La Renga y Bersuit Vergarabat se opusieron al uso que hizo Javier Milei de sus temas, mientras que Olga Garaventa, viuda de Sandro, alguna vez se enfrentó con Guillermo Moreno
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Este domingo 22 de octubre, los argentinos elegirán a un nuevo presidente o será el eslabón para llegar a una instancia de ballotage. Más allá de este resultado, la ciudadanía llegará a la elección luego de una campaña que careció de creatividad en la comunicación.
Si años atrás los candidatos apostaban a mostrar postales de su vida cotidiana -incluida la intimidad familiar- y hasta no se privaban de apelar a cierto humor y mohines propios –”Dicen que soy aburrido”, reclamaba Fernando de la Rúa- lo cierto es que la última campaña demostró opacidad.
A diferencia de lo que sucedió en comicios anteriores, las agrupaciones políticas tampoco han apelado a la música como un elemento distintivo. Aún hoy pueden recordarse varios jingles pegadizos e instalados en la memoria colectiva, algunos de ellos de tinte claramente bullanguero como el que bramaba “Herminio Iglesias, justicialista y trabajador”.
A lo largo de los años, hubo más de un leitmotiv con partitura original y muchos que se montaron sobre los hits consagrados de artistas populares, en muchos casos modificando la letra preexistente y conocida por los fans. Las melodías se eligieron, y se eligen, de acuerdo al perfil ideológico y a la personalidad del candidato. Años atrás, para Mauricio Macri, Tan Biónica era una banda -de estética pop y cool- que maridaba bien con sus electores.
Está claro que los políticos capitalizan el caudal de público de solistas y bandas y se aprovechan de melodías insertas en el inconsciente colectivo, aunque no siempre los músicos están de acuerdo en que una bandería política se empodere de su arte. En más de un caso, ni siquiera se ha pedido autorización al artista para poder utilizar su música, presintiendo una respuesta negativa. Es que, para un intérprete, no siempre es conveniente quedar asociado a un ideario partidario.
A un político ignoto, o no tanto, adherirse a las huestes de un músico consagrado con audiencia masiva le suma, en una ecuación donde el artista no sale tan beneficiado, ya que puede quedar vinculado eternamente a esa parcialidad. Cuando el músico es ignoto, la masividad adquirida en una campaña suele ser de corto plazo.
Desde ya, no se trata de un fenómeno que atañe solo a nuestro país. El demócrata Joe Biden, por ejemplo, apeló a “You Get What You Give”, tema de New Radicals. Durante la asunción del político a la presidencia norteamericana, el propio autor, Gregg Alexander, interpretó el coreado leitmotiv junto con sus compañeros, reunidos ad hoc para la ocasión.
Nacional y popular
En 1983, luego de la extensa dictadura que había azotado al país desde el 24 de marzo de 1976, la fórmula presidencial que proponía el Partido Justicialista era encabezada por Italo Argentino Luder y Leolindo Felipe Bittel. Acompañando a los candidatos a presidente y vice, Herminio Iglesias, otro peronista histórico, se postulaba para acceder a la gobernación de la provincia de Buenos Aires.
La canción de campaña que utilizó Iglesias fue una de las más pegadizas a lo largo de la historia democrática de nuestro país. Con una melodía simple, que rápidamente quedaba dando vueltas en la cabeza, el político de extracción popular logró insertarse rápidamente en el inconsciente colectivo, aunque no le alcanzó para cumplir con su objetivo, ya que, durante la primavera democrática liderada por el presidente Raúl Alfonsín, la gobernación de Buenos Aires quedó en manos del radical Alejandro Armendáriz. “Herminio Iglesias, justicialista y trabajador, a votarlo compañero, a votarlo el pueblo entero, con Herminio triunfa el pueblo de Perón”, rezaba el original jingle que cumplía con todos los tópicos creativos para ser recordado varias décadas después.
Alfonsín, María Elena y Jairo
En octubre de 1983, el cierre de campaña de Raúl Alfonsín, candidato a presidente por la Unión Cívica Radical, se llevó a cabo con un multitudinario acto en el Obelisco porteño. El discurso que ofreció, quien horas después se convertiría en el primer presidente elegido por la ciudadanía en casi una década, fue tan contundente como conmovedor.
