Es una tradición más, desde los Bach, los Haydn y los Mendelssohn, uno o más integrantes de la misma familia consagrados a la interpretación musical; a continuación, recorremos algunos de los intérpretes más renombrados del presente que, no por casualidad, comparten apellido, talento y escenario
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Hace siglos, cuando los tiempos avanzaban lentamente, la tradición y las costumbres hacían que los padres formaran a sus hijos en sus propios oficios. Así fue que, bajo aquella lógica, hubo centenares y centenares de hermanos carpinteros, agricultores, pescadores, mineros, alfareros o… músicos. En este sentido, no es ocioso recordar que ser músico, hasta el advenimiento del romanticismo, no era sino detentar un oficio determinado. Entre los hermanos músicos que podemos recordar, están los Bach, los Bononcini, los Stamitz, los Haydn o los Mendelssohn, Fanny y Felix.
En los siglos XX y XXI, son rarísimos los casos de hermanos compositores pero sí hay casos de notables músicos que son hermanos y que tocan juntos. La lista es mucho más larga de lo que una columna periodística semanal puede albergar por lo que, como de costumbre, vayan las disculpas por aquellos que no tendrán lugar en este espacio. Solo por una cuestión de cantidad, parece correcto comenzar con los Hagen, extraño caso de hermanos que no son conocidos por sus nombres ya que Lukas, Angelika, Veronika y Clemens perdieron sus individualidades en Salzburgo, en 1981, cuando reunieron sus voluntades y sus talentos para conformar, concretamente, el Cuarteto Hagen, por cierto, uno de los más notables de las últimas décadas. Dado que la violinista Angelika se apartó del ensamble en 1987, desde entonces, está integrado por tres Hagen y el foráneo Rainer Schmid (segundo violín). El cuarteto, distinguido en 2010 con el ECHO Klassik como el grupo musical más destacado de ese año, sigue esplendoroso y en plena vigencia. Acá, una interpretación, precisamente, de 2010, del primer movimiento del Cuarteto Haydn Nº1, K.387, de Mozart.
Katia nació en Bayona, en 1950, y Marielle, dos años después. Desde los años 70, para todos, ellas fueron y siguen siendo Las Hermanas Labèque, uno de los dúos de pianos más celebrados del último medio siglo cuando se asomaron de Francia hacia el mundo. Siempre juntas, Katia y Marielle no han desarrollado carreras personales. Sus registros discográficos son innumerables y sus presentaciones a lo largo y ancho de todo el planeta, infinitas. El repertorio de Katia y Marielle abarca desde el Barroco a la música contemporánea y no debemos olvidarnos de que también han hecho sus experiencias en el jazz (durante muchos años, Katia fue pareja del gran guitarrista John McLaughlin), el ragtime, el flamenco y el pop. En Los Angeles, justo antes de la pandemia, junto a la Filarmónica de la ciudad dirigida por Juanjo Mena, interpretaron el Carnaval de los animales. Acá, el momento del acuario.
En 1969, cuando como una cantinela se repetía sin fundamentos que los músicos asiáticos eran robóticos, mecánicos e insensibles, en el celebérrimo Ed Sullivan Show se presentó el Trío Chung, integrado por tres desconocidos hermanos, la violinista Kyung-wha, la chelista Myung-wha y el pianista Myung-whun, tres músicos que habrían de tener carreras individuales notables, sobre todo Myung-whun que, como director, ha estado frente a las más prestigiosas orquestas del mundo y ha sido titular o principal director invitado, entre otras más, de la Ópera de París (cuando se abrió el Teatro de la Bastilla), de la Orquesta de Radio Francia, de la Orquesta de la Academia de Santa Cecilia de Roma y de la Staatskapelle Dresden. Jovencísimos y desconocidos, así lucían los hermanos Chung hace cincuenta y tres años en la televisión estadounidense haciendo el “Scherzo” del Trío Nº1, op. 32, de Anton Arensky, además, tocando los tres de memoria.
Más jóvenes que las Labèque, los Hagen y los Chung, están el afamadísimo violinista Gil Shaham y su hermana Orli, pianista ella, ambos israelíes. Gil, sin lugar a dudas, es uno de los violinistas más celebrados del mundo. Por propia decisión, tras décadas de trabajo frenético desde que, adolescente, sorprendió al universo, desde hace una década toca mucho menos y elige cuándo, qué y con quién tocar. Junto a Orli, en la radio neoyorquina WQXR, los hermanos Shaham, distendidos, sensibles y como si estuvieran en el living de su casa tocaron el “Adagio” de la Sonata para violín y piano Nº5, de Beethoven.
Sin lugar a dudas, los hermanos músicos más famosos de la actualidad son Renaud y Gautier Capuçon, el primero violinista; el segundo, chelista. Pero salvo que coincidan para tocar como solistas en el Doble concierto para violín, chelo y orquesta, de Brahms, o en el Triple concierto para violín, chelo, piano y orquesta, de Beethoven, nunca tocan juntos y cada uno anda paseando su arte por los teatros del planeta. Hace diez años, tocaron el concierto de Brahms en el Royal Albert Hall de Londres y después, fuera de programa, interpretaron la Passacaglia para clave en sol menor, de Handel, en el arreglo que para violín y viola (o chelo) escribió Johan Halvorsen.
Un caso único es el de los siete hermanos Kanneh-Mason, ingleses ellos, todos músicos de entre trece y veintiséis años. De los siete, sobresalen Isata, pianista, la mayor, y, sobre todo, Sheku, el tercero, chelista. Si bien desarrollan carreras individuales, Isata y Sheku, como dúo de chelo y piano, llevan su arte a los estudios de grabación y a los grandes teatros europeos. Hace un año, para un álbum que editó Decca, interpretaron una adaptación para chelo y piano de Aquí todo está bien, la bellísima canción de Rachmaninov.
Por último, dos hermanos muy nuestros y de apellidos diferentes, Karin Lechner y Sergio Tiempo. Desde chiquitos tocaron juntos a cuatro manos o a dos pianos, primero en nuestro país y después, ya más crecidos, en otras regiones de este y del otro lado del Atlántico. Hace diez años, como Dúo Lechner Tiempo, interpretaron musical y teatralmente Tango Rhapsody, una obra especialmente escrita para ellos por Federico Jusid. Junto a la hoy lamentablemente desparecida Orquesta Sinfónica Juvenil del Bicentenario, dirigida por Alejo Pérez, Karin y Sergio pusieron todo su arte en una performance que fue registrado en un video producido por María Ulled.
Muy famosos, celebérrimos, hay otros hermanos músicos que han quedado fuera de esta galería tan solo por cierto recato o por una mera prudencia. Pero no faltaron ganas de traer a colación a los Jackson Five, a los Bee Gees y, por qué no, a Lucía y Joaquín Galán, aunque, en este último caso, los hermanos discutieron acaloradamente y no hubo manera de que se pusieran de acuerdo.
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