Eddie Van Halen: el guitar hero que rockeó hasta el final
Si Eddie Van Halen, que murió este martes a los 65 años,nunca hubiera grabado otra cosa más que "Eruption" en el primer disco homónimo de Van Halen, igual habría pasado a la historia. No hay guitarrista que no recuerde con lujo de detalles el momento en el que se internó en aquel solo por primera vez: la mezcla de asombro (por la novedad) y frustración (por la imposibilidad de emular aquella locura con los recursos que se manejaban hasta entonces) es imborrable. "No creo que ninguno de nosotros hubiera escuchado un sonido de guitarra como ese antes. Todos querían sacar ese sonido con el amplificador y el pedal y el cable y la púa correcta y las cuerdas correctas, y la verdad es que estaba todo en sus manos. Lo escuché tocar con un ampli chico para practicar e igual sonaba como Eddie", dijo alguna vez John 5, guitarrista de Marilyn Manson y Rob Zombie, uno de los tantos que le deben a aquél instrumental buena parte de su carrera.
La técnica revolucionaria que Van Halen le presentó al mundo fue el tapping a dos manos, un método que implica armar arpegios rápidos pulsando las cuerdas directamente sobre el diapasón. En realidad, más que una creación suya, es una adaptación a un contexto rockero del lenguaje de la música barroca: como si Johann Sebastian Bach descubriera las bondades de la Fender Stratocaster (una réplica de la "Frankenstrat", guitarra modificada con la que Eddie tocó este solo, hoy está en el Museo Nacional de Historia Estadounidense).
Otros guitarristas habían hecho tapping antes: Jimi Hendrix, Steve Hackett de Genesis y Brian May de Queen, entre otros. Sin embargo, nadie lo había llevado tan lejos como para adueñárselo y convertirlo en algo nunca visto. "Yo no dije que hubiera inventado la técnica. Yo hago con lo que hago, uso este dedo o el otro. Es mi sonido: lo que me sienta bien. Y la razón por la que hago tantos… digámosle ‘trucos’, es porque cuando empecé no podía comprar un pedal de wah wah, este otro equipo, una caja de fuzz, todos los juguetes que andaban por ahí. Así que experimentaba con sonidos y seguía tocando", explicó alguna vez. Una cita directa al "Etude No. 2" del violinista y compositor francés Rodolphe Kreutze se esconde entre punteos veloces y efectos de eco: un claro ejemplo del enorme bagaje musical que manejaba Van Halen. Eso, en un entorno de carisma, espectacularidad, extroversión y hedonismo, los hizo irresistibles para las juventudes norteamericanos de finales de los 70.
El año en el que salió a la venta el primer disco de Van Halen el viejo rock de guitarras había perdido terreno en dos frentes: en popularidad, ante la música disco; y en credibilidad, frente al punk que lo atacaba por haberse convertido en un monstruo pretencioso e inalcanzable. Se necesitaba una banda que le devolviera a la escena ese componente aspiracional que la había llevado a la gloria, y Van Halen fue la candidata ideal. Tenía un arma infalible: uno de los mejores tándems de guitar hero y frontman escandaloso de todos los tiempos.
Eddie Van Halen y David Lee Roth encarnaron una de esas simbiosis tóxicas que se rechazan tanto como se necesitan. "Diamond Dave" señaló más de una vez los manejos dictatoriales del grupo por parte de Eddie y su hermano Alex, baterista. También criticó que el guitarrista hiciera música por fuera de Van Halen sin consultarlo con sus compañeros, como por ejemplo el solo que grabó para "Beat It", de Michael Jackson. La experimentación con sintetizadores -especialmente notables en aquel hito que fue el álbum 1984, con su hit "Jump"- tampoco le caía en gracia al vocalista. Aquellas fueron las razones que esgrimió cuando se fue de la banda en 1986 para encarar una carrera solista que empezó con el pie derecho con los covers de "Just a Gigoló" y "California Girls", de los Beach Boys, pero que con el tiempo se fue marchitando hasta desaparecer.
Eddie, en tanto, no soportaba el permanente ansia de protagonismo del cantante. Incluso después de su última reformación en 2007 las tiranteces seguían, a punto tal que días antes de emprender en 2015 la que sería su última gira juntos, el guitarrista declaraba a la revista Billboard: "La percepción de Roth es distinta de lo que él es en realidad. Ya no tenemos 20 años, tenemos 60. Comportate como alguien de 60. Yo me dejé de teñir el pelo porque ya sé que no voy a ser joven otra vez". Consultado sobre si Van Halen grabaría otro disco después de A Different Kind of Truth (2012), Eddie declaró: "Es difícil, porque hay cuatro personas en esta banda, y a tres les gusta el rock and roll. Al otro le gusta la música dance. Eso solía funcionar de alguna manera, pero ahora Dave no quiere sumarse a la mesa". El tour se hizo con éxito, pero efectivamente no hubo más material de Van Halen después de aquel entredicho.
Con todo, Van Halen fue una de las pocas bandas que logró cambiar de cantante y mantener su éxito: la etapa con Sammy Hagar a cargo del micrófono tuvo su debida repercusión artística y comercial, con discos como 5150 (1986) y OU812 (1988) y -en menor medida- For Unlawful Carnal Knowledge (1991) y Balance (1995). Para aquel entonces ya eran una institución venerable: el llamado glam metal de grupos como Mötley Crüe y Poison había estallado en toda Norteamérica, con una estética que los referenciaba directamente y su Sunset Strip californiano como epicentro.
Hoy Van Halen, aquel debut insuperable, lleva vendidas diez millones de copias y alcanzó la certificación de Disco de Diamante: la misma posición que Abbey Road de los Beatles, Led Zeppelin II, Nervermind de Nirvana y Purple Rain de Prince. "Eruption", en tanto, sigue pelando yemas de dedos y frustrando aspirantes a guitar hero en todo el mundo, incluso en estos días en los que el rock ya no canaliza el brío juvenil como lo hacía antaño. Más de cuatro décadas después, su técnica, su velocidad, su pasión por la experimentación, la forma en la que hacía fácil lo difícil son faros para cualquiera que pretenda dedicarse a este metier con cierta seriedad. La contribución de Eddie Van Halen a la música del siglo XX es inconmensurable, pero como muestra vale ese botón.