Fue en ese encuentro esperanzado donde Jairo realizó una de sus más recordadas presentaciones. En medio de la euforia social por la vuelta de la democracia, el cantante, que aún se encontraba radicado en Francia, ofreció una versión conmovedora de “Venceremos”, adaptación rubricada por María Elena Walsh de “We Shall Overcome”, un himno de resistencia civil que fue cantado por Joan Báez y llegó a ser recitado por Martin Luther King. “No tendremos miedo, nunca más. Quiero que mi país sea feliz con amor y libertad”, dice la canción que despierta lágrimas al oírla.
Fue la propia María Elena Wash quien impulsó a Jairo a entonar ese tema en el cierre de campaña de Alfonsín, quedando grabado como uno de los grandes momentos acontecidos en la vida política del país. El año pasado, el cantante recordó la anécdota en el programa de Juana Viale y hasta ofreció una versión a cappella.
Qué noche mágica…
En su campaña de 2015, año en el que resultó elegido presidente, Mauricio Macri se apoyó musicalmente en “Ciudad mágica”, el tema de Tan Biónica que el PRO ya venía utilizando como latiguillo en sus acciones en Buenos Aires.
A diferencia de lo que sucedió con otros músicos, que rechazaron la apropiación de sus partituras de parte de la política, este cuarteto, que tiene a Chano Charpentier como frontman, aprobó la elección de la troupe macrista. “Es importante que nuestra música llegue a mucha gente”, argumentaron los integrantes de Tan Biónica, dejando en claro que se sentían satisfecho con la elección de los amarillos.
“Ciudad mágica” se conoció en 2012 como parte del disco Destinología, el tercer álbum de estudio editado por Tan Biónica. Aquellas estrofas pegadizas, que desparraman aquello de “me quedo con vos, yo sigo de largo, voy a buscarte, qué noche mágica ciudad de Buenos Aires”, quedaron asociadas con la lógica de Mauricio Macri, quien, incluso, no se privó de bailarlas a su modo. La canción es una historia de seducción de pareja mapeada en las calles porteñas, algo que cuadró muy bien con el PRO, una bandería que suele estar bien posicionada en la gran urbe.
También “No me arrepiento de este amor”, el hit de la cantante tropical Gilda fue aprovechado por el entonces presidente electo Mauricio Macri y por la vicepresidenta electa Gabriela Michetti para celebrar la llegada al poder nacional desde el bunker montado ad hoc. Este año, Patricia Bullrich, liderando la fórmula prefirió ser más austera.
Clásico popular
Si de mensaje esperanzador se trata, “Yo tengo fe”, cuya letra y música fueron compuestas por Palito Ortega, ha estado íntimamente ligada a la vida política de Argentina. La popular canción tuvo como inspiración el clima que se vivía en el país en 1973 ante la vuelta de Juan Domingo Perón, pero sus estrofas, con el tiempo, excedieron las connotaciones de aquel hecho político.
Cuando, en la década del 90, Ortega fue tentado para manejar la gobernación de la provincia de Tucumán, un acto fue definitorio para convencerlo de aceptar el desafío, ya que el cantante se encontraba radicado en la ciudad de Miami. Aquel acto público, donde fue orador para una multitud, contó con la banda de sonido de aquel tema festivo tan conocido por todos. “Yo tengo fe, yo creo en el amor. Yo tengo fe, también mucha ilusión. Porque yo sé, será una realidad, el mundo de justicia que ya empieza a despertar”, reflexiona la partitura cuyas ideas encuadraban perfecto con la proclamación de Ortega, quien presidió Tucumán entre 1991 y 1995. Esta vez, se trató de un caso curioso, ya que músico y candidato convivían en la misma persona.
En aquella campaña que lo llevó a la gobernación, el astro de la canción sedujo desde la gráfica, que destacaba la palabra “Fe”, y con un latiguillo musical que repetía el monosílabo “Sí”.
