A fines del año pasado, Damon Albarn se sentía aburrido en una gira, así que hizo lo que mejor sabe y empezó a bocetar ideas para un disco nuevo en su iPad. El resultado es The Now Now, el último álbum de Gorillaz. Con sus melodías frescas y una lista de invitados relativamente corta –Snoop Dogg, el cantante de jazz de 75 años George Benson, y el veterano del house de Chicago Jamie Principle– The Now Now es un cambio de ritmo refrescante respecto de Humanz, el sobrecargado set que editó Gorillaz el año pasado. "Es un disco dentro de un disco, un sueño dentro de un sueño, un poco como Inception", dice el cantautor inglés de 50 años, quien en octubre llevó a su grupo animado a Estados Unidos para una serie de recitales en estadios techados, además de su propio festival, el Demon Dayz, que montó en Los Ángeles.
El historietista Jamie Hewlett y vos inventaron la idea de Gorillaz hace 20 años. ¿Te sorprende que algo que empezó más o menos como una broma se haya transformado en un fenómeno de larga duración?
Me sorprende continuamente. Tengo enormes oleadas de desánimo, en las que siento que ya no puedo hacer más. Me frustro mucho. Pero se renueva con cada generación. Acabamos de tocar en un festival llamado Boomtown, en Inglaterra. Era un público muy joven, 18 a 23 años. Son los únicos lo suficientemente resistentes como para lanzarse con entusiasmo al abismo. No puedo entender por qué Gorillaz sigue encontrando un público, pero es evidente que lo hace, y es una propuesta estimulante.
Con tan pocos invitados, The Now Now es muy diferente de la mayoría de los discos de Gorillaz. ¿Por qué no lo sacaste como un disco de Damon Albarn?
Bueno, porque no lo es. El que canta es 2-D [el líder animado], y 2-D de hecho tiene una voz ligeramente diferente de la de Damon Albarn [Suspira]. Me niego a referirme a mí mismo en tercera persona.
George Benson es un invitado inesperado en un disco de pop del año 2018.
El sonido que creó para canciones como "Give Me the Night" está ahí arriba, junto con los grooves más clásicos de Michael Jackson. Para mí, está muy asociado con la época en la que empecé a preguntarles a las chicas si querían bailar en las matinés. Todas esas cosas horriblemente incómodas. Yo tenía 14 años, y él era una superestrella. Pero la música me resulta aún más magnífica, porque era el telón de fondo de eso.
¿Hay algún héroe musical que te arrepientas de nunca haber contactado?
Me hubiera encantado trabajar con John Lennon, pero yo estaba en la escuela cuando le dispararon. Cuando yo era joven, él fue una influencia central para mí. Sus ideas, su actitud, todo. "Imagine" fue una de las canciones más influyentes para mí como compositor. No es la canción más cool para citar, pero para mí es la más honesta.
En Humanz, editaste todas las referencias a Donald Trump. ¿Y ahora? ¿Ves una dimensión política en este disco?
Y... el disco abre con las palabras: "Llamando al mundo desde el aislamiento". Es, en parte, acerca de la sensación que tenés cuando estás constantemente de gira, pero también es uno de los temas más desafiantes de nuestra época. El cambio climático, por ejemplo. El aislamiento no ayuda en esa causa.
Este año cumpliste 50. ¡Felicidades! ¿Cómo lo festejaste?
Mi cumpleaños empezó saliendo del aeropuerto de Bogotá, en Colombia. Fue sobre todo una experiencia nocturna a mucha altura. Y después hicimos una celebración mucho más modesta y familiar cuando llegué a casa.
¿Cómo la compararías con la fiesta de cumpleaños número 50 de tu amigo Noel Gallagher, que tenía como temática la cocaína?
Oh, ¡la mía fue patética comparada con la de él! La de él estuvo espectacular. No hay punto de comparación.
Noel y vos eran archirrivales en la escena musical británica de los 90, cuando vos liderabas Blur y él, Oasis. ¿Cómo funciona esa amistad hoy?
Él es como un camarada. Compartimos ese momento específico en el que te sacan la alfombra de abajo de los pies, y todo lo que venías soñando de manera abstracta se vuelve realidad. Yo tenía 22 años y no podía caminar sin que todo el mundo me reconociera. Es un momento estimulante, pero aterrador, y lo atravesamos juntos.
Te reuniste con Blur para The Magic Whip, de 2015. ¿Fue algo de una vez o te imaginás haciendo otro disco con esa banda en el futuro?
¡No lo sé! Quizás. No podría dar una fecha, pero nunca voy a cerrar la puerta de esa parte de mi vida.
Has sido franco acerca de tu consumo de drogas en el pasado, y sobre sus beneficios creativos. ¿Todavía seguís fumando marihuana?
Sí, sí. Si estoy en el estudio, ahí es cuando más disfruto de fumar porro. No tanto para tocar en vivo. Para algo como Gorillaz, es mejor estar un poco más alerta.
Las microdosis [gente que toma pequeñas cantidades de drogas psicodélicas durante su día de trabajo] están ganando popularidad. ¿Te atrae esa idea?
¿Ácido y hongos? ¿Para trabajar? [Risas]. ¡No! Si hiciera eso, no habría forma de que pudiera funcionar en una oficina.
Simon Vozick-Levinson
LA NACION