Djavan, en primer plano
Se editó, en DVD, su presentación en el ciclo televisivo Ensaio
Si Djavan desarrolló un estilo personal, fuerte, reconocible apenas se escuchan los primeros acordes, también impuso su formato distintivo en Brasil el ciclo Ensaio , un programa que desde los años setenta Fernando Faro dirige por la TV Cultura. Aquí se produce el encuentro de los dos, lo que da como resultado el convite a una reunión íntima de poco más de 50 minutos con el creador alagoano y con su música.
Más próximo al documento que al show, en Ensaio los encuentros con los artistas se desarrollan en un clima espontáneo, cálido y casi confidencial, donde el objetivo parece ser estimular al entrevistado para que él solo vaya esbozando un sucinto pero expresivo autorretrato. Aquí no hay vértigos de videoclip ni artificios de show sino una atmósfera calma donde hay espacio para las palabras y para la música, y ambas vienen estrechamente ligadas. Mientras la cámara casi no abandona el primer plano del artista, Faro interroga, pero no se muestra ni se hace oír. Sus preguntas sólo se infieren por las respuestas de Djavan, que pasa revista a su trayectoria y va ilustrándola musicalmente, ya a capela o guitarra en mano, ya en performances en vivo junto a su grupo de notables músicos.
Con los años, Ensaio ha ido almacenando un valioso patrimonio documental -Djavan es apenas uno de los muchísimos músicos que han pasado por el ciclo-: faltaba este último paso, el de ponerlo al alcance de todos a través del DVD. Una buena noticia a la que se suma la de la correspondiente edición en nuestro medio.
Travesía
Hace mucho consolidado en la primera línea de la MPB, Djavan fue una de grandes revelaciones de los años 70, escasas -claro- porque el panorama estaba dominado por la generación excepcional de Chico, Caetano, Milton, Gil y tantos más. Samba, blues, bossa, pop, funk, jazz y mucho folklore africano pasado por el filtro de la música del Nordeste se fusionan en su obra sin fronteras definidas. A Djavan le gusta mezclar sus variadas referencias, que son el reflejo de su formación. "Oíamos de todo: siempre hay buena música en todos los géneros", suele recordar.
El estuvo rodeado de música desde el principio. Hijo de una lavandera de Maceió que cantaba y componía, Djavan entona, en uno de los momentos más emotivos del programa, algunas líneas de "Passo preto", la canción de cuna que ella le escribió y reconoce el peso decisivo que la influencia materna ha tenido en su obra. Después, evoca la banda sonora de su infancia -Luiz Gonzaga, Nelson Gonçalves-; recrea un par de canciones de Caymmi ("él es perfecto", dice), y recuerda sus primeros tiempos en Río de Janeiro -llegó a los 22 años, en 1973-, cuando ingresó en el mundo musical como cantante de temas ajenos. De su cosecha más temprana, recupera "Fato consumado" (la que le dio status de compositor en el Festival Abertura de 1975) y va enhebrando otras canciones, la mayoría propias, a lo largo de una charla en la que ocupa atención especial su experiencia en Angola (hay imágenes del film Projecto Kalunga , sobre la actuación benéfica de varios artistas brasileños en 1980). Tampoco faltan referencias a los colegas y amigos: de Paco de Lucía a Caetano, de Paulinho da Viola a Stevie Wonder, de Chico a Quincy Jones. Entre una y otra, intercala algunas de las canciones que mejor definen ese estilo tan suyo hecho de riqueza armónica, variedad rítmica y melodías que son a un mismo tiempo intelectualmente complejas y emocionalmente llanas: "Samurai", "Eu te devoro", "Seduzir". "Lilás". "Topázio".
Es puro Djavan. Puro deleite.