Cuatro años después de finalizar con su rol en Tucumán, y luego de haber pasado por el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación y mientras cumplía con las funciones de Senador Nacional, Ramón Ortega fue tentado para acompañar a Eduardo Duhalde en su candidatura a presidente. Esta vez, “Yo tengo fe” no fue el leitmotiv de la gira preelectoral por todo el país, sino que, una vez más, la música de Gilda sonorizó algunas caravanas con los candidatos a bordo de un ómnibus adaptado para tal fin.
Menem y los artistas
En 1989, el presidente Raúl Alfonsín dejó anticipadamente su lugar acosado por una seria crisis económica. Carlos Saúl Menem, quien lo continuó al frente del Poder Ejecutivo, era un político no muy conocido por las masas, pero que, con un estilo gauchesco, logró conquistar a un electorado mayoritario.
Durante su presidencia, Menem se rodeó de los artistas, un poco por su propia debilidad “cholula” y otro poco para capitalizar fama y seguidores. Uno de los spots de su campaña, no muy recodado y archivado bajo siete llaves, mostraba a diversos actores y músicos apoyar la candidatura del hombre de La Rioja.
Gerardo Romano, Víctor Laplace, Haydée Padilla y Libertad Leblanc fueron algunas de las figuras que se prestaron para protagonizar la publicidad que se sostenía en una canción muy pegadiza que repetía la frase “valerosos corazones compañeros”. Una vez más, el peronismo prefirió apelar a melodías propias.
Vicentico a dos puntas
En 2004, formando parte del disco Vasos vacíos, Los Fabulosos Cadillacs presentaron el corte “Matador”. La letra alude a un revolucionario perseguido y asesinado por la policía. “Te están buscando, Matador”, proclama el tema, que se convirtió en una de las creaciones más populares de la música hispanoamericana. “Balas de paz, balas de justicia. Soy la voz de los que hicieron callar sin razón por el sólo hecho de pensar distinto, ¡ay, Dios! Santa María de los Buenos Aires, si todo estuviera mejor”, dice la canción en uno de sus tramos fundamentales.
Lo curioso es que tanta rebeldía fuera utilizada como melodía de campaña de Carlos Saúl Menem. Corría 1995 y el mandatario buscó su reelección apoyado en una primera gestión donde le imprimió un corte liberal y privatista a su economía, muy lejos de la idiosincrasia del relato de la canción. En el 2003, cuando el político riojano buscó volver a gobernar el país, también apeló a “Matador”, aunque no como tema excluyente. No pudo ser, se bajó del ballotage, dando paso a un nuevo movimiento que marcaría la vida del país: el Kirchnerismo.
Curiosamente, este año también Horacio Rodríguez Larreta utilizó “Matador” en la finalización del acto de lanzamiento de su precandidatura presidencial. Aunque luego la idea fue dejada de lado, llamó la atención la elección ya que la canción, en términos de postulaciones electorales, aún es recordada en torno al universo del menemismo. En todos los casos, la voz de Vicentico era un sello muy poderoso.
Los que se negaron
Uno de los casos más resonantes que se dio en torno al desacuerdo de artistas en torno al uso de su música de parte de los referentes políticos, enfrentó a La Renga con Javier Milei, el candidato presidencial de La Libertad Avanza.
Esta vez se trató de “Panic Show”, famoso tema de la banda de Mataderos, que le calzó como anillo al dedo al libertario. En septiembre de 2021, el candidato no dudó en aprovechar esa letra con la que se sentía identificado.
A pesar de la euforia de Javier Milei en aquel momento, La Renga se manifestó en contra de la utilización de su arte con fines partidarios con un comunicado en sus redes sociales tan escueto como claro.
Sin embargo, hace pocas semanas, Javier Milei volvió a abrir su acto político con “Panic Show”, desoyendo el rechazo de los creadores e intérpretes de la canción. Justamente, La Renga suele iniciar sus conciertos con este tema que formó parte del disco La esquina del infinito, editado en el año 2000.
