Debbie Harry: "Esos temas suenan cada vez más contemporáneos"
Es una de las figuras icónicas del punk de Nueva York; en los 80 su música dio un giro y llegó a los charts; a los 73 años no tiene intención de parar
Debbie Harry tiene 73 años y muy pocas ganas de perder el tiempo. Ante el anuncio de que Blondie, la banda que encabeza -separaciones mediante- desde 1974, será la atracción principal del Rock & Pop Festival a realizarse el 17 de noviembre en Obras al aire libre y la pregunta de rutina sobre cómo será el show, ensaya una respuesta igual de rutinaria..., hasta que se le termina la cinta del casete: "Lo mejor que pueden hacer es buscar en internet nuestros últimos recitales, es más fácil".
Pero Debbie Harry, la rubia de pómulos geométricos que es lo más cerca que estuvo el punk de tener a su Marilyn Monroe, no busca confrontar. Del otro lado del teléfono, sus respuestas suenan concisas, pero amables, como si estuviese reversionando "Sunday Girl" en modo charla. "Cuando rearmamos la banda en los 90, empezamos a girar alrededor del mundo y nunca paramos de grabar o tocar, es lo mejor que podemos hacer como Blondie", resume como secreto de la juventud eterna.
Antes que Gwen Stefani al frente de No Doubt, incluso antes que Madonna al frente del monopolio de la sensualidad femenina en la música pop, estuvo ella. Como una luciérnaga brillando en la oscuridad neoyorquina de los 70, le dio a Blondie una imagen y voz distintivas en la escena punk del CBGB. Andy Warhol potenció a The Velvet Underground en 1967, sí, pero la consumación sonora de su pop art es Parallel Lines, el disco de 1978 al que dio forma el grupo liderado por la sociedad creativa Debby Harry-Chris Stein. "Por supuesto que Warhol fue una gran influencia", recuerda. "Pero eran muchos los artistas que repercutían en nosotros -continúa-, el auge del grafiti fue clave, era una nueva forma de arte muy fuerte a la que todos prestábamos atención. Fue una época inspiradora para todos, mis amigos diseñadores de moda escuchaban nuestra música mientras trabajan... Todo afectaba en tu inconsciente y tu creatividad como algo simbiótico".
Cuarenta años después, el disco no ha perdido su impacto ni su gracia. Sin intensiones de purismo y con mucho que perder, Blondie se dejó influir por el pop, la música disco y los sintetizadores para dar con una de las grandes obras de la música new wave. "Tomamos muchos riesgos en Parallel Lines -se regodea Harry-, tratamos de llenar nuestra música con distintos valores, combinamos diferentes sonidos..., adoptamos un enfoque más sintético. En esa época no era considerado lo correcto para el rock and roll, pero, como ya sabés, las modas cambian y nosotros fuimos uno de los primeros en incorporar esas innovaciones".
Consciente de su aporte innovador a la escena musical, Debbie agrega: "Con el paso del tiempo, esos temas suenan cada vez más contemporáneos".
Los ojos de Debbie Harry parecen estar contando la historia. Se achinan, se mueven horizontales y se esconden detrás de unos párpados tornasolados. Es el video de "Heart of Glass", el tema clave del grupo, y la cantante se banca un primer plano hasta que el director de cámara decide mostrar que la banda está tocando en un boliche. La imagen está cargada de sentido: después de años de buscarle identidad sonora, la canción tomó su forma definitiva gracias al sonido eurodisco que Blondie saqueó sin culpa de Donna Summer y Giorgio Moroder. Ningún subte comunicó tan rápido, jamás, el CBGB con Studio 54. "Fue increíble lo que sucedió con 'Heart of Glass'. Habíamos intentado tocarla en muchos estilos, pero no nos satisfacía. Confiábamos en la letra, la melodía y la progresión armónica, pero no podíamos engancharle el humor adecuado. En el estudio encontramos una máquina de ritmos medio rudimentaria que hace ese sonido al principio (tararea) y lo sentimos natural de inmediato. A veces hay que buscar y experimentar, es así".
-¿Nunca pensaron que ese cambió podía ser mal visto en la escena punk?
Hubo gente que estuvo en contra, nos decían que habíamos hecho las cosas mal, pero es el tiempo el que decide. Nosotros nos mantuvimos firmes con nuestras convicciones, tenés que tener cierto instinto y confiar en él cuando tenés un grupo. Era lo que sentíamos natural con Chris en ese momento. Por supuesto que todavía lo conservamos, pero en ese momento era menos común y, siempre, es más difícil cuando recién empezás. También es cierto que la audiencia en Nueva York en aquella época era diversa, eso hizo que la escena sea interesante.
