El fenómeno Trueno, el rapero de 19 años que toca tres noches seguidas en el Gran Rex
Se retiró de las batallas de gallos después de ganar en varias ocasiones y empezó una carrera musical que lo tiene entre lo más original del rap en español; de novio con Nicki Nicole, se despide de su disco Atrevido para empezar una nueva aventura
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“Mi única etiqueta es el hip hop”, dice Trueno sin alzar la voz ni pretensiones de reclamar ningún trono. Y completa: “Hip hop en familia”. Así se define el rapero de 19 años. Nacido como Mateo Palacios, es una de las figuras más relevantes de la música urbana que dio la Argentina en los últimos dos años pero también dueño de un sello característico que parece tener su caminito al costado de las tendencias. En sus canciones podrá coquetear con el trap, con el reggaetón y con otros ritmos que hoy son tendencia, pero siempre con base en el hip hop clásico, con el que se crió.
Hijo de Pedro Peligro, un rapero de culto de la escena argentina y uruguaya, Trueno empezó a rapear a los tres años. De ahí que la conexión hip hop-familia sea para él orgánica y de base. “Arriba del escenario está mi padre, mi mejor amigo, mi ñeri, la Comuna 4... somos nosotros y abajo las familias que nos van a ver, ese es el único código que mantengo”, cuenta en medio de la serie de shows que ofrece en el Gran Rex entre este martes y este jueves. Esta seguidilla de conciertos es la primera que da en la Argentina tras la etapa más crítica de la pandemia. Con estos shows Trueno despide Atrevido, su disco debut lanzado en plena cuarentena, y se enfocará en el sucesor, planeado para el año que viene pero ya con algunos adelantos publicados.
“Hice Atrevido pensando en tocarlo en vivo, hacer la gira y terminar en el Gran Rex”, cuenta sobre los planes que debieron esperar para ser concretados, como los de cualquier artista en el último año y medio. “Teníamos preparado el show hace un año, en este tiempo fuimos aprendiendo un montón de cosas. Yo musicalmente aprendí mucho, a tocar con una banda como se debe, que es la que quiero mostrar ahora, acá es la bala de plata”. Luego de una reciente gira por España, entonces llegó el momento de desembarcar en el teatro de la avenida Corrientes: “Necesitaba concretar eso en mi mente, era algo que tenía inconcluso así que ahora le estamos poniendo todas las fichas”.
Aunque todavía no haya cumplido 20 años, Trueno pertenece a la camada de referentes de la música urbana con ascensos meteóricos. En 2019 decidió retirarse del circuito de batallas de freestlye cuando estaba en el pico de su popularidad (fue campeón nacional de Red Bull con un Luna Park agotado y lo mismo con el Movistar Arena para coronarse en la Freestyle Master Series) y volcarse de lleno a la música. Así fue que al año siguiente sacó Atrevido, un título bien autorreferencial, en plena consonancia con lo que el hip hip exige. “Todo estaba dado así, mi retiro de las batallas, que todos estaban esperando mi comienzo en la música y yo quería sacar el disco”, cuenta. “Pero esto nos vino bien, tuvimos que parar la pelota como todo el mundo, la vida nos puso en esta y siento que aprendí un montón”.
-Y estos shows te encuentran en un momento de transición. Es la presentación tardía de tu disco y vos en tu cabeza ya estás pensando en el que viene.
-Para mí es una evolución, no hay que compararlo ni nada. Encuentro cosas musicales en mi carrera que son nuevas. Atrevido es irrepetible y esta es una oportunidad de tocarlo como es, una despedida. Un besito y ahora se viene lo próximo. Lo viví super lindo, lo voy a recordar como un momento hermoso, un descubrimiento de mí mismo. Nunca había hecho un disco en mi puta vida, fue chocante para mí, pero no me pongo a pensar en el pasado, ni en las batallas. Es la despedida de esto y es algo que le pasa a los artistas. Voy a mantener los mismos códigos pero soy una persona ambiciosa, voy a mirar para adelante y representar lo que hice. Eso está para que lo escuches cuando quieras, yo estoy en lo nuevo y me como las uñas.
