En noviembre de 1994, Los Fabulosos Cadillacs aterrizaban en Bahamas para grabar Rey Azúcar, su séptimo disco de estudio, convertidos en uno de los grupos más importantes del rock latino. Habían pasado dos años desde la salida de El león, un bólido cargado de clásicos como "Carnaval toda la vida", "Gitana", "Siguiendo la luna" y "El aguijón", y apenas uno de la explosión del simple "Matador", incluido en el álbum compilatorio Vasos vacíos. Ahora la banda llegaba a los legendarios Compass Point Studios junto a los productores Tina Weymouth y Chris Frantz –bajo y batería de Talking Heads–, para registrar, en medio de un paraíso natural ubicado a orillas del océano Atlántico, su disco más ambicioso hasta la fecha.
"Estábamos en una situación absolutamente idílica", dice a Rolling Stone Sergio Rotman, sobre las cuatro semanas que pasaron en aquel páramo caribeño. Compass Point Studios, construido en los años 70 por Chris Blackwell, propietario del sello Island Records, era casi lo único que había en esa zona de Nasáu, la capital de Bahamas. Se trataba de un complejo con estudio y viviendas estilo bungalow en donde los Rolling Stones se habían alojado mientras grababan Emotional Rescue, y donde los Cadillacs, promediando los treinta años, llegaban para trabajar en un momento de estabilidad casi perfecto, unidos como banda y en un pico creativo. "Yo siempre tuve la sensación de que cuando estábamos yendo para Bahamas el avión se había caído y nos habíamos muerto todos y estábamos en el cielo", dice Rotman. "Había familias, Valeria estaba embarazada de siete meses de Florián... Nos llevábamos bien."
Con una rutina de grabación diaria, dividida entre sesiones de ping pong y buceo, Rey Azúcar ya se destacaba por el peso de sus nombres. Además de la producción de Tina y Chris, los invitados mostraban la intención de seguir expandiendo el alcance del grupo: entre Mick Jones de The Clash (en "Mal bicho") y Big Youth ("Queen from the Ghetto"), la aparición de Debbie Harry de Blondie era el aditivo más sorpresivo y resonante. "Todos somos muy fanáticos de Blondie, de verdad marcó a fuego nuestra música", contó años después Vicentico en el marco de la Latin Alternative Music Conference (LAMC) de Nueva York. "Así que solo aprovechamos la posibilidad de invitarla y la tomamos."
A diferencia de los otros invitados del disco, hasta llegar a Bahamas el nombre de Debbie Harry no era una opción para los Cadillacs. El grupo ya tenía definida una versión instrumental de "Strawberry Fields Forever" de los Beatles en clave Skatalites como una novedosa forma de abrir el disco, pero una vez en el estudio Tina y Chris sugirieron llamar a Debbie, que era amiga de ambos, para que cantara la línea de voz junto a Vicentico. Ella atravesaba un momento lánguido en su carrera: con la enfermedad de origen genético que padecía el guitarrista Chris Stein, la separación momentánea de Blondie y su incursión solista, hacía tiempo que no sacaba un disco (faltaban algunos años para que volviera a irrumpir con el hit "Maria" del álbum No Exit), así que sumarse al trabajo de una de las bandas latinas más importantes de resultó una oferta tentadora también para ella. "Debbie, que en realidad venía una mañana para irse al otro día, nos preguntó si no podía quedarse los cuatro días que quedaban hasta que terminaba la grabación, ya sin grabar, compartiendo con nosotros ahí", recuerda Rotman. "Así que el deal que hicimos fue que se quedara, pero tenía que cantar también los coros de ‘Estrella de mar’ junto con Tina. Esa sería la primera vez que grabaran juntas, otra de las joyas de los Cadillacs."
La sesión de grabación de "Strawberry Fields Forever", que está registrada completa en un video todavía inédito, duró toda una tarde. Vicentico y Debbie Harry se pusieron enfrentados micrófono contra micrófono para cantar la canción de Lennon en tomas conjuntas e individuales, sellando, según ellos, una de las jornadas de estudio más importantes en la historia de la banda. "Recuerdo que la grabación fue de las mejores que hayamos tenido. Fue un momento alto en la historia, uno de los primeros cruces del rock latino con el rock sajón", dice Rotman. "Ahí tuve como un gusto personal, porque como soy el que canto...", contó Vicentico. "Fue un momento increíble. La verdad es que lo guardo como algo importante, porque cuando uno se encuentra con otro cantante hay veces que no pasa nada y esa vez pasó de todo."
Después de la jornada de grabación, Debbie Harry se acopló a la dinámica veraniega de los Cadillacs, compartiendo charlas con el grupo, paseos por la playa y vodkas con naranja, y trabando un vínculo cálido y respetuoso que se extendería en el tiempo.
"Fue un momento alto en la historia, uno de los primeros cruces del rock latino con el sajón", dice Sergio Rotman del cruce con Debbie Harry.
Poco después del lanzamiento de Rey Azúcar, en junio de 1995, la banda cumpliría uno de los hitos más grandes de su carrera: un show sold out en el Palladium de Nueva York, el 27 de septiembre, donde tuvieron de invitados a Debbie Harry y a Rubén Blades. "Habíamos hecho crossover, éramos la comidilla de la movida de Nueva York de ese momento, el rock underlatino empezó ese día con los Cadillacs tocando ahí", dice Rotman. "Fue la piedra fundamental que terminó en el Madison muchos años después."
En esa histórica visita a Nueva York, los Cadillacs grabaron junto a Debbie Harry el video de "Strawberry Fields Forever" en dos jornadas divididas entre un estudio y el clásico memorial Strawberry Fields ubicado en el Central Park, a metros de donde asesinaron a Lennon. Con la señal MTV en pleno auge, el cruce entre los Cadillacs y Debbie Harry se propagó por todo el continente como un verdadero suceso para el rock argentino. "De repente Debbie Harry aparecía cantando con los Cadillacs en todos los canales de música latinos", dice Rotman. "Evidentemente el avión rumbo a Bahamas se había caído y ya estábamos en el cielo."
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