David Lee Roth, el rockero que aprovechó la cuarentena para cambiar de oficio
Generalmente, David Lee Roth pasa sus días, o al menos sus noches, "vestido con lycra para hacer ejercicio, moviéndose a 134 latidos por minuto", dijo. Pero ahora Roth, de 65 años, el cantante de Van Halen, es como el resto de nosotros: está confinado en casa y obsesionado con la pandemia.
Sin embargo, los últimos meses en cuarentena han provocado que Roth se dedique a una vieja misión con un nuevo enfoque. Desde abril, llenó sus días creando dibujos con el Covid-19 como temática —los llama cómics— y después comparte las obras terminadas, una cada semana, en sus redes sociales. El arte, como la música y la disposición de Roth, es vibrante, caprichoso y, hasta cierto punto, poco convencional. Por momentos es agresivo. Varios dibujos tienen su rostro. Muchos otros están llenos de imágenes de ranas.
–¿Qué provocó este impulso de expresión artística?
–"¡Haberme quedado sin trabajo!", bromeó Roth por teléfono desde su casa en Los Ángeles una tarde a fines del mes pasado. En marzo, Roth estaba de gira como solista y telonero de Kiss por los Estados Unidos.
A principios de esa temporada, Roth, que también trabajó como paramédico en Nueva York, combatió una enfermedad no especificada. "No estoy muy convencido de no haberme contagiado el coronavirus", dijo. "¡Caray, me dieron suficiente prednisona para mandar a alguien a la Luna! Dejamos una estela de aficionados, escombros y reseñas incandescentes. Pero no quiero volver a pasar por eso".
Incluso para los estándares del líder de una banda de rock, es famosa la capacidad de Roth de llamar toda la atención de su público, ya sea cuando se lanza desde una plataforma de batería para hacer acrobacias en el aire o que les dice a sus fanáticos que Van Halen es "la banda de rock que le vendió la rumba de Ricky Ricardo a la nación del ‘heavy metal’". Pero ahora su arte es el que habla por él. "Lo que hago es comentario social", dijo. "Es lo que siempre he hecho".
En sus obras de arte más nuevas, ese comentario social ha provocado una intensa reacción. En una pieza declara un cambio de nombre. "Siguiendo el ejemplo de Lady Antebellum (ahora Lady A), Diamond Dave se deshará del nombre Lee", escribió debajo de un dibujo en el que, naturalmente, aparece una rana. "Desde ahora, quiere que todos nosotros lo llamemos ‘David L. Roth’ o simplemente ‘El Roth’". Para muchos, eso socava las medidas que muchos artistas blancos están tomando para corregir el racismo.
"El mejor tipo de humor —no los chistes— no es gracioso en absoluto", dijo Roth, defendiendo su trabajo. "Mi versión es la verdad con azúcar añadida. Y quizá es un poco de azúcar y picante. Sin embargo, el mejor humor fomenta el diálogo".
El arte, prosiguió, "ha sido una constante en mi vida. Mi mano siempre ha estado en el vestuario, los decorados de fondo, los decorados de los escenarios, las portadas de los álbumes, la dirección de video. Esto es parte de ello. Y hay un oficio que interviene, por lo que hay un poco más de peso en algunas declaraciones".
–¿Por qué las ranas?
–Vi una historia acerca de Mark Twain; no era su biografía, era una obra ficticia con actores. Y al final, el viejo Sam muere, pero no va al cielo. Está en el patio donde creció en Hannibal, Missouri. Y una niña pequeña se le acerca y él le pregunta: "¿Quién eres?". "Soy Becky Thatcher y tengo algunos amigos que esperan conocerte", le responde ella. Y todos los personajes que creó van a saludarlo. Por eso comencé mi lista de invitados. Y probablemente el único de ese séquito que podía siquiera deletrear, y apenas dibujar, era la rana del condado de Calaveras [del cuento La célebre rana saltarina del condado de Calaveras].
–Muchos de tus dibujos incluyen una referencia a los "Soggy Bottom". Lo interpreté, al menos en este contexto, como un juego de palabras relacionado con la frase "drenar el pantano".
–Si yo lo explico es como para una calcomanía de auto. Si dejo que tú lo expliques, es arte. Pero estás muy cerca del significado preciso.
–¿Puedes describir tu proceso artístico?
–Mi enfoque es lo mejor de ambos mundos: lo clásico y lo digital hiperatómico. Como ver Dragnet en el iPad. ¿Sabés? Me mudé a Japón durante más de dos años para estudiar Sumi-e y caligrafía, y cuatro noches a la semana entrenaba y después hacía tarea. Dios mío, he pasado miles de horas aprendiendo a usar un cepillo de cerdas de caballo con un bloque de tinta que muelo yo mismo. La receta no cambió en 700 años. Así que todo en los cómics está dibujado a mano: todo el tipo de letra, todos los colores, el trabajo lineal, la iluminación. Y una vez que termino, trabajo con Colin Smith, el Led Zeppelin del Adobe Photoshop. Juntos escaneamos todo, y luego puedo pasar a áreas que de otro modo no estarían disponibles gráficamente sin décadas de esfuerzo.
–¿Cómo transforma el trabajo original el uso de la manipulación digital?
–Muchos de estos colores no se pueden encontrar fuera del ciberespacio. Es un mundo en sí mismo. Tiene un buen propósito, porque casi todo nuestro consumo de bellas artes y gráficos en estos días es interactivo con una pantalla, ya sea en tu PC o en tu reloj de pulsera. En realidad volvemos a Maxwell Smart y su zapatófono. "¡Alguien está en mi Nike!"
–¿Qué te atrae de usar un cepillo y tinta como medio de expresión artística?
