Antes de su serie de shows en Argentina, conocé cómo vivió su primer tour por Estados Unidos el artista que hace una música demasiado hot para las radios
Los cánticos empezaron temprano, rebotando en el interior del adornado United Palace Theater en el barrio de Washington Heights, en Manhattan: “¡Conejo! ¡Malo! ¡Conejo! ¡Malo! ¡Conejo! ¡Malo!”. La gente estaba invocando a Bad Bunny llamándolo por su nombre en español. Esto pasó a comienzos de marzo, durante la primera gira a través de Estados Unidos como artista principal para este cantante y rapero de Puerto Rico nacido con el nombre de Benito Antonio Martínez Ocasio. Aunque era su debut encabezando el cartel, contó con todo el dramatismo de una vuelta olímpica: tan solo en 2017, amasó más de 4.000 millones de visitas en YouTube y apareció en más de una docena de hits. Podés encontrarlo junto a Nicki Minaj, aguantando el quejido de sirena de la melodía de “Krippy Kush”, de Farruko, posteando videos con Drake en Instagram, o grabando con Future un single que está por salir.
“Es el artista latino más hot del momento”, dice Luis Rivera, director de Programación de Música Latina en Music Choice, que controla el contenido para abonados de TV por cable. “Nunca vi a un artista desarrollarse tan rápido en el mercado latino”, agrega Henry Cardenas, CEO de Cardenas Marketing Network, que tiene la exclusividad de los derechos de contratación para recitales de Bad Bunny en varios mercados latinoamericanos. “Cuando sale al escenario, nadie se sienta.”
Bad Bunny también se transformó en un líder de facto del trap latino, una nueva corriente musical que, para gran parte del público joven e hispanoparlante en Estados Unidos, toda Latinoamérica y España, eclipsó en cuanto a popularidad al antiguo reinado del reggaetón. Este punto fue subrayado en United Palace por parte del telonero, DJ Kazzanova, de la radio de Nueva York Mega 97.9. Mientras ponía y empezaba a sonar el clásico de N.O.R.E., “Oye mi canto”, que incluye la declaración “quieren reggaetón”, Kazzanova comentaba la letra en tiempo real. “Ahora todo el mundo quiere trap”, le dijo al público en español, de manera casi arrepentida. “Pero el problema”, dijo, sobre la complicación que esto implica para un DJ telonero que no quiere replicar el set del artista de la noche, “es que todas las canciones de trap buenas son de Bad Bunny”.
Mucho antes de sumarse al club de los mil millones de views, Bad Bunny empezó a cantar en la escuela y la iglesia en Puerto Rico. Le importa señalar su distancia respecto del establishment de la música. “Yo soy de Vega Baja, una zona pequeña que no es una metrópolis como San Juan, de donde salió la mayoría de los artistas del género”, dice. “Eso es lo más sorprendente e increíble de esto. Sencillamente vengo de la nada [hace un sonido de una explosión], y es así.”
“Cuando estaba en la escuela”, dice después, “yo solía quedarme en un balcón cantando, y la gente se agrupaba alrededor a escucharme”.
Si bien atraer a un público alrededor de un balcón conjura imágenes de cantantes románticos tradicionales, Bad Bunny es un cantante moderno en todo sentido, que emplea un tono grave y barroso, melodías viscosas y una cadencia de rapero. “Me gustó mucho esa voz profunda, era muy diferente”, dice Natti Natasha, la dominicana que también es parte del club de los mil millones (gracias al hit “Criminal”), quien colaboró con Bad Bunny en su reciente “Amantes de una noche”. “Y obviamente su manera de rapear me llamó la atención: él no para [en contraste con el staccato más frecuente en el reggaetón], y podés bailarlo”, dice. “Incluso sin música, todavía podrías bailarlo.”
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En una época de una abundancia musical sin precedentes y períodos de concentración más cortos en los oyentes, un tono instantáneamente reconocible es más valioso que nunca. “Cuando escuchás la primera sílaba de Bad Bunny, ya sabés que es él”, dice Rivera. A través de SoundCloud, el timbre característico de Bad Bunny llegó a los oídos de DJ Luian, un experimentado operador en la escena musical de Puerto Rico y antiguo DJ de Arcángel; Luian es un artista versátil, con oídos abiertos, que siempre estuvo cómodo cruzando fronteras genéricas. “Luian conoce la industria, y tiene conexiones”, dice Rivera.
