El alma de Jaime Torres hecha canción
Artistas de distintas generaciones y estilos celebrarán un homenaje hoy en el Teatro Ópera
Jaime Torres murió en diciembre de 2018. Desde ese momento, sus herederos familiares y musicales siguieron rindiendo tributo a su figura. A diferencia de otros homenajes, el formato de este espectáculo, bautizado Ofrenda musical a Jaime Torres, que se realiza esta noche en el Teatro Ópera, no tiene tanto el carácter de un concierto tradicional, sino que está más ligado a ese espíritu de encuentro que marcó la vida del charanguista. "Será un gran encuentro de amigos, un verdadero Tantanakuy traído desde la quebrada de Humahuaca. Será una manera de seguir difundiendo su obra, su palabra, su modo de vida, su legado", cuenta la cantora Charo Bogarín, una de las partícipes de esta celebración.
En la ofrenda musical participarán artistas que pasaron por la vida del maestro, pertenecientes a distintas generaciones y estéticas musicales: Carolina Pelleriti, Tata Cedrón, Melania Pérez, Jairo, Tukuta Gordillo, Dino Saluzzi, Tute, Koya Ruiz, Susana Moncayo y Gustavo Cordera, dirigidos musicalmente por el Mono Izarrualde. Todos sus hijos -Juan Cruz, Manuela, Claudia, Martín, Sebastián y Soledad- participarán arriba o abajo del escenario.
"A Jaime no le gustaban tanto los homenajes. Se nos ocurrió brindarle una ofrenda ligada íntimamente a lo que vivimos en el mundo andino en tiempo de Pachamama. De algún modo transformar el duelo y la ausencia que provoca su muerte en algo positivo a través de la música".
El Tata Cedrón, uno de los amigos, recuerda el amor que le tenía al instrumento y esas giras donde compartían lo cotidiano. "Una vez, en el 72, terminamos una gira con el gran Paco Ibáñez en el pueblo de Antonio Machado. Estábamos paseando por una alameda y Jaime que era muy deportista nos jugó una carrera a los dos. Yo estaba más gordito pero al final les gané".
Juan Cruz, charanguista como su padre, continuará el legado de Jaime con el grupo Cencerro que armó junto a su hermana Manuela, Lucas Gordillo y Reynaldo Mamaní. "Como hijo siento la necesidad de continuar con ese legado, porque detrás de Jaime hay un sentido de pertenencia a una cultura con todo los sabores y colores de la quebrada de Huamahuaca".
Manuela Torres, bailarina, cantante y percusionista, encontró su camino cuando ingresó al grupo de su padre a los 7 años. "De muy chiquita quise acompañarlo bailando mientras tocaba. Pudieron pasar un montón de cosas alrededor pero siempre quería estar al lado de él compartiendo la música. Siempre me dio lugar, primero como bailarina, después como percusionista y cantante".
La mayor enseñanza del charanguista fue su sencillez para vivir y el valor de la amistad. Manuela dice: "Todo lo hizo junto a otros compañeros músicos y junto a todo un pueblo andino que lo acompañaba".