“Cocaine”, la canción que Eric Clapton volvió a tocar... después de rehabilitarse
El clásico de JJ Cale encontró su versión definitiva en las “manos lentas” de Clapton; eso sí, no siempre el guitarrista y cantante inglés estuvo dispuesto a tocarla en vivo
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Es imposible pensar en “Cocaine” sin que se aparezcan en la mente el riff característico ejecutado por la Fender Stratocaster de Eric Clapton y esa voz rasgada, casi rota, que entona “If you wanna hang out/ you’ve gotta take her out/ cocaine” (“Si querés pasar el rato/ tenés que sacarla/ cocaína”). Pero lo cierto es que el tema, uno de los más exitosos de la carrera solista de Clapton, fue compuesto por otro músico un poco menos popular que el inglés: John Weldon Cale, mejor conocido como J.J. Cale.
Nacido en Oklahoma, Estados Unidos, J.J. Cale fue uno de los pioneros del sonido de Tulsa, una ciudad del mismo estado que se hizo conocida por ser el rincón donde el blues se combinó con algunas pizcas de rockabilly, country e incluso jazz, para formar un subgénero nuevo. Rocky Frisco, Leon Russell y el propio Clapton, entre otros, forman parte de esta corriente que tuvo su auge a finales de los 50 y principios de los 60, pero que siguió desarrollándose décadas después para llegar a influenciar a guitarristas como Mark Knopfler, de Dire Straits.
Cale pasó su adolescencia en Tulsa, donde aprendió a tocar y construyó su propio estudio de grabación. Cuando le tocó hacer el servicio militar eligió la Fuerza Aérea y se interesó por la electrónica, conocimiento que sería clave para la creación de su sonido. El documental “To Tulsa and Back: On Tour with J.J. Cale” (2005), del director Jörg Bundschuh, sirve para conocer a un tipo común y corriente que siempre esquivó los flashes pero que le dio un vuelco a la historia de la música norteamericana.
“Cocaine”, de hecho, no fue la primera canción de Cale que grabó Clapton. En 1970, el guitarrista inglés editó su primer disco como solista y en el lado A incluyó una enérgica versión de “After Midnight”, el tema que el de Oklahoma había lanzado en 1966. El cover fue una sorpresa para Cale y también una invitación para grabarlo nuevamente y así relanzar, de alguna manera, una carrera que no terminaba de despegar.
La ambigüedad de “Cocaine”
La versión original de “Cocaine” es un gran ejemplo de la combinación sonora de Tulsa, y la comparación es inevitable. Aunque son bastante parecidas entre sí, la “Cocaine” de J.J. Cale -que forma parte de su cuarto álbum, Troubadour (1976)- parece tener un poco más de groove. Pero la de Clapton -que abre su quinto disco, Slowhand (1977)- cuenta con los solos de guitarra imbatibles de uno de los mejores exponentes en la materia. No hace falta elegir una favorita, las dos pueden convivir perfectamente, pero no hay dudas: la de Clapton eclipsó a la de Cale, aunque le terminó generando algunos dolores de cabeza.
Entonces, ¿la canción habla a favor o en contra de las drogas? “Si tenés malas noticias / querés patear la tristeza/ cocaína/ Cuando tu día terminó/ Y querés seguir adelante/ cocaína”. Eric Clapton creyó durante mucho tiempo que el mensaje de “Cocaine” era ambiguo, por eso dejó de tocarla en vivo. Pero luego de su rehabilitación, a mediados de la década de 2000, empezó a incluirla nuevamente en su reportorio, aunque con una salvedad: en la segunda vuelta del estribillo, él y su banda gritan “¡dirty cocaine!” (sucia cocaína).
“Pensé que podría estar dándole un mensaje equivocado a la gente que estaba en el mismo barco que yo -explicó Clapton en aquel entonces-. Pero una investigación más profunda demostró que la canción, en todo caso, ni siquiera es ambivalente, es una canción antidrogas”.
El documental Eric Clapton: Life in 12 Bars (2017), del director Lili Fini Zanuck, cuenta la historia de este héroe de la guitarra que tocó con todos, desde Ray Charles hasta B.B. King, pasando por los Beatles o Aretha Franklin, que redefinió el sonido del blues desde Inglaterra hacia los Estados Unidos, y que era capaz de tomarse dos botellas de vodka por día acompañadas de cocaína o heroína. En Clapton (2007), su autobiografía, hace el cálculo y asegura que gastaba el equivalente a 8.000 libras (unos 16.000 dólares) por semana en heroína.
Después de décadas de consumo y de una larga batalla interna para dejar las drogas de una vez por todas, Clapton sintió la necesidad de volver a tocar “Cocaine” en sus recitales porque extrañaba hacer ese riff de guitarra que se volvió un ícono. Porque como se encarga de decir en cada entrevista, lo que lo salvó al fin y al cabo fue la música. “La presencia de la música en mi vida siempre fue un elemento de salvación. No necesariamente tocarla, sino el simple hecho de ser consciente de ella, de escucharla, eso me mantuvo en movimiento”, explicó.
Cale-Clapton, la cumbre
J.J. Cale murió de un paro cardíaco a los 74 años, en San Diego, California. Por fortuna, siguió haciendo música hasta casi el final de sus días. Y de su último trabajo, lo más recordado será por siempre The Road to Escondido, el disco que grabó junto a Eric Clapton.
En 2006, Cale se juntó con Clapton para saldar una deuda que tenían con la historia del rock. Esta cumbre, que al principio iba a ser una simple producción y después se convirtió en un disco, tuvo como resultado un premio Grammy al Mejor álbum contemporáneo de blues. El norteamericano escribió 11 de las 14 canciones que componen el laureado The Road to Escondido, que también cuenta con la participación de Brownie McGhee, Billy Preston, Derek Trucks, Taj Mahal, John Mayer, entre muchos otros peso pesados del género.
La unión fue motorizada por Clapton, que en 2004 invitó a Cale a tocar al Crossroads Guitar Festival, en Dallas. Después de décadas de afinidad musical, y de retroalimentar sus respectivas carreras, era una de las primeras veces que se juntaban y la química fue instantánea. En YouTube se los puede ver tocando “After Midnight” y “Call me the Breeze”, enfrentados con sus guitarras, lanzándose miradas cómplices, jugando a la pregunta y respuesta, comunicándose como dos amigos de toda la vida a través de la música.
En The Road to Escondido se hace todavía más evidente la influencia que tuvo Cale sobre Clapton, tanto que es difícil distinguir cuándo aparece uno o el otro. Canciones como “Heads in Georgia”, “Dead End Road” o “Anyway the Wind Blows” no hacen más que confirmar esta simbiosis. Pero a juicio de los fanáticos queda, todavía, una deuda: reconocer el legado de J.J. Cale de manera oficial, por eso insisten en la necesidad de inducirlo al Hall de la Fama del Rock and Roll. Aunque parezca increíble e incluso injusto, todavía no lo nominaron. Eric Clapton, por su parte, es el único músico que fue inducido al Hall de la Fama del Rock and Roll tres veces.
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