Cómo un estudiante de intercambio logró que Estados Unidos y el mundo se pusieran a bailar al ritmo de Roxette
Apenas se supo de la muerte de Marie Fredriksson, los portales se plagaron de notas que recordaron a Roxette, el dúo que la cantante formó junto a Per Gessle y que dejó hits como "It Must Have Been Love", "Listen To Your Heart" y "The Look", el tema que los hizo conocidos en todo el mundo. Y que involucró, en su origen, una historia no tan conocida de flechazo musical, golpe de suerte y una convicción a prueba de incrédulos. Una acción sin la cual, aunque suene exagerado, Roxette quizás no hubiese alcanzado el renombre mundial que finalmente obtuvo. O habría tardado algunos años más en alcanzar.
"La calidad de Roxette era tan alta que habrían despegado sin mi ayuda. Estoy seguro", relativiza hoy Dean Cushman, el protagonista de esta historia, a treinta años de su "gesta", en un testimonio reciente recogido por la cadena CBC. "Sí reconozco haber aportado mi granito de arena. Me siento como el dueño de un local de lotería que vendió el boleto ganador. Y el ganador fue Roxette", grafica.
¿Qué hizo este oriundo de Minneápolis, Minnesota, hoy de cincuenta y tres años de edad, pero entonces un veinteañero atrapado como tantos en el pop-rock más radial? Nada menos que abrirles las puertas de su país, siempre esquivas cuando se trata de una banda extranjera que no sea inglesa, a la que sería la banda sueca más importante de la historia después de Abba, y sin tener ningún contacto de la industria. Sólo un genuino entusiasmo.
La historia arranca a fines de 1988 con Cushman, recientemente llegado de un intercambio en Suecia, caminando sonriente hasta la radio de su universidad y entregándole al programador el CD que llevaba en la mano. "Por favor escuchalo. Es una bomba", le dice al DJ que lo mira con algo de escepticismo: ¿cuántas veces le habían dicho lo mismo? Demasiadas. El CD de Roxette, entonces, queda ahí. Junto a tantos otros. Ya lo escucharía. Alguna vez.
Yo sabía que las bandas y canciones europeas podían tardar un tiempo en llegar a los Estados Unidos. Pero también sabía que 'The Look' era una canción que podía gustar de verdad
Pasan los días y cuando Dean observa que "The Look" no suena en la emisora, toma una decisión que cambiaría el curso de la historia: insistir. Regresa a la oficina del DJ y vuelve a contarle lo bueno que a su juicio era ese dúo hombre-mujer de pelos cortos y puntiagudos. "Yo sabía que las bandas y canciones europeas podían tardar un tiempo en llegar a los Estados Unidos. Pero también sabía que 'The Look' era una canción que podía gustar de verdad. Así que me dije: ¿por qué no?", contó en testimonio para el sitio Huffpost.
Y era real: ya para entonces, Roxette tenía todo el potencial para convertirse en un nuevo A-Ha o Abba de esos años noventa que estaban a punto de arrancar. Sus temas trepaban en varios rankings de Europa y no había dudas de que "The Look", su último corte, el cuarto del álbum, tenía "algo" especial. "Me resultaba muy divertido y pegadizo. Me encantaban las voces. Realmente te hablaban", señala con acierto Dean.
Lo que no sabía es que en Estados Unidos el dúo había sido rechazado terminantemente por los principales sellos. Y que en su país no había ni una sola copia disponible de Look Sharp, el disco que contenía "The Look". La única persona que en ese momento estaba insistiendo por la banda era él. Y lo hacía con tal entusiasmo que Brian Phillips, el DJ universitario, decidió darle una oportunidad.
"Bueno", aceptó. "Lo pasaremos una vez. Pero sólo una. A ver si es tan buena como decís". Y la incluyó en un segmento -formato habitual en las radios aún hoy- que enfrentaba a dos canciones y dejaba al voto de los oyentes la decisión de cuál de las dos se mantendría al aire.
"The Look" arrasó. Dean sonrió con satisfacción y el derrotado Phillips cumplió su promesa. Le empezó a dar aire. Una vez. Dos veces. Tres. Y cada vez que lo hacía nuevos oyentes llamaban pidiendo más. "El asunto empezó a salirse de las manos", recuerda Cushman. "Cuando quisimos ver ya nos estaban pidiendo el tema de otras radios universitarias. Phillips tuvo que ponerse a hacer copias para poder cumplir con sus colegas. Yo no lo podía creer".
