Dante: el hijo pródigo del rock
A los once grabó su primer tema junto a su célebre padre. Quince años después, Spinetta repasa su vida a la par del rock a poco de lanzar un nuevo CD: "Elevado"
"Yo tenía la letra casi lista, y una noche, en casa, me puse a cantarla. Mi papá no sabía que la habíamos hecho y le gustó tanto que enseguida enchufó la batería electrónica y nos pusimos a cantarla juntos. Tenemos un montón de temas. El otro día con Emmanuel hicimos una que se llama "El gordo rapado (goloso y destripado)"."
Esas fueron las declaraciones de Dante Spinetta, a los once años y con la boca llena de galletitas, en lo que sería su primera entrevista. La canción que tanto le gustó a papá Luis Alberto era el "Mono tremendo" que, poco después, incluiría en su disco "Tester de violencia" y se convertiría en el debut oficial, dentro del universo discográfico, del joven Dante y su amigo inseparable Emmanuel Horvilleur. Era octubre de 1988, y los Illya Kuryaki & the Valderrama (IKV) ni siquiera eran un proyecto.
Fue hace exactamente quince años y fue la primera vez que el estimulado niño Dante entró a un estudio para grabar profesionalmente un tema propio. "Mi viejo me había grabado unos demos cuando tenía cinco años, pero se perdieron por ahí", recuerda ahora, mientras mastica un sandwich en un resto-bar ciento por ciento palermitano
"Fue todo muy rápido. Estábamos nerviosos y muy ansiosos -continúa-. Pero al grabar con mi viejo, fue como debutar con una profesional, que te guiaba por todos lados. En esa época, con Emma estábamos al mango, teníamos un grabadorcito y jugábamos a la radio en vivo. Hacíamos de comentaristas, nos presentábamos y cantábamos la canción que recién habíamos compuesto. Estábamos todo el tiempo buscando palabras nuevas para poder escribir canciones".
Momento de hacer números: compuso su primer tema a los 5 años; grabó por primera vez a los 11; a los 14 editó su primer disco con Illya Kuryaki; cuando cumplió 19, su álbum "Chaco" vendió en América latina más de 350 mil placas (80 mil de ellas en la Argentina); a los 24, con siete discos editados, disolvió la banda que logró alterar el orden de prioridades en la familia (para una buena cantidad de jóvenes, dejó de ser el hijo de Spinetta y Luis Alberto pasó a ser el papá de Dante); a los 25 se casó (tiene la filmación de su boda en formato DVD), tuvo un hijo y editó su debut como solista, "Elevado". A los 26, Dante Spinetta acaba de cumplir quince años de trayectoria y, claro, continúa componiendo.
"¿Quince años ya?", repite el músico, a horas nomás de su show en el festival Quilmes Rock (actuará pasado mañana, en la misma jornada que su padre). "Mi infancia fue acelerada, todo lo que rodea al rock es bastante deforme y eso te influye. Pero estuvo bueno porque crecimos con mucha información. Obviamente hubo cosas malas y buenas, como en cualquier crianza. Lo bueno es que con Emma o con Cata (Catarina, su hermana menor, que también cantó en "El mono tremendo") estábamos todo el tiempo buscando data, leyendo la Heavy Metal o lo que sea, viendo películas de Cheech & Chong."
La infancia de Dante también incluyó, música aparte, tantas mudanzas como escuelas ("fui a diez colegios distintos y eso que abandoné en la secundaria") y tanto amor familiar como el que ahora se respira en su hogar de Villa Urquiza. "Ahora yo soy el padre rockero y tengo una historia parecida a la de mis viejos. Cuando era chico en mi casa siempre hubo mucho amor y ahora pasa lo mismo. Ya a los cuatro meses, Brando, mi hijo, jugaba con los instrumentos, gateaba y golpeaba la guitarra, los teclados. En mi casa, bailar es algo como comer. Con Brando bailamos todos los días. Si yo no estoy tocando, María (su esposa, bailarina) está bailando. Y Brando absorbe todo, y ése es su medio ambiente, como lo fue el mío."
-¿Sos buen padre?