-¿Por qué creés que surgieron tantas bandas emblemáticas en Nueva York durante aquellos años?
Fue mágico en cierto punto, cada diez años surge una nueva escena, es como si el curso de la cultura se moviera como un péndulo. Nosotros estuvimos ahí en ese momento particular, no había muchas oportunidades, la economía se encontraba en estado crítico..., el valor no estaba en el dinero, sino en lo bueno que podías ser en lo tuyo, el sentido del valor era ese. Todo eso se combinaba y contribuyó a esa atmósfera. Sentíamos que cada artista podía apreciar lo que hacía el otro sin la necesidad de copiarlo. Nadie quería sonar como el otro, por eso convivíamos.
-¿Alguna vez sentiste que por ser mujer se iba a hacer más difícil que Blondie sea difundida o respetada?
Sabía que iba a ser más difícil, en la industria musical no había interés en las mujeres, pero nunca lo vi como una amenaza. Por suerte nos firmó un sello europeo (Chrysalis) que acomodó las cosas para nosotros, creo que en Europa eran más receptivos para con nuestra propuesta. Además, nunca me consideré la líder del grupo, soy la cara visible, el símbolo, porque soy la rubia, pero la banda es mayormente creación de Chris, él tiene las ideas. Tratamos de que sea una situación de ensamble donde aceptamos las ideas de todos, así es como se consigue tener un sonido particular.
-Alguna vez contaste que tus padres querían que fueras ama de casa y madre, ¿pensás que eso funcionó como psicología inversa en algún punto?
(Risas) -Creo que nunca tuvo sentido para mí lo que ellos querían. Desde temprana edad sabía que iba a ser independiente y no me iba a automatizar. Internamente, fue difícil al principio, quería tocar un instrumento y sabía que los varones no me iban a tener en cuenta para sus bandas; cuando me volví más segura, algo que en cierto punto me pasó cuando me desarrollé como actriz, ya me sentí una performer capaz de cualquier cosa.
-El éxito con Blondie te llegó cuando ya tenías 30 años, y en la década del 80 las cosas no salieron del todo bien para ustedes, ¿ni siquiera en esos momentos pensaste que no ibas a lograrlo?
Sí, lo sentí muchas veces; trabajaba en un bar para ganar dinero, pero nunca consideré seriamente dedicarme a otra cosa. La sociedad musical con Chris siempre fue muy buena, él es una persona muy lógica y yo soy más emocional, nos complementábamos siempre. Ese lazo fue el que nos hizo seguir, porque era lo que queríamos hacer. Ya en los 80 estaba preparada de otra manera para cuando las cosas salieran mal. No lo tomo como un paso en falso, porque nunca paré de hacer discos, el problema fue haber hecho cosas bajo mi propio nombre y no como Blondie, no pude sacar provecho del nombre del grupo.
Una pionera femenina en el mundo machista del rock
Con más de cuatro décadas de carrera y más de 15 discos bajo el brazo (entre Blondie y su carrera solista), Debbie Harry es una referente indiscutida. Pionera en el difícil arte de ser mujer al frente de un grupo de rock, asegura que para desarrollar una carrera en la música "hay muchos niveles a tener en cuenta". "Primero aconsejaría que practiquen en frente de una audiencia todo lo que sea posible, sentirse cómoda es clave", se apresura. "Creo que la industria ha cambiado mucho, hoy es importante sacarle provecho a la exposición en internet, pero también escuchar tu cerebro y seguir tus instintos es lo más valioso que tenés. Tomar clases, también ayuda mucho, siempre es bueno tener a alguien que te guíe, sobre todo para encontrar tu propia musicalidad y no sonar como otra gente. Por último, desarrollar tu creatividad, escribir música y rodearte de gente buena, en la que puedas confiar".
Una guía para conocer mejor su música
La trayectoria de Blondie incluye su época más punk, la innovación con la música disco y las canciones perfectas
1978: Parallel lines. Es el tercer disco de la banda, incluye el hit "Heart of Glass".
1979: Eat to the beat. El álbum consolidó el aura pop y llegó a lo alto de los charts.
1980: Autoamerican. Dejan de lado sus raíces punks y se meten de lleno en la disco.
1982: The Hunter. Más conceptual, es el último álbum que editan en los 80.
2011: Panic of girls. Noveno disco, trae "Mother"y los lanza de gira en gira.
2017: Pollinator. La banda experimenta más con la música electrónica.
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