También Bersuit Vergarabat se manifestó en contra de la utilización de uno de sus temas en los actos del libertario Javier Milei. En este caso, se trató de “Se viene el estallido”, un tema de protesta que creó en 1998 y tomó relevancia en la crisis de 2001. Alberto Verenzuela, autor de la canción y miembro del grupo, envió una carta documento a la sede de La Libertad Avanza pidiendo que no se utilice “Se viene el estallido” en los actos de este movimiento político por considerar que es contrario a las ideas que expresa el tema musical.
Andrés Calamaro se cruzó con el periodista Santiago Cúneo, por la utilización de un testimonio del músico que el entonces candidato a diputado nacional por la provincia de Buenos Aires había utilizado. La representación legal de El Salmón, quien reside en España, argumentó que la frase había sido “sacada de contexto”. Esta vez no se trató de la música en sí misma, pero sí de la vinculación con la imagen de un artista destacado, quien sería amigo personal de Cúneo.
En el 2021, el ex Secretario de Comercio Guillermo Moreno adaptó la cumbia “Los amigos que yo tengo”, un clásico de la agrupación santafesina Los Palmeras, para ambientar su spot de campaña representando a su agrupación Principios y Valores. En la versión justicialista, el tema fue bautizado como “Los compañeros que tengo” respetando la melodía del original, pero con letra cambiada, algo que no fue bien visto por los representantes de la cumbia de Santa Fe.
También en 2021, Guillermo Moreno tuvo problemas con Olga Garaventa, viuda de Sandro, quien repudió que el político utilizara la melodía del tema “La vida sigue igual” para promocionar a sus precandidatos en la ciudad de Buenos Aires.
En un contundente comunicado, Garaventa argumentó que “Roberto Sánchez, Sandro, jamás hubiera participado con su imagen ni canciones en ningún tipo de campaña, propaganda o mensaje de contenido político, con independencia de cuáles fueran sus ideas, color o situación de ese partido”.
La Mancha de Rolando es una banda de rock que también le puso un freno a la política o, para ser más precisos, a la sonorización de los actos que hacía el macrismo con el tema “Arde la ciudad”, uno de los hits de la agrupación.
Manuel Quieto, líder de La Mancha de Rolando y amigo personal de Amado Boudou, se molestó cuando, en 2011, Mauricio Macri utilizó el famoso tema del grupo en los actos de la campaña porteña. En una intimación firmada por Quieto y dirigida a Mauricio Macri, el músico argumentó: “En mi calidad de único autor y titular de todos los derechos de propiedad intelectual sobre la obra musical con letra titulada “Arde la Ciudad”, los intimo para que cesen en toda y cualquier utilización de la misma y cualquier obra que me pertenezca, que han venido realizando durante su campaña política y dentro de los festejos de la misma. La utilización de las obras en el marco que Uds. la realizan genera la falsa idea de una asociación entre mi obra, mi persona y la banda musical “La Mancha de Rolando” que integro, con un proyecto político con el cual estamos plenamente en desacuerdo”.
Finalmente, también Federico Hoffmann, hijo de Sergio Denis, ha expresado su negativa a que los temas de su padre sean utilizados con fines de propaganda política. En este caso, sin aludir a ninguna agrupación en particular, pero sí haciendo alusión al tema “Te quiero tanto”.
Dejar en claro por este medio que nadie nos consultó sobre el uso de la canción de mi padre "Te quiero tanto" para ninguna propaganda política. La denuncia ya ha sido hecha en SADAIC y prontamente también ante la justicia por uso indebido y violación de la propiedad intelectual.
— Federico Hoffmann (@FedHoffmann) September 7, 2021
Desde el restablecimiento de la democracia, hace cuatro décadas, el vínculo entre la música y la política ha estado atravesado mayormente por intereses encontrados. Se sabe, en la búsqueda de votos no son pocos los políticos que recurren a los seguidores de solistas y bandas, buscando sacar tajada de esa adherencia que suele ser fiel y duradera, aún cuando lo que expresen no vaya de la mano con el propio discurso. La política tiene sus propias reglas. Todo sea por el voto.
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