El comunicado que SADAIC emitió el viernes en su sitio web, anticipando la implementación de un arancel sobre eventos en vivo o diferidos que se produzcan en las redes sociales y otras plataformas digitales, generó repudio por parte de músicos, productores y diferentes actores de la industria de la música que se ven afectados por el impacto de la cuarentena en los espectáculos en vivo.
Entre las distintas pasiones y confusiones que se dispararon a partir del anuncio, la Sociedad Argentina de Autores y Compositores de la Música explicó a Rolling Stone que busca ir tras aquellos shows que tengan una entrada o admisión paga, como también los que sean bajo suscripción o auspiciados por una marca. La decisión se consumó con el surgimiento de distintos eventos masivos digitales como el Quilmes Rock: a ese proyecto virtual, que se realizó el 9 y 10 de mayo, se le cobró un canon considerando que una compañía de consumo masivo (local o regional) hizo uso de música, tomando un espectáculo como plataforma de venta o promoción de un producto. "Lo único que no estaba contemplado en el acuerdo era la parte de autor y compositor, que a veces puede ser el mismo intérprete y muchas veces no", explica Víctor Yunes, vicedirector general de SADAIC.
Consultados sobre los distintos puntos que aborda esta nueva tasa a "los recitales, conciertos, festivales y similares en el entorno digital", los directivos del organismo defendieron la decisión, que, aunque todavía no se implementó, ya cuenta con algunas cláusulas en disputa.
"Cuando los recitales van por internet, sea una plataforma pública u otro sistema como Zoom o cosas por el estilo, nosotros arancelamos ese recital y aplicamos el mismo porcentaje de 12% que cobramos en un entorno físico. Supongamos, los productores facturan $100.000 en total de entradas por ese show online, nosotros cobramos 12% de eso", dice Guillermo Ocampo, director general de SADAIC.
El problema que enfrenta esta modalidad es que mientras en un evento físico es posible hacer un reporte de la cantidad exacta de tickets cortados, en el universo online las visualizaciones oscilan durante todo el show. Y pese a que la tarea de extraer un reporte del volumen real de espectadores se vuelve algo complicado, SADAIC le pide a los productores del evento que notifiquen cuántos asistentes tuvo. "Si no tenemos información sobre el evento, habría probablemente que aplicar una entrada por analogía", dice Ocampo, sobre el proporcional que podrían cobrar a los organizadores. "Soy totalmente consciente de las limitaciones que tiene esto, porque en el mundo digital la gente entra y sale, no es como cuando uno ve un show en River".
Tomar un valor por analogía no es un método riguroso. Se realiza de manera comparativa para determinar un número de forma rápida y muchas veces "a ojo" o por experiencia: estimando otras obras o eventos similares como punto de partida, se establece un rango de proporción a la magnitud del evento. De ocurrir una situación como la del Movistar Fri Music, que computó alrededor de 2 millones de espectadores, se tomaría como base de recaudación otro evento que, según SADAIC, sea de características similares, porque afirman que basarse en una aplicación del arancel sobre la cifra de 2 millones "no tiene sentido y sería impagable".
A pesar de que en un principio se entendió que los live gratuitos vía Instagram, Facebook o Youtube sí iban a estar contemplados, desde SADAIC aseguran que esta medida no alcanza a los shows que no cobren entrada. Pero sí toma otra dimensión cuando hay una marca involucrada. Lo que Ocampo aclara en base al comunicado es que los $250.000 a $400.000 son montos que debería pagar la marca auspiciante, no el productor del evento ni el artista. En un episodio normal de un show con entrada con cargo pero sin auspicio, cualquier productor argentino pagaría solo el 12% de la recaudación. En contraposición, de haber un show sin entrada paga pero con auspicio, solo la marca patrocinante debería afrontar el arancel de $250.000 a $400.000, dependiendo de las plataformas que se usen para el evento.
Por otra parte, actualmente SADAIC tiene convenios de licencias con las distintas plataformas digitales a quienes les carga un impuesto por el uso de música. "SADAIC tiene acuerdos arancelarios hace tiempo con Spotify, Youtube y Facebook. Empieza entre el 10% y el 11% que viene de la publicidad que ellos reciben y de ahí disponen un porcentaje para el pago del uso de obras musicales en su plataforma", dice Yunes. Desde el organismo aclaran que aparte de esa licencia, "en caso de los live, nosotros vamos a cobrar nuestros derechos cuando alguien tiene un interés comercial más allá de la comunicación o promoción".
Sin una implementación arancelaria transparente, todavía existen grises. Tomando como ejemplo un evento virtual como la Fiesta Bresh, que si bien no es presentada directamente por un sponsor pero sí tiene la imagen de una compañía de delivery en la escenografía de sus DJ sets hogareños, SADAIC considera ese tipo de patrocinios o product placements como publicidad indirecta. No se trata de un aviso tradicional, pero que, de ser identificable, se le pueden cargar tasas. "Nosotros en ese caso podríamos decirle a la marca que debería pagar el arancel. Ahí le podríamos cobrar a la compañía por concepto de música en publicidad", aclara Ocampo. "Esto no crea que se sacó de buenas a primeras. Es necesario regularlo para que todo el mundo tenga claro cómo son las reglas del juego".
El martes se realizará la asamblea anual de SADAIC. En una sesión virtual, la Sociedad de Autores y Compositores explicará los alcances de esta nueva medida y sus asociados buscarán debatir los puntos más cuestionados. "Necesitamos primero ser cautelosos y entender las implicancias del comunicado", dijo a Rolling Stone Ana Poluyan, manager de Los Pericos y vicepresidenta de la Asociación Civil de Managers Musicales Argentinos (ACMMA).
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