Cosquín, inundada de rock más allá de la lluvia
Más de 25 mil personas esquivaron los charcos en San Roque y celebraron los shows de Ratones Paranoicos, Las Pelotas e Intoxicados
COMUNA DE SAN ROQUE.- "Hoy no estoy muy telefónico", disparó Juanse, en medio del set impecable de Ratones Paranoicos. Y hacía bien en estar "poco telefónico", porque para su banda, en el atardecer de anteayer la comunicación pasaba exclusivamente por lo musical. A un año de un set para el olvido en el mismo predio de San Roque, el cuarteto se convirtió en un combo poderoso de rock y blues, potenciado por el bajo y el contrabajo eléctrico de Pablo Memi y por los aportes de la armónica mayor de Buenos Aires: Rubén Gaitán, vestido de riguroso blues brother .
Sí, Memi está de regreso y, con él, cierta magia, cierto color que, entre otras cosas, diferencia a Ratones Paranoicos de ese puñado de bandas sin matices que los precedieron en escena: Ojos Locos, El Bordo, Pier. Con Memi como estratega, su coéquipier en la base, Roy y la guitarra de Sarco lucen ajustados y se permiten despegar del plan trazado en varios pasajes. A Juanse también se lo ve más certero y fresco, como si estuviera cantando por primera vez clásicos como "El rock del gato" (con Alejandro Sokol como invitado quien, tras el show de su banda, volvería a subir con Intoxicados). Así, le dejaban el escenario mayor a Las Pelotas en estado de rock.
Con el inicio de Las Pelotas cayeron las primeras gotas y una lluvia apaciguadora bajó la temperatura y mojó las miles de cabezas quemadas por el sol. Para ser algo precisos, más de 25 mil personas concurrieron al segundo día de Cosquín Rock 2008. Pero esa caricia que llegó del cielo daría paso dos horas después a un aguacero que le dio al muy buen show de Intoxicados un halo heroico, con sus fans chapoteando mientras su héroe cantaba: " sos una perra, mi amor" .
Volvamos a Las Pelotas, que no por ofrecer un set de esos a los que nos tienen acostumbrados podemos pasar por alto. Germán Daffunchio y los suyos se lucieron con ese rock oscuro, sucursal directa de la Londres de fines de los 70, que tan bien interpretan. Sus composiciones redondas y profundas encuentran en la ejecución el complemento ideal: Daffunchio cada día toca (la guitarra) y canta mejor; Gabriela Martínez (bajo) y Gustavo Jove (batería) son el colchón donde el resto descansa plácidamente, Tomás Sussman (guitarra) es el vértigo medido y Sebastián Schachtel, el tecladista y director musical en escena, suerte de DT dentro de la cancha. ¿Y Sokol? El sigue siendo el "Bocha de la gente", al que todo se le perdona por ser dueño de un mito que hace años superó a la persona. Un dato: la interpretación de "Esperando el milagro", con toda la gente "pisando sin el suelo", fue hasta aquí el momento de mayor impacto en este festival de rock.
Anteayer el escenario temático fue punk (Los Violadores, Cadena Perpetua y 2 Minutos cerraron la grilla de ese tinglado) y el más pequeño volvió a sufrir por las inclemencias del tiempo. Es como La Pinta de Cosquín Rock, el más pequeño y débil a la vez. Como el viernes, volvió a cancelar parte de su programación ni bien llegó la lluvia: Vetamadre tocó sólo cuatro temas y Rescate no pudo subir a hacer o suyo.
Precisos y con un Pity Alvarez muy inspirado, los Intoxicados abrieron con una puesta en escena humilde: cuatro parroquianos sentados a una mesa, aguardando a la banda. Potenciados por una sección de vientos, una percusión y una batería extra y un teclado, lograron salir ilesos de cada uno de sus intentos: los rocks marginales alla Viejas Locas y los tramos disco-funks con exquisitos detalles incluidos, como unos segundos de la irresistible "Miss You", de Rolling Stones y una versión inmejorable de "Lo artesanal". Luego volvería la lluvia, más intensa y prolongada que el día anterior, y una actuación cargada de estoicismo de Los Gardelitos, encargados de bajar la cortina de la segunda jornada. Anoche, en tanto, el festival cerraba con León Gieco y Los Piojos.