–No se trata de expresarme. Es una terapia performativa. Me desahogo. Estoy enojado. Y no pido perdón. Así es como lo hago.
–La gente generalmente no piensa en David Lee Roth como un hombre enojado.
–Eso es porque lo he superado. Es esa magia secreta que ocurre cuando tomás algo que básicamente es triste y encontrás el humor, la elocuencia y a veces la iluminación en ello.
–¿Cuál es tu opinión sobre la respuesta de Estados Unidos a la pandemia?
–Desearía que nuestro país hubiese adoptado un enfoque como del Cuerpo de Marines frente al Covid. En lugar de [crear] una división, buena o mala, correcta o razonable, incorrecta o no.
–Una de las piezas incluye la frase "No hay política durante la hora feliz", que me parece que podría ser una encapsulación del espíritu de Van Halen.
–Bueno, visual y gráficamente, las ranas debajo de esa leyenda están peleando, idéntico a lo que sucedió en mi breve y colorida permanencia con los Van Halen. [Risas] Pero cuando ves ranas tecnicolor haciéndolo, es un poco más digerible. Pero lo que estoy reflexionando en ese cómic es lo no declarado. Aquello de lo que no hablamos. ¿Qué sucede cuando bebemos en un bar y hablamos de política? ¿Qué significa cuando decimos "las ventas de alcohol se disparan nuevamente"? Todo es una distracción.
–¿Puedes decir más sobre la pieza que parece ser una respuesta al cambio de nombre de Lady Antebellum?
–Tenía connotaciones de política personal. Buscaba divertirme un poco a costa de los demás, cuya visión respetaré. Y en lugar de los copiones inevitables, fingí ser uno. Pero el supuesto cambio de nombre atrajo algo de ira, pues algunas personas hicieron publicaciones desde una postura de derecha: "Otro miembro de la izquierda cae". Oigan, soy un jipi de combate: paz, amor y suficientes hombres y máquinas para defenderlos hasta el cansancio. Necesitás lo primero para apoyar lo demás.
–¿Sería correcto identificar a David Lee Roth como una persona de izquierda?
–Me encantan los derechos civiles. Los derechos igualitarios. Los derechos de las mujeres. Los derechos de los niños. Los derechos de los derechos. ¿Está bien? Toda la lista. Pero, por otro lado, estoy preparado para rasurarme la cabeza, unirme a los infantes de la Marina e ir a defender esos derechos. Eso en sí mismo no es una declaración de izquierda. O no solía serlo cuando era chico. Pero crecí en una gran época y un gran espacio durante la escolarización racialmente inclusiva de la década de 1960. Fui a escuelas donde la población estudiantil era un 90 por ciento negra e hispana, y estuve en la guardia de color con un corte militar. Todas las mañanas a las 7 marchábamos para izar la bandera. Y de noche íbamos a la casa del hermano de Kenny Brower, fumábamos marihuana y escuchábamos el disco nuevo de The Doors. ¡Jipi de combate!
–Estabas de gira cuando comenzó el confinamiento. Como artista de toda la vida, ¿fue difícil verte obligado a dejar la gira de manera tan precipitada?
–Todas las revistas de jiu-jitsu tienen a un chico de 28 años que narra los dos años que perdió debido a su codo. Todas las revistas de kickboxing tienen a un instructor de 32 años que dice: "Bueno, perdí tres años debido a mi rodilla izquierda". Así que solo me he estado aislando. Porque soy una persona de riesgo.
–¿Por qué te considerás de alto riesgo?
–El camino te deteriorará desde el principio o te mantendrá vivo para siempre. Cuando salimos, nos desgastamos. Acabo de hacerme una cirugía en la parte baja de la espalda. Fue una fusión espinal donde toman un pedazo de otra persona. De hecho, soy más alto ahora. ¿Parezco más alto? Quiero decir, ¿por teléfono?
En cuanto los artistas de categoría B -Beyoncé, Bono y Bruce Springsteen- digan que ya se puede, regresaré al canto, al baile y a vender camisetas
–La última vez que estuviste de gira con Van Halen fue en 2015. ¿Crees que volverá a suceder?
–No sé si Eddie [Van Halen] alguna vez se recuperará de los rigores del camino. [El guitarrista anunció por primera vez que tenía cáncer en 2001, y no ha reaparecido desde entonces]. Ni siquiera quiero decir que he esperado, lo he apoyado durante cinco años. Porque lo que hago es tanto físico como musical y espiritual, no podés tomarte cinco años fuera de la escena. Pero lo hice. Y no me arrepiento ni por un segundo. Es un compañero de banda. Teníamos un colega caído. Y ha estado caído por el tiempo suficiente como para que yo no sepa si volverá al camino. ¿Querés escuchar a los clásicos? Estás hablando con uno.
–¿Durante cuánto tiempo seguiremos viendo obras nuevas de arte de David Lee Roth?
–Como dijo el tatuador: ¡Hasta que ya no tenga amigos! ¡Hasta que mi Instagram esté vacío! Puedo hacerlo incansablemente. No lo había considerado como algo más que un pasatiempo. Pero ahora resulta que a la gente le fascina.
–Dada esa fascinación, ¿estos dibujos saldrán a la venta?
–En términos de mi ocupación verdadera, en cuanto los artistas de categoría B —es decir, Beyoncé, Bono y Bruce [Springsteen]— digan que ya se puede, regresaré al canto, al baile y a vender camisetas. Pero mientras tanto, dibujaré y pintaré todas las noches. Y me encanta que haya público para mi arte. Desde luego, haré que mis obras estén disponibles. Te lo apuesto. Simplemente no lo había considerado. [Se ríe]. Pero como dice mi hermana, al parecer se me escapan las cosas grandes.
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