-Trato de serlo. Ser padre me hizo entender mucho más a mi viejo en un montón de cuestiones. Es difícil, yo no le cambio los pañales todos los días, María está más detrás de él. Pero no puedo imaginar mi vida sin Brando. Cada tanto me pregunto: ¿cómo era que podía ser feliz sin él? Ahora quiero tener más. Quiero armar mis propios Jackson Five.
Volver al delirio
Alto, flaco y con ese bigote mínimo que lo acompaña desde que le salieron los primeros pelos en la cara, Dante adelanta que la semana próxima comenzará a grabar algunas canciones nuevas, para su segundo disco en solitario. "Tengo temas fresquitos y no quiero dejar que envejezcan. Lo que estoy haciendo ahora es mucho más triple X, más zarpado. Es otra faceta, no tan espiritual como la de "Elevado", que era mi primer disco y quería hablar de mí, de lo que sentía mi alma y de ahí poder despegar hacia otros territorios. Ahora puede ser un Dante que vuelva al delirio", confiesa.
Dice que siempre supo que en algún momento iba a ser solista, que con los Illya Kuryaki hicieron todo lo que tenían que hacer y que pararon en un buen momento ("como banda no estábamos en picada, cortamos la historia cuando todavía estábamos arriba y eso estuvo muy bueno") y que recién ahora, un año después de la edición de "Elevado", volvió a sentirse seguro arriba del escenario.
"Al principio me costó mucho, pero ya estoy bien plantado y la banda suena cada vez mejor. Ahora puedo gozarlo más, porque cuando uno está convencido de algo y se tira a la pileta con eso estás contento nadando en el mar que a vos te gusta. Me pasa que todo el tiempo tengo ganas de subirme a un escenario, de tocar mis canciones, de conectar con la gente."
-¿Las mismas ganas que cuando subiste por primera vez a cantar "El mono tremendo" en un show de tu papá?
-Sí, el mismo amor. Porque aquella primera vez, a los 11 años, me enamoré de toda esta historia del rock. Estaba ahí, en el escenario del teatro Broadway, y para mí esos cuatro minutos que duró la canción fueron un flash. La gente, los aplausos, los instrumentos, los cables tirados por ahí, los monitores, los músicos. A cualquiera que le pasa eso se vuelve loco. Y a mí la música y el ambiente del rock me enloquecieron de pibe.
En el arbitrario repaso de su carrera, Dante recuerda el debut oficial de Illya Kuryaki: "Fito (Páez) nos invitó a cantar con él en el teatro Gran Rex. Todavía tenía 14 años y cantamos "Fabrico cuero" sobre la base del tema suyo "Gente sin swing". Fue todo muy loco. Enseguida salimos a tocar solos y nos venía a ver muy poca gente y de la más extraña. Me acuerdo de que en uno de nuestros primeros shows había un punk con cresta, unos nenes de diez años con unas mamás medio chetas, unos pibes raperos y un fan de mi viejo que venía a ver qué onda. Había mucha curiosidad por saber qué era lo que hacíamos".
-¿En aquel momento te molestaba ser "el hijo de Spinetta"?
-La verdad es que no tuve inseguridad con respecto a ese tema. Ni siquiera me di cuenta de todo lo que se armó alrededor. Recién unos años más tarde vi que pasaba algo con eso, cuando me lo empezaron a preguntar en las notas. Yo sabía qué era lo que quería hacer y estaba muy confiado en mí mismo. Mis viejos me criaron así: "Si tenés ganas de hacer algo, vos podés". Por eso nunca tuve miedo.
El mono tremendo
Hace mucho tiempo
había un maquinista
de locomotora
vieja y duradora
y se calentó
y se transformó en...
el mono tremendo
El mono tremendo se viste ¿con qué?
Con piel de búfalo asado
Y a la medianoche, con su cuchillo frío
él sale a cazar y tigres va a matar
Hace mucho tiempo
había un enfermero
que lo maltrataban
hace mucho tiempo
y se calentó
y se transformó en...
el mono tremendo.
(Tema compuesto por Dante Spinetta y Emmanuel Horvilleur incluido en el disco "Tester de violencia", de Luis Alberto Spinetta)