En nuestra nota de tapa de noviembre, el cantante revela el lado humano detrás de Gorillaz y reflexiona sobre cómo la música pop se mete en la cabeza de la gente
Gorillaz está en la tapa de la edición de noviembre de Rolling Stone Argentina. Antes de su presentación en el festival BUE (16 de diciembre, Tecnópolis), Damon Albarn recibió a un enviado de la revista en Nueva York, durante la gira de Humanz, el disco que volvió a poner a la banda animada en el centro del pop global. A lo largo de una conversación profunda, Albarn reflexiona sobre el proyecto que definió una nueva era de música colaborativa y digital, además de dar su mirada sobre distintos asuntos. Aquí, siete definiciones incluidas en la nota.
La esencia de Gorillaz
“Gorillaz en un punto es algo chamánico, hay un elemento extraño en la manera en que lo hago. Las letras me vienen mientras las voy cantando, no las pienso demasiado, ni las escribo, dejo que salgan y la mayoría de las veces quedan. Luego trato de descifrarlas. Supongo que es un buen estado mental para encontrarte con vos mismo, sobre todo si estás tratando de vivir en otro mundo, de crear otras realidades.”
Su lugar en la industria
“No soy un artista comercial. Sobrevivo como puedo en el circuito comercial porque tengo una base de fans grande, pero a mí no me pasan por la radio. No me pasaron por radio durante doce años, quizás. Creo que se dieron cuenta de que mi música es un poco distópica para el consumo pop masivo. Es lo que es y me la banco.”
Su evolución musical
“A veces fantaseo con la proyección en continuado de la música de Blur, Gorillaz, la que grabé en Mali, en el Congo, lo de The Good, the Bad & the Queen, mi material solista… Si toda mi obra fuera como un largo setlist, probablemente el punto medio sería la canción ‘Caramel’, de 13, o algo del primer disco de Gorillaz.”
El Brexit y la grieta británica
“Estaba leyendo este libro de ensayos de (George) Orwell, y en ‘El león y el unicornio’ él habla de las dos clases de ingleses que existían en la década de 1930: los intelectuales y los patriotas. En un sentido ahora es lo mismo, el mismo problema: la gente como yo, que no ve el país desde una perspectiva nacionalista pero a la vez tiene una conexión espiritual con esa tierra, y la gente que lo ve como su lugar, y que cree que la influencia externa está dañado su manera de vivir. Es muy difícil. Personalmente me pasé la vida buscando lo que hay allá afuera. He vivido fascinado con la música, la comida, las cosas del resto del mundo. Toda experiencia externa que pudiera obtener la he recibido con felicidad, nunca con resistencia. Así que no los entiendo. No entiendo a mi propio pueblo. Es muy triste. Creo que los ingleses nos hemos apuñalado en el corazón.”
Trump y el terrorismo
“Hay una parte de mí que simplifica el conflicto y que puede ver, desde la perspectiva del radicalismo islámico, el rechazo a ciertos valores capitalistas. La pornografía, la codicia, las drogas, los excesos en todas sus formas. Si llevás una vida simple y ves todo eso, puede que te sientas amenazado. Claro que eso tiene muy poco que ver con la manipulación obscena que hacen de los jóvenes, no estoy justificando el terrorismo, simplemente trato de entender las razones del miedo que les genera el mundo capitalista. Y Donald Trump y su estilo de vida son motivaciones para que ellos sigan uniéndose, más que cualquier otra cosa. Sus valores son los que ellos quieren eliminar, los que encuentran amenazantes.”
Envejecer en el rock
Sobre una declaración reciente del dibujante Jamie Hewlett (“tal vez ya estamos un poco viejos para Gorillaz”), Albarn, de 49 años, dice: “Bueno, que hable por él. Él ni siquiera tiene que salir al escenario, ¿no? Para mí no es muy constructivo sentirme viejo cuando tengo que salir a tocar para chicos de 18 años. No me ayuda mucho que diga eso. Si él quiere recluirse en su buhardilla parisina y sentirse viejo, OK, pero yo como performer no puedo permitírmelo. No podés tener vergüenza de tu edad, hagas lo que hagas. Todo depende del espíritu. Lo veo trabajando con Tony Allen, de 77 años, una fuerza natural tremenda, o Tony Visconti, de 73, casi un maestro del tai-chi”. ¿Los Rolling Stones? “Sí, pero seguramente Mick Jagger bebe sangre de jovencitas. Eso es lo que lo mantiene vivo, un cierto vampirismo.”
Liam y la música para niños
Liam Gallagher dijo que Gorillaz es “música para niños”. “Bueno, una observación brillante. Una más entre tantas”, responde Albarn con ironía. “Seguramente quiso que fuera un insulto; yo lo veo simplemente como una definición acertada (...) Cuando salió Demon Days (2005), era extraño ver cómo los padres querían que sus hijos se engancharan con ese disco. O sea, se llama Demon Days, no es que está intentando aparentar otra cosa. Creo que ése es el punto más interesante de la música pop que hago yo. Porque sé el efecto que la música pop tuvo en mí cuando era chico, cómo me formó espiritual y psíquicamente. Es increíblemente influyente, de verdad. Así que vaya a saber lo que hice con las cabezas de un montón de niños.”
LA NACION