De una infancia marcada por los abusos de un padrasto al éxito de una canción que Cindy Lauper casi descarta
Primero una risa "espeluznante". Luego la sombra recortada sobre "un vidrio esmerilado". Y en seguida el asco, el miedo. La necesidad de irse lo más rápido posible de ahí. "Vi su ojo mirando a través del agujero de la cerradura y fue demasiado", relata Cyndi Lauper cada vez que le preguntan por episodios traumáticos de su infancia (en este caso, un padrastro espiándola cuando se bañaba) y la génesis de "Girls Just Want to Have Fun" ("Las chicas sólo quieren divertirse"), originalmente una canción de levante masculino, compuesta por un cantante clase B de la entonces vigente new wave, pero que ella reconvirtió en un himno de liberación sexual femenina. Y en su primer gran hit.
"Mi hermana y yo vivimos la mayor parte de nuestras vidas esquivando a los pedófilos", contó años después a The Washington Post. "Entonces, cuando me preguntan si podía imaginar que 'Girls Just Want to Have Fun' fuera a convertirse en semejante éxito, primero me gusta contar de dónde vine, cómo fue mi crianza. Porque mirándolo desde ese punto de vista se entiende cómo fue que al principio estuve a punto de no grabarlo", relata.
Y es que, efectivamente, cuando a Cyndi Lauper, en las vísperas de su primer disco, el que le había costado tanto acceder a grabar y producir, le ofrecieron ese tema escrito por Robert Hazard -un rockero de los ochenta que hoy pocos recuerdan- en un inicio lo rechazó. "No pensé que fuera especialmente bueno para las mujeres. Dada mi historia era muy sensible a esa temática", cuenta en Una memoria, su autobiografía publicada en 2012. La canción estuvo a punto de ser dejada de lado. Y el que la salvó del basurero fue su manager, David Wolff. "Me dijo que cantada por una mujer y con algunos pequeños cambios en la letra, podría tener un significado nuevo. Y al principio dudé. Pero luego lo medité y pensé: sí, ¿por qué no? Y eso hice. La cambié para apropiármela".
Estamos en 1983. Reagan promedia con éxito neoliberal su primer mandato y se encamina a la reelección; Michael Jackson conquista el mundo con el múltiple platino Thriller; y Raúl Alfonsín concreta en Argentina el retorno de la democracia tras años de sangrienta dictadura militar. La mentalidad y la estética de los setenta ya caducaron: los jeans nevados todavía no son tendencia, pero sí Los cazafantasmas y El regreso del Jedi, que se convierten en las películas más taquilleras de esa temporada así como sus bandas de sonido y el merchandising (incluyendo muñequitos) que figuran entre los más vendidos esas navidades.
En ese contexto, entonces, de creciente consumo y aspiración material, Cyndi Lauper irrumpe con un look colorinche y "estrafalario" conocido como boho-chic (bohemio sofisticado) que consistió en largos vestidos fuera de moda combinados con una sobreabundancia de accesorios (muñequeras, colgantes, cadenas, aritos, anillos) en apariencia inconexos, que ciertamente espantaron a los bienpensantes de la época. Pero que fascinan a toda una nueva generación ("las chicas" del título) que sin duda quería menos hippismo anti sistema y más rebeldía divertida. Como "Girl Just Want to Have Fun", claro. Y como la portada de She's so Unusual (ella es tan inusual) que mostraba a una Cyndi en su atuendo anti sexy que más que gustar a los otros parecía disfrutar de gustarse a sí misma. "Soy el tipo de persona que si me decís 'así es como se hace', inmediatamente pienso: 'Bueno, tal vez haya otra forma". Y si me dicen que no, en el fondo de mi mente pienso: 'Bueno, tal vez para vos sea no y en cambio para mí sea sí'", decía entonces.
"'Girls Just Want to Have Fun' no significó que las chicas solo querían tener sexo, significó que querían poder tener la misma experiencia de disfrute que cualquier varón, y que no fueran juzgadas por ello", remarcaba Lauper. Y para ello operó algunos pequeños cambios en la letra. Si en el original el protagonista le contesta a su madre que sigue siendo para él la número uno y a su padre que es un afortunado (cuando éstos le reprochan su vida relajada), en la versión de Lauper, ante el mismo cuestionamiento, la protagonista responde a su madre que ellas, las chicas que sólo quieren divertirse, "no son las afortunadas".
