Daddy Yankee: el rey del reggaeton se despidió de la Argentina con dos shows en el estadio de Vélez
El cantante puertorriqueño brindó dos grandes shows en el estadio de Vélez Sarsfield en los que no faltaron sus grandes hits; hubo un momento de tensión el sábado debido a un incendio en el escenario y mucha emoción en el marco de su gira mundial de despedida
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Una cuenta regresiva de cinco minutos enciende la ansiedad de las más de 40 mil personas que esperan por él en el estadio de Vélez. Las emociones de todos son encontradas: por un lado la alegría de volver a verlo, por el otro, la tristeza de la despedida que se siente como una amenaza inminente. “Daddy, Daddy, Daddy”, corea la gente al mismo tiempo que gritan a viva voz los diez números finales del countdown.
Suenan los primeros acordes de “Campeón” y Daddy Yankee aparece en el escenario bajándose de un avión virtual que lo deposita directo en Buenos Aires. El rey indiscutido del reggaeton volvió al país con La Última vuelta World Tour para decirle adiós a su público antes de retirarse para siempre.
“Remix” y “Problema” son las primeras canciones que encendieron a la gente, aunque el clímax terminó de explotar cuando sonó “Rompe”, uno de los tantos hits que el puertorriqueño sacó a lo largo de sus más de tres décadas de carrera y que lo convirtieron en el principal referente y pionero de la cultura del reggaeton fuera de su país natal.
“Buenas noches Buenos Aires, les saluda su hermano, su amigo Ramón Ayala, Daddy Yankee para todos ustedes. ¡Muchas gracias! Para la última vuelta de este servidor significa mucho que todos ustedes estén aquí conmigo ¡Qué bueno que están aquí! Vamos a hacer esta noche inolvidable ¡Qué se quede en la historia!”, gritó el boricua pasadas las 21 dándole la bienvenida a toda su gente.
Lo que sucedió a continuación fue una fiesta como pocas veces se ha visto: un hit tras otro que encendió al público y convirtió al estadio en un gran boliche en donde grandes y chicos perrearon y bailaron al ritmo de esas canciones que marcaron distintos momentos de su vida. La alegría se contagiaba en el aire, era imposible dejar de mover el cuerpo con cada acorde. Daddy Yankee contagió su pasión y los espectadores siguieron al pie de la letra cada pedido del artista: “Arriba esas manos”, “Quiero ver sus celulares encendidos”, “Que esta fiesta no se acabe”.
Son 16 bailarines los que lo acompañaron a él y a su banda, dándole un brillo y una alegría única a las más de dos horas de show, que se completaron con un espectáculo de llamaradas sobre el escenario, papelitos que volaron por los aires y fuegos artificiales que enloquecieron a todos los presentes. “Que energía más increíble. Gracias mi gente por tanto cariño, no quería dejar de despedirme de Argentina que tiene ese cariño tan bonito”.
Un momento de tensión en medio del show
Cuando el show promediaba su mitad, se vivieron algunos minutos de tensión luego de que uno de los efectos con fuego que daban vida al recital provocara un pequeño incendio en la parte superior de la estructura del escenario. Preocupado por la seguridad de todos los presentes, Daddy Yankee frenó el concierto y pidió calma para poder apagar la llama que se suspendía sobre su cabeza.
“Mi gente, calma, calma que esto lo vamos a resolver”, expresó el artista llevando tranquilidad al público. “Hermanito por favor no hagas eso, asegura tu vida primero, no ponga su vida en riesgo”, le gritaba al hombre que subió hasta la parte más alta del escenario para sofocar el fuego. “Cuidado, la seguridad antes que nada. ¡Cuidado pana, la seguridad primero! Vamos a continuar cuando se termina eso. Un aplauso para esta gente que está acá resolviendo”, expresó Yankee mientras una brigada copaba el escenario para despejarlo y la gente de seguridad le pedía al público que diera unos pasos hacia atrás para evitar cualquier tipo de tragedia.
“Ahora seguimos, pero me tienen que dar la venia de que esto está bien, de que mi público y mi gente van a estar bien”, volvió a repetir el artista, que se quedó a un costado del escenario controlando que nadie salga herido y asegurándole a la gente que iba a retomar el concierto en pocos minutos. “Muchas gracias por su paciencia, son cosas que pasan en vivo. Lo primordial gente es que tengamos un buen show, pero por encima de eso, que ustedes estén bien”.
Después de unos diez minutos de trabajo, el equipo de emergencia logró sofocar la llamarada dando luz verde para que la fiesta continué. “Una bulla para esta gente que está haciendo todo lo posible para seguir. Es solo un minuto y después seguimos con la candela, con el fuego, pero en la tarima y por el baile”, bromeó Yankee antes de retomar el show.
Una despedida cargada de éxitos
Tres cambios de vestuario, un escenario en dos niveles y cuatro pantallas enormes vistieron el show con el cual Yankee se despidió para siempre de la Argentina. “Esta carrera, que ha sido una maratón, al fin ve la meta. Ahora voy a disfrutar con todos ustedes lo que me han dado y regalado. A este género dice la gente que yo lo hice mundial, pero fueron ustedes los que me dieron la llave para abrir las puertas y convertirlo en el más grande del mundo”, anunciaba hace unos meses el artista, que decidió dejar las giras y los escenarios para dedicarse a producir y llevar una vida más tranquila.
“Formalmente, anuncio mi retiro de la música entregándoles mi mejor producto, mi mejor gira de conciertos”, prometía en marzo, y su concierto no defraudó. 32 años de carrera, más de 17 millones de álbumes y 84 de sus canciones en la lista de los Hot Latin Songs son algunos de los números que respaldan a la leyenda en la que se convirtió Daddy Yankee.
“Gracias siempre por ese amor que me brindan cada vez que vengo aquí”, gritaba ante un público que quedó rendido a sus pies y cansado de tanto bailar.
“Llamado de emergencia”, “La despedida” y “Despacito” fueron algunas de las canciones que llegaron promediando el final del show. “Daddy no se va y Daddy no se va, no se va y Daddy no se va”, gritaba la gente que deseaba seguir “perreando” unas horas más.
“Gracias familia por tratarme no solo como un artista, sino como un hermano más, eso vale muchísimo”, decía el cantante emocionado. “Gracias por tratarme como un amigo. A todos los que me invitaron a un asado, a los que me invitan un cafecito por ahí, gracias, porque eso lo valoro más que nada”, agregaba.
Un inflable gigante con la cara de Yankee copó el escenario para las últimas canciones. “Regreso a Puerto Rico diciendo que tengo un país hermosísimo, un aliado, un hermano que es Argentina”, aseguraba el boricua a viva voz mientras se acercaba el tan temido final.
“Gasolina” fue el último tema que interpretó en una noche mágica. “Una canción que se hizo viral cuando no existían las redes sociales”, recordó el artista sobre su primer gran éxito. Con pañuelos naranjas en la mano, el público gritó a viva voz cada palabra del hit con el que el cantante le dio cierre a la noche, mientras un gran show de fuegos artificiales marcaba la despedida de un grande y dejaba nostalgia en los corazones de cada uno de los que fueron testigos del adiós a una leyenda.
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