Cuartetos para todos los públicos
Cuerdas Pop-temporáneas, del violinista Damián Bolotin, y El Club de Tobi

Hora pico
Damián Bolotin
Soniada, Mistonga, Dora, Ida y vuelta, Bullanguera, Un vals para Sofía, Tres minutos con la realidad, Río Sena, Escualo, Perfume evocador, La mesa dulce, Hora pico (Epsa).
Aldorio
El Club de Tobi
Day tripper, Chacarera del entusiasmo, La orientala, Jammin , El Waltersito, Se convertirá, Fuck You, Oh! Ah!, Pepe Corvina, San Anselmo, Cococete, Masacre en los astilleros, y otros (Koala/Epsa).
El cuarteto de cuerdas (dos violines, viola y chelo) es una de las formaciones que con el paso de los años y de los siglos se ha transformado en una de las favoritas para muchos compositores de la música académica. Algunos le adjudican la paternidad a Joseph Haydn, allá por mediados del siglo XVIII. Y aunque no fuera este músico el responsable del invento, a él se le deben varias decenas de obras mediante las cuales se hizo conocido el celebrado cuarteto.
Con el tiempo aparecieron otros que desarrollaron músicas para engrosar y prestigiar el repertorio de los cuatro arcos: Mozart y Beethoven o Shostakovich y Bartók (ya en el último siglo) entre una larga lista, hasta llegar a la actualidad, con el trabajo realizado por dos agrupaciones fundadas durante la primera mitad de la década de 1970: el Arditti Quartet y el Kronos Quartet. El primero y muy elogiado conjunto se dedicó a la música académica del siglo XX con un importante catálogo de estrenos. El otro fue capaz de recorrer el repertorio académico y pasar a la composición popular. Grabó música de Bartók, Alban Berg y Philip Glass, y también de Thelonious Monk y Jimi Hendrix. Sin prejuicios, dedicó discos a la música de Africa, a la de México ("Nuevo", un disco con canciones de Agustín Lara y Café Tacuba, entre otros) y a la de Piazzolla. A principios de los noventa publicó "Five Tango Sensations", con la participación del bandoneonista.
Por todo lo anterior, a estas alturas no debe sorprender la aparición de discos como "Aldorio", el segundo de los uruguayos de El Club de Tobi, y "Hora pico", flamante debut del grupo que lidera el violinista Damián Bolotin.
A quienes estén interesados en la música de El Club de Tobi quizá poca curiosidad les despierte el material de Bolotin. Y los que quieren escuchar a este violinista que se destaca en la escena tanguera tal vez pasen de largo de la batea donde se ubique el material de los muchachos de Tobi. Pero, desde el vamos, se trata de cuartetos de cuerdas y, si hubiera favoritismo por uno de estos discos, eso alimentará la idea de lo variada que puede ser la oferta para esta clase de formaciones.
Con el arco invicto
Ya desde el nombre de su agrupación, Cuerdas Pop-temporáneas, Bolotin jugó con la idea de lo popular y lo contemporáneo. El tema de arranque -lo tituló "Soniada" y seguramente refiere a Sonia Possetti, compositora de algunos temas de la placa- es un tangazo, lo mismo que la composición de la tercera pista. Sin embargo, por el lenguaje y la construcción de otras piezas, se nota su intento de ampliar el abanico estilístico. Los toques tangueros (en marcas rítmicas, intenciones o diseños melódicos) son evidentes, pero no actúan como factor excluyente de otras formas.
La manera de evitar el encasillamiento se nota hasta en un detalle de la gráfica del CD. En la lámina de contratapa, por ejemplo, donde figura el repertorio, el diseño parece el de tantos álbumes de música clásica. Es de esos en que se escribe primero el nombre del compositor, la fecha de nacimiento y la de fallecimiento (si correspondiera). Aquí se lee: Damián Bolotin (1965), Sonia Possetti (1973) y Astor Piazzolla (1921-1992).
Las características de estas piezas, surgidas de tres compositores, conforman un material homogéneo, pero no porque la producción haya sido sencilla. Hubo varios desafíos: mostrar temas inéditos (pues sólo tres son de Piazzolla), explorar caminos para que su labor artística evolucionara, trabajar en detalle el funcionamiento de los instrumentos para aplicar variados recursos (desde los desarrollos similares a los de formaciones tangueras convencionales hasta el empleo de las cualidades propias de este cuarteto) sin limitar el arreglo a una sola fórmula y, por último, encontrar rasgos propios y distinguibles para que se notara que se trata del cuarteto de Bolotin y no del de otro músico. Al final de esta especie de primer tiempo de partido (45 minutos más 3m 20s de tiempo adicional) el violinista termina con el arco invicto.
Creatividad para el cover
El segundo CD de Tobi es bien ecléctico, tal vez porque estos músicos crean con un desprejuicio rockero. Hay que aclarar de entrada que en muchas composiciones intervienen baterías, trombones, acordeones y guitarras eléctricas, aunque la base del proyecto siga siendo el conjunto de cuerdas frotadas. Por allí aparece una chacarera, una milonga y piezas de difícil clasificación, en que los arcos pierden protagonismo para darles lugar a los instrumentos "invitados". Todo eso hace que el rumbo que toma el cuarteto sea difuso.
Pero se rescatan algunas joyitas. Las versiones de temas de los Beatles, de los Redonditos de Ricota (algunas de las cuales habían incluido en el CD anterior) y Bob Marley es lo que más llama la atención. "Day Tripper" arranca con acentuaciones caribeñas y luego entra en una descarga presentada casi como una improvisación sobre el motivo principal del tema. "Jammin" suena a puro reggae de pizzicati y de la dupla Indio Solari-Skay Beilinson funden los compases de "Masacre en el puticlub" con fragmentos de "El pibe de los astilleros". Con el mismo buen criterio para los arreglos, hacia el final del CD ofrecen "Vencedores vencidos". Temas como estos son los que le permiten al cuarteto rockero de cuerdas seguir llamando la atención.
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