Pero no fue suficiente. Puesta a sonar en las radios college de la zona, la demanda por más Roxette explotó -"se viralizó" diríamos hoy- y de repente ya no alcanzó con "The Look"; también empezaron a pedir "Dangerous", "Dressed for Success", "Listen to Your Heart", los otros cortes de Look Sharp. Roxette se convirtió en uno de los grupos de moda de ese verano del 89 (invierno de Argentina) y a la industria, al fin, no le quedó alternativa que tomar nota.
Una mañana de esa misma temporada, entonces, a miles de kilómetros de ese fenómeno inesperado, Per Gessle, el cantante y compositor de Roxette, se levanta a la hora habitual y mientras desayuna y escucha los mensajes de rigor encuentra uno que le llama la atención. Habla de boom en los Estados Unidos, de organizar urgente una gira allá. "Qué raro", piensa. "¡Si ni siquiera tenemos editado el disco ahí!". Lo toma como un error. O una broma de mal gusto. Pero resulta ser muy cierto.
Apenas se reúne con Marie Fredriksson constatan que el boom es real y que la propuesta del sello es organizar una visita allí lo más rápido posible para aprovechar el golpe de suerte. Se ponen manos a la obra y arman en tiempo récord una primer gira promocional que también tuvo en cuenta la firma de papeles y trámites para finalmente editar Look Sharp allá. Cuando arriban el clima de aceptación es total y en pocas semanas "The Look" pasa del top 50 en el ranking de Billboard a inesperado número uno.
"Era absolutamente increíble, no entendíamos nada. Todos se paraban y se inclinaban apenas entrábamos a una habitación, como si fuéramos verdaderas estrellas de rock", destacaba todavía incrédula Fredriksson en una entrevista de la época. "¡No sé cuántas veces dije la palabra increíble en las últimas dos semanas!", señalaba.
En Argentina, el boom se replicaba. "The Look" se convirtió en una de las canciones más escuchadas de ese 1989 hiperinflacionario, compitiendo en los asaltos adolescentes con "Oh L'Amour", de Erasure; "Pump up the Jum", de Technotronic; "Domino Dancing", de Pet Shop Boys, y con créditos locales que sonaban desde hacía un par de temporadas, como "Yo te avisé", de Los Fabulosos Cadillacs, y "El ritual de la banana", de Los Pericos.
"Caminando como un hombre, golpeando como un martillo, ella es una estafa juvenil, nunca abandonó nada, saboreada como una gota de lluvia. Ella tiene el look". Los primeros versos del tema -tras el riff inicial bien estridente y rockero para los estándares tecno-pop de la época- sugieren una protagonista que va por el mundo sin temor y sin medir demasiado las consecuencias. Una femme fatale posmoderna que, gracias al videoclip -un puesta en escena en una casa derruida-, no costaba asociar con Marie Fredriksson, más allá de que más adelante revelaría una fragilidad interpretativa que matizaría en parte esta primera impresión.
"Escribí esos primeros versos medio como asociación libre, como excusa para tener algo para cantar. Y después, como no encontramos nada mejor, quedaron", reveló Gessle sobre la génesis del tema que también tuvo en el horizonte a los ZZ-Top para darle ese filo rockero. "The Look", efectivamente, fue una bomba que llegó al tope de los rankings en diez países y se convirtió en icónico de la banda, quizás su hit más representativo. El que les dio una primera identidad global y les permitió pasar de pantalla.
¿Qué pasó con Cushman después? Su historia tuvo al principio cierta notoriedad en la prensa de Estados Unidos, al punto de que en un par de entrevistas los Roxette debieron rechazar los rumores de que le habían pagado para que recomendara "The Look" la primera vez. "Tampoco somos pareja ni estamos divorciados", bromeaban Per y Marie, ya duchos en tratar con la prensa y sus prejuicios de época.
Por los demás, lo que la mayoría llegado a este punto quiere saber -si hubo encuentro cara a cara entre la banda y el fan que les cambió la suerte- hay que decir que sí, que sucedió ya en el primer viaje. Y que el vínculo se mantuvo por los años. "La radio organizó una fiesta de recepción y me invitaron. Tanto Per como Marie estaban sorprendidos con el éxito que estaban teniendo y en todo momento se mostraron agradecidos conmigo. Fueron muy cariñosos. Y luego compartimos varios backstages y cenas", cuenta Dean, que también recibió una réplica en oro de "The Look" y pasajes para poder asistir a futuras giras en Suecia, donde no casualmente terminó conociendo a su esposa con la que todavía está casado.
Cuando se conoció la noticia de la muerte de Fredriksson, a los 61 años a causa de una recaída de un cáncer que se trataba desde hacía años, la historia de Cushman volvió a salir a la luz. "Fue muy triste enterarme", expresó. "Realmente la voy extrañar, aunque me reconforta saber que su música resistió el paso del tiempo y seguirá viva por mucho tiempo más". Así es.
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