-Aunque sos un músico masivo, todavía estás dando tus primeros pasos en tu carrera. ¿Cómo te nutrís para armar tu propuesta en vivo?
-Me encanta mirar shows, soy muy de absorber mucho de la gente que sabe. Trato de no competir, solo de aprender y hay gente que la rompe toda, que está super elevada, entonces es llevar lo mío a lo máximo y de convivir con lo que ya está. Trato de mirar shows de artistas estadounidenses y latinos, me falta un montón, obvio, y me gustaría ver los shows personalmente aunque ahora se complica. Siento que de a poco vamos logrando esa profesionalidad, que somos cada vez más serios en cuanto a lo artístico y lo conceptual. Lo hacemos todos juntos y lo encaramos en conjunto.
-¿Qué artistas te impactan desde el vivo?
-Travis Scott es increíble. No tiene banda, no sé como hace para tener el show que tiene y hacerlo sin banda. Después, Kendrick Lamar es muy bueno, es un show que capaz si no lo conocés es de culto, cero mainstream. Travis es más comercial, más digerible. Hay distintos tipos de shows, a veces me transmiten más 30 monos arriba del escenario rapeando sin nada y el show son ellos nada más. Nosotros a España fuimos así, a cable pelado, cero confeti, cero bailarines: somos nosotros poniendo el pecho. Está bueno que a eso podamos sumarle cosas que sí queremos, esa teatralidad, que sea más artístico. Eso más la sangre que siempre vas a tener.
-De hecho, hasta se puede decir que tenés un poco de Travis Scott y un poco de Kendrick Lamar. Apostás al flow pero también te permitís los coqueteos con el autotune. En ese sentido, sos de los pocos artistas de esta movida que está en ese punto medio.
-Es que trato de no etiquetarme. Me saco las ganas de hacer lo que quiera: un bloque súper oscuro, uno de fiesta, de usar autotune, de no usarlo, de cantar a capela.... trato de no decir “Trueno es esto”, si no qué me gustaría hacer y no me animo. Siempre trato de estar abierto a mis propias ideas y no censurarme. Lo único que tenés que saber es que mi etiqueta es el hip hop. Obviamente respeto a todo artista y productor, a todo género, pero a mí lo que no me gusta es la música de plástico, que no te dice nada. A mí me gusta que transmita algo, que necesite descargar algo. En ese sentido, trato de pensar en mí, de ser egoísta y no pensar en la gente o en la radio, porque pasás a ser un personaje del público a hacer lo que te piden que hagas, y yo no me hice conocido porque la gente me pidió algo, me hice conocido porque dije: “Ey, escúchenme”. La música que respeto es la música que sale de una persona no de un artista, desde la persona que está detrás del alter ego y de ese circo. Todo lo que vivo lo ven, ven a mi viejo, a mi ñeri, me ven de Boca, y eso les llega porque es mi vida y que mi vida y lo que transmito identifique la vida o los pensamientos de otras personas es lo que hace real la conexión: es real mi sentimiento y es real el sentimiento de la gente al sentirse identificada. Es ser Mateo y que Trueno lo exprese.
-¿Qué tan fuerte es la idea de familia en tu propuesta?
-El concepto de amor, diversión y unión es el primer concepto del hip hop. Afrika Bambaataa es eso. Nuestra comunidad, nuestra raza, nuestro lugar, estar unidos ante una injusticia, ante lo bueno, lo malo, lo que nos pasa; en las fiestas que hacemos cuando pasa la policía. Estamos unidos haciendo música y amamos esto. Dentro del hip hop hay mil ramas y podés encontrar miles de mensajes. Un trapero diciendo algo súper consciente o un rapero diciendo guarangadas, es el libre albedrío del hip hop. Nosotros tenemos el comando y hacemos esto. Yo hago rap y a veces estoy feliz, pero otras tengo ganas de mandar a todos a la mierda.
