DJ Fiorito, el argentino que patentó el sonido de Ibiza, influyó a Paul Oakenfold y "cambió el curso de la cultura pop"
En septiembre de 1976, huyendo del clima opresivo que se vivía en la Argentina tras la irrupción de la dictadura militar, Alfredo Fiorito , un rosarino de 23 años que escribía críticas y artículos de música para La Capital, llegó a Ibiza sin otro plan que buscar algo de "paz, libertad y alegría".
Cuarenta y dos años después, DJ Fiorito es una leyenda de la escena dance global, el creador del "balearic beat" en los años 80 (que influyó a toda una nueva generación de DJ, especialmente ingleses como Paul Oakenfold) que volverá a presentarse en el país después de veinte años.
"Alfredo mezclaba Bob Marley con Tears for Fears, «Love To Love You Baby», de Donna Summer, con Depeche Mode; hip hop con los primeros temas house", recuerda Paul Oakenfold en su biografía publicada en 2007. Aquel viaje iniciático a Ibiza, en 1987, Oakenfold lo compartió con sus amigos DJ Danny Rampling, Nicky Holloway y Johnny Walker, y a su regreso a Londres, la escena dance británica ya no sería la misma. "Lo que pasó después de aquel viaje cambió el curso de la cultura pop", aseguró unos años atrás un artículo de The Guardian, apoyándose en la influencia ejercida por DJ Alfredo en los jóvenes pinchadiscos ingleses.
"En aquella época, en las discotecas de Inglaterra ponían real grooves o música disco de finales de la época disco, y que yo les pusiera The Cure o Depeche Mode o Simple Minds, todos artistas ingleses, mezclados con un disco italiano, con reggae, con música latinoamericana y francesa o con cosas que ellos ni pensarían que iban a escuchar en una discoteca, como Art of Noise, les sorprendió mucho", cuenta ahora Alfredo.
—¿De qué se trata el "balearic beat" que se te adjudica haber creado?
—El sonido balear primitivo era la música que ponía en el club Amnesia, cuando empecé a trabajar como DJ, a partir de 1982. Era esa música que yo ponía mezclando rock con música española, brasileña, argentina y todo lo que encontraba por ahí. El tema era que nuestro público era muy cosmopolita, de distintas edades y diferentes nacionalidades, lenguas y razas, y lo que quería era que la gente bailara y se divirtiera con mi música. Para que ellos se interesaran en la música y bailaran tenía que llegarles al alma de cada uno y lo hacía a través de su propia música, pero desde otra perspectiva. No sabía que estaba creando un nuevo estilo musical. De hecho, "baleárico" para mí no es un estilo, sino una manera de mezclar la música.
—De aquellos años a hoy, ¿qué cosas cambiaron en la escena de Ibiza?
—La escena ha cambiado muchísimo, se ha hecho mucho más grande y más importante para el mundo de la música. Cambió en todos los sentidos, hay más discotecas, miles de DJ, la tecnología ha cambiado totalmente y hasta el público ha cambiado, si bien no en la edad, sí en muchos otros sentidos, porque también han cambiado los lugares de donde provienen y eso ha hecho una nueva escena. Las cosas han cambiado también desde Ibiza mismo, porque a los propietarios de discotecas y demás clubes les ha ganado la avaricia y hoy apuntan a un turismo de lujo.
No sabía que estaba creando un nuevo estilo musical. De hecho, baleárico para mí no es un estilo, sino una manera de mezclar la música
—¿Cómo repercutió ese cambio en la música?
—La música también ha cambiado muchísimo. Yo considero que ahora es mucho más repititiva, no te cuenta historias con las canciones, no hay voces en los temas. Por otra parte, si antes nos arreglábamos con dos tocadiscos y un mezclador, ahora hay cuatro CD players, un mezclador galáctico, speakers en la cabina que te revientan los oídos, las luces son increíbles. Todo ha cambiado. De hecho, ahora se han cubierto hasta las discotecas y a no ser que sea en un bar de playa, que la ley está restringiendo cada vez más, no tenés la posibilidad de bailar a la luz de la luna.
Alfredo asegura que disfruta más de sus "sunsets", en los paradisíacos atardeceres ibicencos, donde puede pasar "música más tranquila sin tener que mezclar al ritmo acelerado de estos días" y rescata en ese plan la música de Chancha Via Circuito, el proyecto musical del argentino Pedro Canale, referente de la escena digital folklórica y reconocido en el mundo de las series a partir de su participación en Breaking Bad, con su remix de "Quimey Neuquén" popularizada por José Larralde.
"Ellos trabajaron mucho los últimos veranos y creo que de lo que viene de la Argentina tienen el sonido más identificable. Los demás DJ y músicos electrónicos participan más de lo que es un sonido global, tan global como puede ser la economía", sostiene este DJ singular que volverá a pinchar sus discos este jueves, en Niceto Club, Niceto Vega 5510, compartiendo fecha con el catalán Angel Linde y con las locales Ibiza Pareo.
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