"El solo hecho de que una mujer cantara el tema transformó el sentido", dice Cyndi, que también modificó una estrofa clave en la que Hazard le reprocha a los tipos que salen con "chicas bonitas" que "las mantengan ocultas" mientras él se siente contento de caminar con ellas "a la luz del sol". En la versión de Lauper, la protagonista da un paso más allá y directamente se ubica como protagonista de la situación: "Algunos chicos toman a una chica hermosa/ y la esconden del resto del mundo/ Quiero ser yo quien camine al sol/ Oh las chicas sólo quieren divertirse".
"Cambiando algunos detalles, algunos pronombres, podés hacer un himno que afecte a las personas en lugar de simplemente tener una canción de éxito", sostiene la cantante hoy cuando mira hacia atrás y revisa cómo llegó a su concreción. "A nivel musical también tuvo su complicación", asegura. "El tema fue un rompecabezas hasta que le pedí al guitarrista que tocara un riff de Motown. Luego le agregamos otro riff pero de reggae con un ritmo electrónico, y recién ahí fue que tomó forma, siendo una de las grandes influencias la canción 'The Safety Dance', de los Men Without Hats, que por aquella época también era un hit".
¿El resultado? Un tema mucho más pop que el original (que tenía un corte mucho más áspero y new-wave) y un hit que traspasó ambientes y targets, rompió rankings y la volvió famosa. A caballo de "Girls Just Want to Have Fun", Cyndi Lauper se convirtió en la primera mujer en tener cuatro simples consecutivos en el top 5 de Billboard mientras que She's so Unusual se mantuvo en el top 200 por más de 65 semanas y desde entonces lleva vendidos más de 16 millones de copias en todo el mundo.
Un éxito que también tuvo su soporte en el videoclip que acompañó al tema. Una recreación audiovisual de la típica familia trabajadora de Brooklyn, Nueva York, a la que una chica de pelo anaranjado y con ganas de divertirse pone patas para arriba. "Desde el principio quise que fuera un video diverso", dice sobre la inclusión de actrices de diversa procedencia y clase social que aparecen hablando con Cyndi en el teléfono y luego armando una fiesta de proporciones en su habitación. "Quería tener en pantalla a mujeres muy distintas, para que cada fan pudiera verse reflejada en ellas y por contagio sentir que todas tenían derecho, sin importar la raza, el color o cualquier otra cosa, a vivir una experiencia alegre", consignó al diario The Atlantic sobre el clip que también incluyó una galería de personajes de la escena nocturna neoyorquina de entonces que reforzó la apuesta por la diversidad. "Por un minuto hice popular a los freaks, a los extraños. Y eso para mí fue justicia", remarcó.
El video, co-protagonizado por Lou Albano, un famoso luchador libre de la época (y que curiosamente inauguró una alianza con ese ambiente y con Hulk Hogan, el Martín Karadagian de Estados Unidos; se los puede ver juntos en infinidad de fotos promocionales), ganó un MTV Video Music Award y potenció aún más la fama de Lauper y de la canción. Al punto de ponerla a rivalizar con Madonna, la otra irrupción femenina de esos años, y con Prince y Michael Jackson, las puntas de lanza de la industria pop. "No era Madonna, tampoco Prince o Michael Jackson", reflexiona Lauper hoy. "No iba a ser como ninguno de ellos. No quería ser una sex-symbol. Lo mejor que podía hacer era encontrar mi propia autenticidad. Quería definir un tipo diferente de sexualidad donde una mujer pudiera ser quien era. Algo que evidentemente iba contra la corriente. Por eso, que saliera bien fue también una especie de milagro".
Desde entonces la canción se mantuvo como un hit infaltable de "fiestas ochentosas" y fue revisitado en más de una oportunidad. Primero por Plaza Sésamo, el recordado programa infantil protagonizado por muñecos, en una versión adaptada: "Los chicos sólo quieren lavarse los dientes". Y luego, durante los últimos años, por bandas como The Strokes, que solían hacerla sonar en los parlantes previo a sus show; The Killers, que la versionaron en los acústicos benéficos de Little Noise; y por cantantes como Miley Cyrus y Katy Perry. Asimismo, formó parte de numerosas publicidades, películas y programas de televisión. Entre los más recordados, la película Ni idea, con Alicia Silverstone, y episodios de Los Simpson, Gilmore Girls y Friends.
"Siempre quise que 'Girls Just Want to Have Fun' fuera un himno para las mujeres de todo el mundo. Y me refiero a todas las mujeres, no sólo algunas. Que su mensaje fuera que somos seres humanos poderosos", le dijo a Time en el pico de su carrera. Mientras las chicas quieran seguir divirtiéndose, seguramente así pueda ser.
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