Cuál fue la primera canción de un mundial, qué selección grabó la de su país y qué pasó con el tema en inglés de Italia 90
Las canciones mundialistas tienen su propia historia: la de México 86 y la de Italia 90 son las más queridas por los argentinos, pero hay anécdotas jugosas en torno a las demás que vale la pena recordar
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Los Ramblers están de gira: “La leyenda continúa” se llama este tour que los está llevando por todo Chile para celebrar su 60° aniversario con la música. Son una institución en el rock trasandino, pioneros en el género en épocas en las que Elvis Presley todavía era el Rey indiscutido y los Beatles apenas daban sus primeros pasos como banda en Liverpool. Sin embargo, más allá de su relevancia para la escena musical de su país, Los Ramblers tienen un logro en su carrera que los hace trascendentes en todo el planeta: hicieron la primera canción de un mundial.
Cuando hablamos del tema oficial de la Copa del Mundo FIFA, sin duda nueve de cada diez futboleros y futboleras pensarán en el mismo: “Un’estate italiana”, cantada por Gianna Nannini y Edoardo Bennato para Italia 90. La emotividad de la interpretación, la perfección melódica del estribillo y la épica del paso de la Selección Argentina por aquel torneo (borrando a Brasil con un gol inolvidable, avanzando por penales contra Yugoslavia e Italia y perdiendo la final contra Alemania por un penal injusto, todo con un Diego Armando Maradona que hacía de tripas corazón con su tobillo maltrecho) se confabularon en un combo que, 32 años después, sigue erizando la piel a todo aquel que lo vivió o se lo contaron. Sin embargo, esa tradición ya tenía, a esa altura, casi tres décadas: Jorge Rojas, líder de Los Ramblers, compuso “El rock del mundial” para alentar a su selección (y porque había sido compañero de colegio de dos jugadores del plantel, Jaime Ramírez y Leonel Sánchez), se convirtió en un éxito de ventas a medida que Chile fue avanzando en la competición (salió tercero tras el campeón Brasil y el sub, Checoslovaquia) y fue reconocida por la FIFA como la primera canción oficial de un Mundial.
Poco y nada trascendió de la música de las copas siguientes: “World Cup Willie (Where In This World We Are Going)”, interpretada por el ídolo de los Beatles, Lonnie Donegan, fue la canción de Inglaterra 66, mientras que Los Hermanos Zavala le pusieron banda de sonido al primer campeonato disputado en su país con “Fútbol México 70″.
Alemania 74 inauguró una costumbre en lo que a música de mundiales respecta: la de la canción “paralela” que trasciende por sobre la oficial. “World Cup Fanfare”, una fanfarria compuesta por el artista Werner Drexler, es la que figura en los papeles pero hubo dos composiciones que la superaron en popularidad: “Futbol” de Maryla Rodowicz (interpretada por la cantante en la ceremonia inaugural) y “Fußball ist unser Leben”, tema de Jack White (homónimo teutón de nuestro reciente visitante) que grabaron los mismos jugadores de la plantilla que integraban “monstruos” de la talla de Franz Beckenbauer y Gerd Müller.
Así llegamos a Argentina 78, que también presentó esta dualidad. El Ente Autárquico Mundial ‘78 le encargó una composición nada más y nada menos que a Ennio Morricone, pero -siendo instrumental y habiéndose publicado apenas días antes de la Copa- no logró despertar pasiones. La reemplazó en el favor popular la “Marcha Oficial del Mundial ‘78″ (”25 millones de argentinos / jugaremos el Mundial…”) escrita por Martín Darré e interpretada por la Banda Sinfónica de la Ciudad de Buenos Aires y el Coro del Teatro Colón.
Sin pena ni gloria pasó la canción de Plácido Domingo para España 82, mientras que en México 86 se dio uno de los casos más rotundos de canción oficial desplazada por una alternativa. La balada “A Special Kind of Hero” de la cantante británica Stephanie Lawrence quedó totalmente eclipsada por la tonada que todos los argentinos recuerdan con la mayor de las alegrías: “El mundo unido por un balón”, de Juan Carlos Abara. Hay que sumarle a la memoria de aquel torneo a Valeria Lynch entonando con todo fervor “Me das cada día más”: no fue parte del cancionero oficial pero se usó en el documental Héroes por ser una de las favoritas de Diego, tras lo cual quedó para siempre asociada al imaginario de aquel Mundial perfecto para nuestra Selección.
Así llegamos a Italia 90 y “Un’estate italiana”, la canción del mundial definitiva. Una trivia interesante sería preguntar qué tiene en común este tema con los hits “Take My Breath Away”, de Berlin (de la banda de sonido de la película Top Gun) y “Meet Me Half Way”, de Kenny Loggins (soundtrack de Halcón, mítica película ochentosa de pulseadas con Sylvester Stallone). La respuesta es la siguiente: a todas las compuso el gran Giorgio Moroder en dupla con el letrista Tom Whitlock. No muchos saben que antes de la versión en italiano se grabó una en inglés que, se suponía, sería el tema oficial: “To Be Number One”, interpretada por un grupo armado para la ocasión (Giorgio Moroder Project, con los cantantes Joe Milner, Moll Anderson y Paula Mulcahy Keane). Sin embargo, el idioma de Shakespeare no le hacía justicia a la emotividad de la melodía y la convocatoria a Gianna Nannini y Edoardo Bennato para regrabarla en italiano terminó alineando los planetas.
Este acercamiento al pop hizo que en 1994 Estados Unidos le encargara su tema oficial a Daryl Hall (“Gloryland”) y que Francia hiciera lo mismo con Ricky Martin cuatro años después (“La copa de la vida”). Y hasta este torneo se extiende la era de oro de “la canción del Mundial”: muy poco recordadas son las que vinieron después, con excepción del hitazo “Waka Waka”, de Shakira, para Sudáfrica 2010. Buena parte de la culpa de que no hayan perdurado en la memoria temas como “Boom!” (Anastacia, para Corea-Japón 2002), “The Times of Our Lives” (Tony Braxton & Il Divo, de Alemania 2006), “We Are One (Ole Ola)”, de Pitbull, Jennifer Lopez y Claudia Leitte,para Brasil 2014, o “Live It Up”, con Nicky Jam, Will Smith, Era Istrefi y Diplo, para Rusia 2018, es de la diversificación del concepto “canción del Mundial” por la aparición de composiciones propuestas por sponsors oficiales. Coca-Cola, por ejemplo, lanzó “Wavin’ Flag” de K’Naan (y, en su versión en español, David Bisbal) para Sudáfrica 2010; “Colors”, de Jason Derulo para la última copa y la olvidada “El mundo es nuestro”, de Tan Biónica, para alentar a la Argentina en Brasil 2014. En Qatar 2022, la cerveza Budweiser juntó a Tears for Fears con el rapero Lil Baby para “The World is Yours To Take”, e integró al combo a Paulo Londra para el mercado hispanoparlante.
Finalmente, se agregan al pelotón las canciones extraoficiales de artistas que intentan subirse a la fiebre mundialista. Ejemplos sobran: desde Machito Ponce (“Por otra noche mágica”) hasta Jóvenes Pordioseros (“Argentina), pasando por La Mosca (”Muchachos, hoy nos volvimos a ilusionar”), nunca faltan los compositores que encuentran inspiración en la justa deportiva. Motivación no les falta: así fue como Los Ramblers impusieron su creación y dispararon una tendencia que perdura sesenta años y quince mundiales después.