El hit que nació de un juego, contó con dos colaboradoras “fantasma” y que nadie sabe por qué se llama “El ritual de la banana”
La canción fue el gran hit del primer disco de Los Pericos, el mismo que también traía “Jamaica Reggae” y “Nada que perder”; marcó un boom de la banda y sentó las bases para que el reggae se popularizara en el país
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The Ritual of the banana / the ritual of the banana / find the skin of ganja´s / Why don´t you come to my house? / Why don´t you come to my house? / We celebrate her arrival / We have the new god Banana / We have the new god Banana /Religion is no longer of a man / Why don´t you come to my house?/ Why don´t you come to my house? / We celebrate her arrival.
En plena primavera democrática, allá por el año 1987, Los Pericos lanzaron su primer disco, que enseguida se convirtió en el más vendido del país y marcó el primer gran escalón en una sólida trayectoria de 35 años: El ritual de la banana.
Con el Bahiano en la voz, el álbum estaba acompañado por la canción que le daba nombre al álbum, “El ritual de la banana” y otros temas que fueron éxito inmediato como “Jamaica Reggae” o “Nada que perder” y le abrieron definitivamente las puertas al reggae en la Argentina. Es que Los Pericos se plantó desde el vamos como una banda dedicada exclusivamente al género, en paralelo a La Zimbabwe Reggae Band y Los Cafres.
“Eso surgió jugando, no hubo un concepto previo. Fue una participación colectiva que terminó siendo lo que ya sabemos. En esa época, Los Pericos era una banda de amigos que nos juntábamos, nos divertíamos, hacíamos un par de canciones y tocábamos para amigos muy de vez en cuando. Me acuerdo que un día estábamos en la casa de El Topo, nuestro baterista, que era nuestro centro de ensayos y reuniones en Coghlan, escuchando unos discos de Marley, jugando con esos acordes simples. Por ahí andaba dando vueltas su novia y se puso a cantar “Welcome, welcome to my house, welcome to my house”, algo así lúdico, sin pensar, sin proyectar, sin decir “estamos componiendo”, nada. Entonces fuimos ahí mismo al lado, a la sala, que era el cuarto de El Topo, y empezamos a jugar con esos acordes”, recuerda desde México Juanchi Baleirón, guitarrista y cantante de la banda desde la salida de El Bahiano.
Hacía poco más de un año que la banda se había formado de la mano de Martín Gutman (teclados), Ale Perico (bajo), Danny Boy (voz), Ariel “Topo” Raiman (batería), Willy Valentinis y Juanchi Baleirón (guitarras). Y tras algunos cambios de integrantes desembarcaba el Bahiano como nuevo vocalista. Con él comienzan a surgir más composiciones propias, entre las que despuntaba “El ritual de la banana”, que introducía un sonido decididamente pop y bailable, con letras que combinaban el inglés y el castellano.
“Es una canción de frases sueltas, una explosión de espontaneidad. Y nos llevamos una gran sorpresa, obviamente. Porque fue la primera canción en darnos a conocer, junto con ‘Jamaica Reggae’ y ‘Nada que perder’. Pero ‘El ritual de la banana’, ya desde el nombre era bastante diferente a lo que se escuchaba en esas épocas. Me acuerdo que la primera vez que la escuché en radio bajé el volumen, porque me dio un poquito de cosa escucharme en una radio, y la subí después casi al final para ver qué comentaban. Fue una súper canción, una propuesta diferente, con una impronta distinta; una forma de cantar diferente que nos dio muchísimas alegrías y nos dio a conocer”, recuerda por su parte El Bahiano.
Nada mejor que sus protagonistas para rememorar el proceso que llevó aquella canción a convertirse en un boom inesperado, presente en cada fiesta, en cada “asalto”, una postal generacional que dejó una marca indeleble de aquellos años.
“En ese invierno del 87, hacía poco que el Bahiano estaba en la banda, y él redondeó parte de la melodía que estaba ahí como dando vueltas, y para la parte del estribillo, que dice ‘We all be, big a monkey man / We´ll eat banana, night and day’, tomé prestados unos acordes, la secuencia armónica de un tema de Peter Frampton que nada que ver, y sobre eso el Bahiano construyó el resto de la melodía de esa parte. Y para la letra recurrió a su novia Consuelo, que lo ayudó con la parte en inglés. No recuerdo bien el por qué de Banana, pero supongo que surgió jugando con el tema ‘Monkey Man’ de Toots Hibbert [Toots & The Maytals], conocido por los Specials. Quizás todo haya sido una mezcla a la hora de redondear el concepto de letra, o del título de la canción”, reflexiona Juanchi.
“Me había incorporado a la banda hacía poquito, estábamos todos buscando hacer una canción en la sala de ensayo, zapando, cada uno tocando una cosa diferente, con una idea ahí, muy vana, buscando la sonoridad también. Y entre esas cosas empezó a nacer la melodía. Después, para la letra, yo no componía en inglés, pero tenía una novia que me dio una mano con el armado. Llevó un tiempo llegar al final de esa canción. Los Pericos querían que yo cantara en inglés para seguir esa línea que venían haciendo, pero el armado era totalmente diferente a cuando yo entré. Si bien había canciones del antiguo repertorio y querían que también cantara, había cosas con las que me sentía más cómodo y con otras no”, cuenta el Bahiano.
Entre aquellas composiciones nuevas irrumpió “El ritual de la banana” como el primer hit del grupo y trampolín hacia la popularidad, que hoy, 33 años después de su lanzamiento, recuerdan con cariño y respeto.
“Fue algo inesperado, lo hicimos como esas canciones que quedan como raras, porque se despegaba mucho del resto. Incluso cuando grabamos el demo pensamos: ‘Mmm... demasiado alejado del resto del material’, que apuntaba más a ser un reggae jamaiquino, al menos un intento a hacerlo desde nuestra perspectiva. Pero ese tema era demasiado saltarín, demasiado contagioso, flúo, digamos, para el resto. Por suerte, finalmente lo hicimos, explotó todo y ahí arrancó nuestra carrera, que seguimos construyendo a lo largo de 35 años. Fue un éxito fortuito, una explosión que marcó la irrupción de la banda en la escena musical argentina, estando en todos lados, desde películas del Gordo Porcel hasta tapas de revistas que no eran de rock, o el programa de Susana Giménez. ‘El ritual de la Banana’ fue un pasaporte a todo eso. Y casi no lo grabamos”, se despide Baleiron.
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