Es difícil separar a la música del triunfalismo al momento de hablar de 1986. En el mismo año en que la Argentina ganó su segunda copa en el Mundial de Fútbol en México, Cerati, Bosio y Alberti consolidaron el crecimiento más allá de las fronteras de ese fenómeno dado en llamar sodamanía, mientras en las calles de Buenos Aires, Juanse Gutiérrez y el Indio Solari le ponían sonido a una subcultura emergente que iba a adquirir dimensiones de estadio de fútbol (y también muchas de sus costumbres) en la década siguiente.
Dependiendo de cómo se lo mire, en el plano internacional 1986 fue el año en el que una nueva lectura del heavy metal sentó bandera a la par que un grupo de Manchester sentó las bases para el pop sensible de los próximos años, y un ya no tan joven curioso de Nueva York se animó a bucear en la música del mundo, y volvió orgulloso a mostrar el resultado.
Los Fabulosos Cadillacs - Bares y fondas
Un entramado de tela escocesa resalta como fondo detrás de una foto en blanco y negro de ocho rude boys porteños amontonados sobre la barra de un cafetín porteño. El debut de Los Fabulosos Cadillacs tomó la herencia de The Specials, Madness y The English Beat y la mudó a las calles de Buenos Aires. En "Yo quiero morirme acá" y "La manera correcta de gritar", la patria ska local planta bandera, y "Silencio hospital" permitió hacer las veces de hit primerizo de un disco que tuvo más de valor simbólico posterior que de éxito en tiempo real. Aunque muchas de sus canciones fueron relegadas por los propios Cadillacs, Vicentico logró rescatar a "Basta de llamarme así" e incluso convertirla en una balada acústica desgarradora un par de años más tarde en el compilado Vasos vacíos.
The Smiths - The Queen is Dead
Si existe algún punto en el que la clase obrera, la sensibilidad literaria y la melomanía tienen un punto de encuentro es este. El tercer disco de The Smiths es una suerte de versión condensada del obsesionario de Morrissey y Johnny Marr. Hay críticas al sistema monárquico (el tema que da nombre al disco, claro), repudio a la codicia al director de su propio sello discográfico ("Frankly, Mr. Shankly"), sufrimiento a corazón abierto ("I Know It’s Over") y canciones que eran hit ya antes de ser compuestas ("Bigmouth Strikes Again"). En el medio de todo eso, "There Is a Light That Never Goes Out", por lejos su canción más conmovedora.
Ratones Paranoicos - Ratones Paranoicos
¿Pueden los Sex Pistols aprenderse el cancionero stone y sus yeites? El primer disco de la banda liderada por Juanse Gutiérrez permite pensar en un resultado bastante certero para esa hipótesis. El debut homónimo de Ratones Paranoicos le mete actitud e irreverencia punk a un rock que mira mucho más de cerca a las calles de Nueva York que al escenario londinense. "Descebrado", "Primavera nacional" y "Sucia estrella" sentaron las bases para los hits del culto paranoico. Vistas a la distancia, las palmas programadas de "Bailando conmigo" estaban preanunciando lo que vendría: el culto de Sus Majestades Satánicas leído desde Villa Devoto.
New Order - Brotherhood
Si en sus primeros discos de New Order, Bernard Sumner, Peter Hook y Stephen Morris todavía se debatían si seguir el legado post punk de Joy Division o concentrarse en el pop electrónico, para la altura de Brotherhood el dilema se resolvió de manera brusca. Con el repertorio dividido en los lados del vinilo (entendidos como "disco" y "rock", respectivamente), el grupo de Manchester le ofreció a sus seguidores elegir su propia aventura. Quienes iban por el lado A, iban a tener a su alcance la aspereza de "Weirdo" y "Way of Life". Los que optasen por dar vuelta el álbum, en cambio, iban a ser recibidos por esa pieza pop perfecta llamada "Bizarre Love Triangle".
