el pulso de esa sociedad, con sus frustraciones y sus esperanzas", agregó.
De origen libanés, Estrella espera llevar a la Argentina el año próximo la Orquesta para la Paz que dirige, formada por cristianos, judíos y musulmanes, "los hijos de Abraham", como él dice. Se trata de una experiencia similar a la de la más conocida Orquesta West Eastern Divan creada por Daniel Barenboim, otro exitoso argentino, pero de origen judío.
"A veces nos quieren enfrentar con Barenboim porque las únicas dos orquestas multiculturales del mundo son de dos argentinos –comentó Estrella–, pero yo siempre digo que ojalá hubiera mil orquestas así."