El boom de Tan Biónica y el disco que convirtió a casi todos sus temas en hits
Un repaso por la discografía de la banda liderada por Santiago Moreno Charpentier y el boom que fue el lanzamiento de Obsesionario, el disco que cambió el rumbo del pop en 2010
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“Los precios que nos hace pagar el amor son la soledad, el vacío, la humillación... pero uno está siempre dispuesto a pagarlos, eso es lo fantástico del asunto”, le decía Santiago “Chano” Moreno Charpentier a LA NACION en un bar de París, donde se encontraba para dar un show junto a Tan Biónica en un festival argentino realizado en la capital francesa en la carpa circense Cabaret Sauvage. La banda estaba en pleno lanzamiento de Obsesionario, el álbum que marcó un antes y un después en el grupo que surgió en 2002 en esa Buenos Aires tan presente en sus letras.
Santiago Moreno Charpentier (voz), Sebastián Seoane (guitarra), Gonzalo “Bambi” Moreno Charpentier (bajo) y Diego “Diega” Lichtenstein (batería) simbolizaban el resurgimiento de una banda pop-rock modelo: melodías pegadizas y grandilocuentes, en hits instantáneos, y ese lamentarse sobre el amor que fue el leitmotiv de tantos temas del grupo. Allí estaba Chano como el carismático líder y coautor junto a su hermano Bambi de la mayoría de las composiciones.
Luego del EP Wonderful Noches, Tan Biónica editó en 2007 Canciones del Huracán, donde ya despuntaban esas frases que se escuchaban en loop mientras uno se perdía por la ciudad, condición sine qua non: “qué lindo arruinarse con vos”; “es el principio de todo, princesa”; “dejá que lloren tus ojos, corazón”.
Si uno pensaba que el éxito de “Arruinarse” sería irrepetible, o la canción que quizá iba a poner a Tan Biónica en la lista de las bandas one hit wonders, en 2010 el grupo lanza ese boom que fue Obsesionario, que le valió dos premios Gardel: Mejor banda pop y Revelación. El disco estaba integrado por doce canciones imbatibles y abría con los singles “Ella” y “Beautiful”, las predecesoras de una de las baladas más logradas del grupo: “Obsesionario en LA Mayor”, donde el tópico de “los precios del amor” llegaba para quedarse en las composiciones.
Sobre el disco, Chano contaba antes de presentarlo en el exterior: “Obsesionario es el disco que corona una identidad del grupo, una dirección. El primer disco [Canciones del huracán, 2007] es más de la formación de personalidad, canciones de todas las épocas, que no perseguían ninguna dirección específica. En Obsesionario teníamos un rumbo sonoro. No había identidad porque no la conocíamos, era un proceso de un grupo que adolece, como adolece una persona, que se hace punk y que después se viste bien. El rock nos agarra adultos, las canciones de Obsesionario se compusieron para ese disco, se trabajaron trece y entraron doce. Queríamos que fuera compacto y efectivo, y que no se desvalorizaran las canciones. Nosotros preferimos cuidarlas muchísimo. Además, con cada una de ellas nos encariñamos y hubiese sido doloroso dejarlas ir”, explicaba Charpentier. El disco es, en efecto, homogéneo y, como su título lo adelanta, de naturaleza obsesiva, especialmente al hablar del paso del tiempo, las estaciones, los meses y ese amor asociado a todo ello.
En ese “simplemente pasa que tengo ganas de verte” está la esencia de Tan Biónica. Un deseo expresado sin rodeos, en medio de una letra de mayor vuelo poético. A fin de cuentas, era más honesta esa expresión de deseo tan mundana y reconocible que la audiencia cantaba a todo pulmón. “Creo que es la mejor canción que hicimos”, expresaba Chano por entonces, destacando el costado autorreferencial. “Nosotros tratamos de componer los discos mirando el lado vacío del vaso, creemos que el arte nace de alguna ausencia y que eso es lo que mejor nos sale. En cuanto a esa canción, yo no sabía si iba a ser buena o mala, pero sí te puedo decir que es artísticamente honesta. Son cosas que me pasaron. Tal vez es mucho más difícil ponerse en el lugar de la derrota pero yo creo que rinde más espiritualmente”, aseguraba el músico.
"En las letras de Tan Bionica siempre aparece eso de que uno nunca está cómodo en ninguna parte. Haga lo que haga, siempre va a estar queriendo que su vida cambie. Cuando uno sale de noche, por ahí, es porque inconscientemente está en una búsqueda. Está esperando algo que le cambie la vida"
Santiago Moreno Charpentier
Al mismo tiempo, temas como “Pastillitas del olvido” y “Pétalos” mostraban una arista más tanguera que el propio Charpentier quería sumar al mix. “Nosotros escuchamos mucho tango, hay referencias en las canciones, hay mucho de eso. En el disco aparecen temas como el mes de abril, la nostalgia, ese ideal de mujer, porque son los grandes temas de la humanidad, son las tragedias, los enigmas, las emociones más lindas o más feas del mundo. Y siempre está el olvido. Pero no solo la palabra, sino el hecho de ser olvidado”, manifestaba.
En 2013 llegó Destinología, con “Ciudad mágica”, el himno de campaña del expresidente Mauricio Macri, en cierta medida opacando temas más ligados a esas emociones de las que hablaba Chano. Como exponentes tenemos “El asunto”, “Tus ojos mil” y especialmente “La melodía de Dios”, donde la nostalgia se volvía omnipresente. El principio del fin llegó con el lanzamiento en 2015 de Hola mundo, donde se notaba un giro de timón de la banda hacia los feats, una ambición más puramente rockera, aunque todavía con el imaginario teen nocturno titilando por ahí. Luego empezaron a conocerse las noticias de la vida personal de Chano, quien se reinventó como solista. En sus únicos hombros se cargaba en ese momento con el peso de la melancolía.
“Las canciones me devolvieron mucho”, le expresaba el artista a LA NACION. “Pero siempre está el interrogante de si esa búsqueda nefasta, humillante, en la que uno se pone en el peor de los lugares, va a tener algún resultado. Obsesionario reflejaba a alguien que canta casi como pidiendo perdón, como diciendo: ‘Sí, ya sé, soy un idiota, un hombre con poca dignidad, pero a mí me pasa esto, punto’”, remarcaba en ese año que marcó el pico de su grupo, y añadía: “Si me pregunto qué siento ahora, siento miedo del tercer disco, más allá de que está casi compuesto. Se necesita pasar por mucho para que una canción funcione, no mediáticamente, sino que funcione en el momento en que uno se la canta a otro, y que ese otro se emocione. Además, en las letras siempre aparece eso de que uno nunca está cómodo en ninguna parte. Haga lo que haga, siempre va a estar queriendo que su vida cambie. Cuando uno sale de noche, por ahí, es porque inconscientemente está en una búsqueda. Está esperando algo que le cambie la vida”.
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