Bad Bunny ahora firmó con el sello de Luian, Hear This Music, que cerró un trato de distribución con Sony Music Latin. Luian también conectó a Bad Bunny con el dúo de productores Mambo Kingz, veteranos con más de diez años de experiencia, incluyendo trabajos para The Royalty: La Realize, el disco de RKM & Ken-Y, y Sentimiento, Elegancia & Maldad, de Arcángel, ambos Número Uno en el ranking latino. Podés escuchar a Bad Bunny felicitando a los Mambo Kingz en varios de sus hits.
Y tiene muchos hits. “Él es lo contrario de cómo se promueven los artistas”, explica DJ Eddie One, un DJ de Mega 96.3, la radio de Los Ángeles. “Él pone temas todos los días en YouTube. Los promotores radiales no trabajan así.”
La promoción sería una pérdida de tiempo para Bad Bunny, porque las radios no pueden pasar muchas de sus canciones por miedo a despertar la ira de la FCC. “Poder pasar esos temas al aire es toda una misión”, dice Eddie One, señalando que tuvo que hacer una edición importante para “Diles”, que está llena de alardes de proezas sexuales, y “Soy peor”, una desagradable despedida post separación. “La dirty en sus temas es de otro nivel.”
El rapero sigue riéndose de su incapacidad para entrar en las radios. “Es un poco frustrante, ¡fuck! Pero no es un obstáculo”, dice. “La música llega lejos, quizás no tan lejos como con esa clase de apoyo. Pero seguimos haciendo cosas grandes. Me molesta, pero no me saca el deseo de seguir haciéndolo.”
"Lo más sorprendente e increíble de todo esto", dice Bad Bunny, "es que vengo de la nada".
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Bad Bunny penetró en las radios a través de colaboraciones inteligentes. Hace poco llegó al Número Uno en las radios latinas vía “Mayores”, una canción sugerente de la pequeña Becky G acerca de involucrarse románticamente con hombres más grandes. “Hacer que un artista de trap latino aparezca en una canción pop es todo un tema”, subraya Becky G. “Pude mantener mi legitimidad callejera, pero también ayudó a llevar a Bad Bunny a más gente, para que no subestimen la música trap.” “Sus letras fueron muy inteligentes”, agrega. “Fue como si dijera: ‘OK, ¿ustedes quieren hablar mierda sobre mis letras? Voy a seguir diciendo lo que se me ocurra y lo voy a decir de una manera que pueda salir en la radio’.”
El otro gran apoyo mainstream que tuvo Bad Bunny fue J Balvin, adorado por los programadores radiales, como demuestran siete éxitos en el Número Uno. El año pasado ambos colaboraron en “Si tu novio te deja sola” y “Sensualidad”, y esta última llegó al Top 20 en Estados Unidos. Balvin fue el invitado sorpresa de Bad Bunny durante la segunda noche en el United Palace Theater, y el dúo se paseó por ambos temas con un placer evidente, imitando alegres los pasos de baile del principio del video de “Si tu novio te deja sola”. Después Bad Bunny salió del escenario para cambiarse de ropa y dejó a Balvin entreteniendo al público con sus propios éxitos globales, “Mi gente” y “Machika”. Pocos artistas podrían meter un interludio con Balvin en su propio recital y recuperar su propia energía, pero cuando Bad Bunny volvió con ropa fresca, el fervor de los fans no disminuyó. Al contrario.
De todos modos, Bad Bunny no está listo para declarar al trap latino como heredero del trono del reggaetón. “El reggaetón es otra cosa, es parte de la cultura pop”, dice. “Es algo muy grande, que no creo que nunca muera.”
Pero reconoce que el trap es cada vez más indomable. “Ahora, si mirás a Estados Unidos, el trap es el pop”, continúa Bad Bunny. “Estamos haciendo la música que la gente nos pide. Así que es una cuestión de aceptación.”
Y eso parece estar cambiando rápido. “Él no cambió por la radio”, dice Eddie One. “Los medios del mainstream ya no pueden negarlo.”