-Un tema para cada playlist...
-(Risas) Es el hecho de mostrarse. No dejo de ser yo nunca, no me censuro, son diferentes versiones de mí. En el escenario me suben el ego y la confianza al cien por ciento, pero cuando me bajo soy más tranquilo, no me gusta hablar con todo el mundo, no me gusta llamar la atención, prefiero quedarme en mi círculo. Obviamente que todo lo que pasa es un momento y a veces es estresante, pero disfruto de mucho de todo lo que vivo y de lo que me toca porque mantengo a la misma gente, me nutre de buena energía y no dejo nunca de ser Mateo. Siempre bajo al barrio, siempre hablo con los pibes de La Boca, voy al bajo con mi vieja y mi viejo, es lo que haría si nada de esto me pasara, eso no se va a perder nunca.
-También cultivás el perfil bajo en tus redes sociales. Lograste que tu relación con Nicki Nicole no se vuelva un tema de demasiada exposición.
-Trato de resguardarme, uso las redes sociales como medio de trabajo, para anunciar mis proyectos, pero soy consciente de la toxicidad y de la adicción, de las criticas y los comentarios y los enrosques. Tuve etapas de estar súper pendiente de eso, medio de influencer. Mostraba toda mi vida. Pero no estar tan pendiente ahora me hace olvidarme a veces de los seguidores y de la gente que está esperando, ni me acuerdo que soy yo. Me piden una foto en la calle y ahí me acuerdo. Y me encanta, obvio, soy adicto al celular como toda persona de ahora, es nuestra primera adicción. Cuanto menos tengo que usarlo mas feliz soy. Trato de usar las redes seriamente y sé que del otro lado hay gente que posta quiere saber algo de mí, está bueno no borrarse, mantener contacto y hacerla sentir cerca, pero trato de darle muy suave a ese mundo; también a la la prensa y la exposición.
-¿Usás mucho el celular para escribir o seguís partiendo del freestyle?
-Me dejo guiar por mis emociones, a veces me siento y cuando me obligo a hacer algo no me sirve. Uso el celular para escribir, para escuchar música y descubrir artistas. Me gusta usar el freestyle en el estudio pero también darle mi tiempo, irme al ranchito de La Boca, estar en la terraza, fumar y escribir ahí. Capaz a las 4 de la mañana no me puedo dormir y pum, me sale la letra. Cuando algo en mi mente me dice “Hay que ejecutar ahora”, le hago caso. No depende de mí, yo sé que baja en algún momento pero me gusta ponerme, no solo depender de eso. Baja una letra o una melodía pero no lo dejo así, la trabajo meses para que quede como en mi cabeza me imaginaba. A veces estoy cebado y no sale nada, la frustración es clave, el miedo es clave, la auto competencia es clave. Pero no solo para un músico, para cualquier creador. Siempre querés que lo nuevo sea mejor que lo anterior. Hay que saber convivir con eso.
-¿Sentís que esa motivación la vas a poder mantener en el largo plazo?
-Seguramente. En el futuro me veo haciendo música o flasheando alguna. Voy a estar involucradísimo. Espero que con una vida más autónoma, que pueda manejar las cosas de una forma más madura y con la comodidad de saber que puedo hacer lo que se me cante cuando quiera y como quiera. Y apoyando a guachos como lo hicieron conmigo. Con el talento solo no alcanza, tenés que tener alguien que te diga “Es por acá”, “Es por allá”. A mis amigos los pongo a grabar, a hacer, porque le deseo a todo el mundo lo que me pasa. Eso es el hip hop, ¿tenés un granito de arena? No lo guardes en una caja, ponelo para que todos juntos hagamos la montaña.
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