Soda Stereo - Signos
Soda Stereo comenzó 1986 con la noticia de que se había vuelto un fenómeno a lo largo y ancho del continente gracias al éxito de su segundo álbum, Nada personal. Su tercer opus no solo reafirmó su condición de estrellas latinoamericanas, sino que también le permitió llevar esa fama de paseo por rincones lúgubres. Al mismo tiempo que Robert Smith le inyectaba una cuota de optimismo melódico a The Cure, Gustavo Cerati exorcizó demonios internos en "Final caja negra", "No existes" y la canción que da nombre al disco. En el otro platillo de la balanza, "El rito", "Persiana americana" y "Prófugos", piezas de relojería de pop energético y en combustión perpetua.
Metallica - Master of Puppets
Si Kill ‘Em All ayudó a sentar las bases del thrash metal y Ride the Lightning fue el intento de empujar al género más allá de sus fronteras, el tercer disco de Metallica fue la consecuencia natural de ese proceso. Después de una sesión infructuosa en su propio país, la banda viajó a Dinamarca para volver a trabajar con el productor Flemmis Rasmussen, esta vez en su tierra natal. Lejos de dejarse llevar por el impulso, Metallica se tomó todo el tiempo posible para redoblar su propia apuesta: Lars Ulrich tomó clases de batería, y James Hetfield y Kirk Hammett trabajaron junto a Joe Satriani para afilar su técnica. "Master of Puppets", "Battery", "Welcome Home (Sanitarium)" y el instrumental "Orion" son prueba fehaciente de un crecimiento en el que el metal deja de ser un producto para consumo de nicho.
Sumo - Llegando los monos
Acorde a la filosofía de vida de Luca Prodan, Sumo despachó su discografía con la misma urgencia con la que vivía su vocalista y fundador. A menos de un año de su debut, la banda se metió a los estudios Panda en marzo de 1986, salió con un disco terminado en abril y en mayo ya lo tenía exhibido en las bateas. Del relato de autodestrucción en primera persona de "Heroína" y el amor idílico de "TV caliente" al galope post punk de "Estallando desde el océano", pasando por la declaración de principios hecha hit de "Los viejos vinagres", todo en Llegando los monos es una postal de época a la vez precisa y también indefinida como el paquete irregular que corona su arte de tapa.
Paul Simon - Graceland
En 1986, Paul Simon no tenía ninguna a favor. Su sociedad artística con Art Garfunkel estaba deteriorada; su matrimonio con Carrie Fisher estaba a punto de desmoronarse y su por entonces último disco de estudio, Hearts and Bones, había pasado sin pena ni gloria. La llegada su manos de un cassette de música sudafricana terminó de equilibrar las cosas: Simon se volvió un ciudadano del mundo y compuso un cancionero que nace en el pop y el rock para meterse en la música de raíz, haciendo de la cruza de estilos una pieza homogénea. En tiempos en los que el apartheid todavía era un fierro caliente para la política internacional, Paul Simon borró fronteras sin más recursos que su música.
Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota - Oktubre
Los Redondos habían tenido toda una carrera para grabar su álbum debut, pero solo un año para darle forma a su sucesor. Todo en Oktubre es más hermético que en su predecesor: las canciones suenan más ajustadas, pero también el universo propio del grupo, en el que la Revolución Rusa es el mascarón de proa de un imaginario opresivo, acorde a los tonos monocromáticos de su arte de tapa. A poco de su lanzamiento, "Preso en mi ciudad", "Jijiji" y "Divina tv. Führer" se volvieron hits de un fenómeno de culto que todavía no sabía que la masividad estaba esperando a la vuelta de la esquina con el cambio de década.
Peter Gabriel - So
Desde su partida de Genesis, Peter Gabriel dedicó los primeros años de su carrera en tratar de encontrar el punto de inflexión entre la vanguardia y lo comercialmente aceptable. Tras un silencio de radio de cuatro años, Gabriel emergió con su quinto opus (el primero en llevar un título, y junto a Daniel Lanois terminó por pergeñar algo que se iba de a ratos del mundo arty para mojar los pies en el pop. Aunque con el paso del tiempo sus detractores lo acusaron de ser un disco comercial, So le permitió a su creador llevar la experimentación artística al terreno de la música popular, la prueba de que los hits pueden ser materia elaborada.
Más discos para escuchar de ese año:
- Fricción - Consumación o consumo
- Van Halen - 5150
- Los encargados - Silencio
- Fito Páez y Luis Alberto Spinetta - La La La
- Prince - Parade
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