Como “Jugo de tomate” y “No pibe”, “Avenida Rivadavia” integró el primer disco del trío, que inauguró el blues argentino y fue clave en los orígenes del rock nacional
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Tras la noticia de la muerte de Javier Martínez, líder de Manal y referente indiscutido en la historia del rock argentino, queda su enorme legado, una marca indeleble en la escena blusera de habla hispana.
Baterista y cantante, Martínez fue el autor de canciones como “No pibe”, “Jugo de tomate frío”, “Avellaneda blues” y tantas otras que dejaron huella y ayudaron a construir la identidad del rock local. Y entre aquellas canciones que están en el imaginario colectivo de varias generaciones, se encuentra la irresistible “Avenida Rivadavia”, versión original del primer álbum, Manal (1970), también conocido como La Bomba, en alusión a la imagen de la tapa que remedaba una de esas viejas bombas a mecha de tiempos de la anarquía, y se convirtió en una de las piezas fundacionales del rock vernáculo, producida y editada por el sello independiente Mandioca.
La canción la compuso Javier Martínez hacia finales de 1969 y fue grabada por el trío integrado por Alejandro Medina en voz y bajo, Martínez en batería y Claudio Gabis en guitarras, en los estudios TNT, de la calle Moreno al 900 de la ciudad de Buenos Aires. En total se registraron siete composiciones que exploraban la relación entre el jazz y el blues sumado a letras de un tono existencialista que sorprendieron a aquella juventud de finales de los agitados años 60 y que representó un aporte sustancial al movimiento de rock argentino cantado en castellano. Como dato curioso, es el único tema del disco donde Alejandro Medina asume la voz líder.
“Caminamos una calle sin hablar / Avenida Rivadavia / Caminamos una calle sin hablar /Avenida Rivadavia / Y pensé / Pensé / ¿Cuándo subiste a mi tren, mujer? / Que yo no te vi / ¿Cuándo subiste a mi tren, mujer? / Que yo no te vi, no te vi / La mañana incoherente me sonrió / Una burla que volaba se escapó / La mañana incoherente me sonrió / Una burla que volaba se escapó”, arranca la letra del tema que combina elementos del rock y el blues y también cierta impronta soulera en la interpretación de Alejandro Medina.
Ya a partir de su título, la canción alude a un paisaje tan representativo de la ciudad de Buenos Aires como es la Avenida Rivadavia, esa traza inseparable de la idiosincrasia y la cotidianidad de los porteños. Nos es casual que el tema haya sido compuesto en el antiguo bar El Cóndor -hoy El Coleccionista, uno de los bares notables de la ciudad, frente al Parque Rivadavia, en el barrio de Caballito.
Por entonces, caminar por la Avenida Rivadavia era también “deambular” por la zona de Once, desde el bar La Perla hacia el Congreso, para luego volver, ir más allá y demorarse en un largo derrotero hasta adentrarse en el Gran Buenos Aires. Una época en la que se acostumbraba a caminar extensamente y en la que la noche era el refugio que abrigaba a aquella bohemia porteña.
“Hay dos maneras de componer: una es a través de la inspiración y otra es fabricarla, insistir hasta conseguir algo. Yo creo en la inspiración. En esos años trabajaba en la City, en una casa de cambio de San Martín y Bartolomé Mitre. Muchas de mis canciones de esa época comenzaba a componerlas en un bar o en la calle. Cuando se me ocurría una canción o tenía una idea para fijarla la repetía hasta llegar a mi casa, agarraba la guitarra y la definía. Muchas de mis canciones vienen desde la calle, hasta en el ritmo creo que se siente eso; tienen un ritmo de caminador, un walking. Este fue el contexto social y humano que rodeó este álbum”, señalaba Javier Martínez en una entrevista de 2020.
“Avenida Rivadavia” habla también un poco de eso, de caminar sin rumbo fijo por la “avenida más larga del mundo”, con el ritmo árido de la urbe y la teatralidad del asfalto. La avanzada nacía y se propagaba desde el Instituto Di Tella hasta los barrios, y con una sensibilidad poética enorme, conjugaba el blues, el jazz y el folk en clave porteña. No es casual que en 1981, cuando el grupo se reunió para tocar en el estadio Obras, se presentó diciendo: “Vamos a pasear por la ciudad”.
Ahora bien, ¿qué pasa cuando una canción transporta sin escala a una calle, a un barrio o a una ciudad? Más de 50 años después de su publicación, “Avenida Rivadavia” aporta una mirada sobre el presente. Porque si bien es indiscutible que Buenos Aires ha cambiado, y mucho, la iconografía de la emblemática Avenida Rivadavia sigue más o menos intacta en el imaginario de sus habitantes. Por eso, la difusa memoria de aquellos tiempos no impide que el sonido de la canción siga asombrando con ese groove callejero del paisaje urbano, pero también del suburbio y la periferia.
En ese espejo se mira también toda una nueva generación de bandas del rock argentino como Los Espíritus, Las Armas Bs. As., Las Sombras, Las Diferencias, Las Bodas Químicas, Güalicho Turbio e inclusive solistas como Sol Bassa, Juan Ravioli o Maxi Prietto, entre muchos otros, que reconocen en Manal una influencia fundamental, a partir de la cual y cada uno a su manera se reformula un nuevo sonido con alma de blues suburbano.
Sin ir más lejos, “Avenida Corrientes” es ya un clásico del rock de acá del siglo XXI, una suerte de secuela de aquel “Avenida Rivadavia” de Manal, compuesto en 2007 por Maxi Prietto, referente de la nueva escena y ahora al frente del grupo Los Espíritus.
“Manal aún respira entre los adoquines -aseguraba Prietto en una entrevista con LA NACIÓN en 2018-. Hay poetas que traen belleza desde lo profundo del subconsciente, otros dejan que las letras las escriba su corazón. Manal es terrenal. Es la observación del entorno, ya sea para criticarlo, para celebrarlo o simplemente retratarlo: “Avellaneda blues”, “Avenida Rivadavia”. La profundidad detrás de lo que todos vemos día a día: trenes, avenidas, barro y asfalto. El humo y el hollín. Caminé infinitas veces la avenida Rivadavia sin saber que existía una canción que la nombraba. Es una avenida larguísima y todos seguramente imaginamos un tramo distinto cuando oímos la canción. Van pasando los años y la avenida va cambiando y las generaciones van cambiando. Esa canción no tiene fecha de vencimiento”, concluía el cantante de Los Espíritus.
Además de su publicación original en el álbum Manal, de 1970, posteriormente “Avenida Rivadavia” fue lado B del sencillo “Jugo de tomate” de ese mismo año. También fue registrada reiteradas veces en vivo: Manal en Obras (1981), Manal en vivo, de 1994; En vivo en el Roxy, de 1995 (sin Claudio Gabis) y En Vivo en Red House, de 2014.
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